miércoles, 6 de octubre de 2010

Del solomillo al plástico



CARLOS ARRIBAS

Los plásticos están en todas partes, hasta en la orina. A cualquier persona que se le busquen mediante un análisis se le encuentran restos de plastificantes de ftalato, material que sirve para que el PVC sea blando y flexible, y Alberto Contador no es una excepción.
Los plásticos están en todas partes, hasta en la orina. A cualquier persona que se le busquen mediante un análisis se le encuentran restos de plastificantes de ftalato, material que sirve para que el PVC sea blando y flexible, y Alberto Contador no es una excepción. El problema para el ciclista de Pinto es que, según ha trascendido desde el laboratorio de Colonia, que presuntamente hizo los análisis, y confirma Martial Saugy, director del laboratorio de Lausana, el portaestandarte de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), en su orina se encontraron restos más altos de lo habitual de ftalatos, y no un día cualquiera, sino dos, el 20 y 21 de julio, durante el Tour de Francia. Y no de un ftalato cualquiera, sino del di-ftalato, el plastificante que se encuentra principalmente en las bolsas en que se conserva la sangre para garantizar durante más tiempo, antes de una eventual transfusión, la estabilidad de los glóbulos rojos. Estas premisas hacen sospechar a la AMA que Contador recurrió a una autotransfusión de sangre, un método prohibido.
A diferencia de lo que ocurrió con los 50 picogramos de clembuterol, que Contador achacó a una carne contaminada y le han supuesto una suspensión provisional, el asunto del ftalato llega a la opinión pública sin que el corredor haya recibido ningún tipo de notificación del análisis, rodeado de múltiples interrogantes científicos y jurídicos.
Según Jordi Segura, director del laboratorio de Barcelona, a toda persona que se haya sometido a una transfusión le subirán los plastificantes "una enormidad". "Alcanzaría los niveles a que pudiera llegar, por ejemplo, un trabajador de una fábrica de plásticos que manejara el material sin guantes ni mascarilla", dice Segura, quien sabe de lo que habla, como un padre de su hijo, más o menos, pues suyo, fruto del trabajo de su laboratorio, es la idea de que los di-ftalatos podían ser un indicador de transfusión y el método para hallarlos, y lo publicó en junio de 2009 en la revista científica Transfusion. "Es un método muy potente y después de que se ha publicado y de que otros laboratorios hayan demostrado que es reproducible puede usarlo la AMA sin anuncio previo, fijando un umbral mínimo de di-ftalatos a partir del cual considerar sospechoso un análisis".
También acepta Segura que la elevación de los plastificantes en la orina se deba exclusivamente a una transfusión, aunque en su publicación haya llegado a esa conclusión comparando las orinas de distintos grupos, de un grupo de enfermos sometidos a transfusiones, de un grupo de enfermos que reciben sueros y un grupo de orinas de deportistas que tenía en su laboratorio. Acepta, por lo tanto, que una inyección de, por ejemplo, 50cc de suero glucosado extraído de una bolsa tratada con di-ftalatos, pueda también aumentar los plastificantes. Esta es una de las explicaciones que avanza el consejo científico de Contador, aunque también recuerda que el ciclista es reacio a todo tipo de sueros y recuperadores. "Pero el deportista", dice Segura, "debe probarlo".
Segura no puede asegurar si el laboratorio de Colonia ha usado su método para analizar la orina de Contador. "Solo sé del asunto por lo que he leído en la prensa, no hay notificación oficial por parte de la Unión Ciclista Internacional ni de la AMA", dice, "y ni siquiera Colonia se ha puesto en contacto con nosotros, cuando la práctica habitual y convenida es que los primeros laboratorios que pongan en práctica el método lo comuniquen al laboratorio de referencia, nosotros, para que comprobemos que se han seguido bien todos los pasos".
Este elemento de duda contamina también el aspecto jurídico del asunto. Al no haber habido notificación no se puede expedientar a Contador por los plastificantes, que tampoco figuran en la lista de sustancias prohibidas, ni de métodos vetados ni de indicadores indirectos de dopaje. Pese a ello, el director general de la AMA, David Howman, ha declarado a la agencia Associated Press, que la existencia de plastificantes "podría usarse como prueba combinada con otros elementos". Otros elementos deberían ser el pasaporte biológico del deportista, en el que quedan registradas las variaciones de los valores hematológicos de los ciclistas. Y, según informa una persona que ha tenido acceso al pasaporte de Contador, es difícil que haya uno tan "irreprochable" como el suyo. Está níquel. La decisión, en todo caso, sobre el valor de los di-ftalatos como prueba, recuerda Howman, "debería tomarla un tribunal jurídico". Con ello avanza que si Contador sale libre del asunto del clembuterol podría ser la AMA quien acudiera al Tribunal Arbitral del Deporte solicitando que dé valor al test de los plastificantes.

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