martes, 24 de noviembre de 2009
Fallece el joven Miguel Prados tras una vida entregada al Club Nerja
FRAN EXTREMERA. NERJA. LA OPINIÓN
El Club Nerja de Atletismo vive desde ayer sumido en la tristeza en un año que ha estado plagado de celebraciones tras alcanzar su primer cuarto de siglo de vida. El fallecimiento del atleta Miguel Prados Ruiz ‘Miguelito’, a los 26 años de edad, no ha dejado indiferente a nadie en la gran familia del deporte nerjeño. Hoy se oficiará el funeral de cuerpo presente en la iglesia de San Miguel, a las cinco y media de la tarde, y posteriormente será despedido por un pueblo entero que vive como pocos “por y para el atletismo”.
El presidente de la Federación Andaluza de Atletismo, además de cofundador de este club, Enrique López Cuenca, manifestó ayer que ‘Miguelito’ era todo un ejemplo de sacrificio. “Pertenecía al club desde los siete años y a pesar de que era diabético, no dejó de entrenar mientras físicamente pudo”. Finalmente esa enfermedad que lo alejó del estadio “ha querido que llegue ahora a su última meta”, explicaban sus compañeros a este periódico.
“Todos decíamos, por su capacidad de sacrificio y sus ganas, que si Miguel hubiese sido de los buenos a la hora de competir, que sería un gran campeón”. López Cuenca recordaba también ayer que solía ser “el primero en llegar al lugar donde se iba a competir y el último en marcharse”. Tras una vida entera dedicada al club de su pueblo natal y al deporte que más intensamente se vive en él, hoy será despedido “con honores de campeón, que así demostró ser”.
La familia del atletismo nerjeño en general, porque Miguel no se ceñía a una única prueba a la hora de participar en las competiciones populares y federadas, brindó ayer otro reconocimiento añadido, tras colocar sobre el féretro, instalado en el nuevo Tanatorio de Nerja –junto al cementerio–, una camiseta del club celeste bordada con su nombre.
Más de 500 ‘hermanos’
Hoy cada uno de los más de 500 atletas que defienden esos colores del club, temporada tras temporada, se sentirán más cerca que nunca de Miguel. Un joven que mientras mantuvo energías se esforzó por entrenar a diario y por seguir los planes de sus preparadores. Poco le importaba padecer una enfermedad que ha resultado letal.
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