jueves, 7 de noviembre de 2019

AUGE Y CAÍDA DE MARY CAIN

EFE

La atleta estadounidense Mary Cain cuenta en un demoledor vídeo en el New York Times los brutales métodos de entrenamientos del desmantelado Oregon Project de Alberto Salazar, durante mucho tiempo el grupo de entrenamiento estrella ideado por Nike.
Cain fue una niña prodigio. Con apenas 17 años se convirtió en la atleta estadounidense más joven en participar en un Campeonato del Mundo absoluto, acabando novena en los 1.500 metros de Moscú 2013. Esa temporada, la de su repentino estrellato, llegó a batir un récord mundial juvenil (el de los 1.000 metros indoor) y dos récords continentales juveniles (800 y 1.500 metros).
Cain ya se había unido al grupo de entrenamiento de Alberto Salazar, el mediático Oregon Project, que en aquellos momentos contaba con estrellas del tamaño de Mo Farah y Galen Rupp.
Lo que vino después fue una pesadilla en toda regla, muy lejos de los sueños de gloria que había imaginado la joven neoyorquina, que incluso había renunciado a sus estudios universitarios por su incipiente carrera profesional en el atletismo.
Cinco huesos rotos
Cain cuenta que la obligaron a adelgazar hasta un punto que su cuerpo dijo basta -Salazar la pesaba delante de sus compañeros para avergonzarla-. Perdió su período durante tres años y se rompió cinco huesos. Estaba desarrollando osteoporosis e incluso infertilidad.
Salazar la obligaba a tomar pastillas anticonceptivas y diuréticos para perder peso que no respetaban las normas antidopaje. Estaba tan angustiada que incluso pensó en el suicidio. Su prometedora carrera se vio frenada en seco y ahora, a los 23 años, intenta retomarla, tras tres años en el dique seco.
Salazar, que cumple ahora una sanción de cuatro años de la agencia antidopaje estadounidense después de ser declarado culpable por violación de las reglas antidopaje, siempre ha negado las acusaciones de Cain pero otras atletas que también trabajaron en su momento con el técnico de origen cubano aseguran que vivieron un drama parecido.
Kara Goucher, atleta entrenada por Salazar hasta 2011 y plata mundial en los 10.000 metros de Osaka 2007, detalla su historia en el artículo publicado por The New York Times: "Cuando estás entrenando en un programa como este, constantemente te recuerdan la suerte que tienes de estar allí, que todos querrían estar en tu lugar. Entonces piensas que no puedes irte porque piensas que no eres nadie sin él (Salazar)"."Cuando alguien propone algo que no quieres hacer, ya sea pérdida de peso o medicamentos, te preguntas: '¿Esto es lo que se necesita? Tal vez lo sea, y no quiero arrepentirme. La carrera de un atleta es muy corta y estás desesperado por capitalizar tu esfuerzo, pero no está seguro a qué coste", añade al respecto.
Goucher cuenta que le daban tan poca comida que tenía que comer a escondidas en su dormitorio, con miedo a que alguien la oyera abrir los envoltorios de las barritas energéticas.

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