La
atleta estadounidense Mary Cain cuenta en un demoledor vídeo en el New York
Times los brutales métodos de entrenamientos del desmantelado Oregon Project de
Alberto Salazar, durante mucho tiempo el grupo de entrenamiento estrella ideado
por Nike.
Cain fue una niña prodigio. Con apenas 17 años se convirtió en la atleta estadounidense más joven en participar en un Campeonato del Mundo absoluto, acabando novena en los 1.500 metros de Moscú 2013. Esa temporada, la de su repentino estrellato, llegó a batir un récord mundial juvenil (el de los 1.000 metros indoor) y dos récords continentales juveniles (800 y 1.500 metros).
Cain fue una niña prodigio. Con apenas 17 años se convirtió en la atleta estadounidense más joven en participar en un Campeonato del Mundo absoluto, acabando novena en los 1.500 metros de Moscú 2013. Esa temporada, la de su repentino estrellato, llegó a batir un récord mundial juvenil (el de los 1.000 metros indoor) y dos récords continentales juveniles (800 y 1.500 metros).
Cain
ya se había unido al grupo de entrenamiento de Alberto Salazar, el mediático
Oregon Project, que en aquellos momentos contaba con estrellas del tamaño de Mo
Farah y Galen Rupp.
Lo que vino después fue una pesadilla en toda regla, muy lejos de los sueños de gloria que había imaginado la joven neoyorquina, que incluso había renunciado a sus estudios universitarios por su incipiente carrera profesional en el atletismo.
Cinco huesos rotos
Cain cuenta que la obligaron a adelgazar hasta un punto que su cuerpo dijo basta -Salazar la pesaba delante de sus compañeros para avergonzarla-. Perdió su período durante tres años y se rompió cinco huesos. Estaba desarrollando osteoporosis e incluso infertilidad.
Lo que vino después fue una pesadilla en toda regla, muy lejos de los sueños de gloria que había imaginado la joven neoyorquina, que incluso había renunciado a sus estudios universitarios por su incipiente carrera profesional en el atletismo.
Cinco huesos rotos
Cain cuenta que la obligaron a adelgazar hasta un punto que su cuerpo dijo basta -Salazar la pesaba delante de sus compañeros para avergonzarla-. Perdió su período durante tres años y se rompió cinco huesos. Estaba desarrollando osteoporosis e incluso infertilidad.
Salazar
la obligaba a tomar pastillas anticonceptivas y diuréticos para perder peso que
no respetaban las normas antidopaje. Estaba tan angustiada que incluso pensó en
el suicidio. Su prometedora carrera se vio frenada en seco y ahora, a los 23
años, intenta retomarla, tras tres años en el dique seco.
Salazar,
que cumple ahora una sanción de cuatro años de la agencia antidopaje
estadounidense después de ser declarado culpable por violación de las reglas
antidopaje, siempre ha negado las acusaciones de Cain pero otras atletas que
también trabajaron en su momento con el técnico de origen cubano aseguran que
vivieron un drama parecido.
Kara
Goucher, atleta entrenada por Salazar hasta 2011 y plata mundial en los 10.000
metros de Osaka 2007, detalla su historia en el artículo publicado por The New
York Times: "Cuando estás entrenando en un programa como este,
constantemente te recuerdan la suerte que tienes de estar allí, que todos
querrían estar en tu lugar. Entonces piensas que no puedes irte porque piensas
que no eres nadie sin él (Salazar)"."Cuando alguien propone algo que
no quieres hacer, ya sea pérdida de peso o medicamentos, te preguntas: '¿Esto
es lo que se necesita? Tal vez lo sea, y no quiero arrepentirme. La carrera de
un atleta es muy corta y estás desesperado por capitalizar tu esfuerzo, pero no
está seguro a qué coste", añade al respecto.
Goucher
cuenta que le daban tan poca comida que tenía que comer a escondidas en su
dormitorio, con miedo a que alguien la oyera abrir los envoltorios de las
barritas energéticas.
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