En los próximos dos años, hasta los albores de Londres 2012, vamos a asistir a una lucha feroz entre el C.O.I. y los atletas que han sido suspendidos por doping desde Pekín 2008 con penas de más de seis meses. El caso Merritt lo pone de manifiesto. Las autoridades estadounidenses le imponen una sanción justo de 21 meses, insólita hasta la fecha, para que pueda participar en los Campeonatos del Mundo de Daegu, a los que está invitado por la IAAF como actual campeón de 400 metros. Pero en Osaka, en las vísperas de los últimos Juegos Olímpicos, el C.O.I. sacó una nueva normativa según la cual el atleta que tenga una pena de más de seis meses por doping, no pueda participar en los siguientes Juegos. Problema habemus. ¿Doble castigo? ¿Tiene potestad el C.O.I. para aumentar la pena de los ya condenados?
Todo esto terminará en la corte de Laussanne, en el TAS, aunque me llama la atención estos 21 meses para Merritt por querer alargar presuntamente su miembro viril, como los seis meses, justo seis, para la campeona olímpica y mundial Sally Ann Fraser, lo que no le impedirá estar ni en Daegu ni en Londres. Y todo por un medicamento para los dolores de cabeza. ¿Tomó Termalgin quizás? Y al fondo, Paquillo, del que nunca más se supo, sin noticias de su sanción definitiva, y que siempre expuso su intención de estar en la capital inglesa. La pelota está en el tejado, y lo que digan en Suiza, será lo que valga para el resto de atletas en las mismas circunstancias.
¿Mi opinión? Caso por caso, si se ha demostrado que lo que tomó el atleta en cuestión no era para mejorar su rendimiento deportivo, basta con la sanción que impone la IAAF. Pero si te encuentran en la nevera de tu casa cientos de productos dopantes, no sé, ir a unos Juegos, símbolo de la "pureza" deportiva, como que no se entendería. Digo yo...¿Qué opinan ustedes?
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