jueves, 26 de noviembre de 2009

"PAQUILLO"


Confieso que me quedé helado cuando me enteré de la implicación de mi admirado Paquillo Fernández en una presunta red de traficantes de productos dopantes. Dicen que, en su propio domicilio, la Guardia Civil, requisó una cantidad no descrita de hormonas del crecimiento y de la tristemente popular EPO. ¿Qué pensar ante una cosa así? Lo primero, que ojalá todo sea incierto, y que Paquillo sea, como nos pareció durante toda su carrera, y muy especialmente, desde que lo conocí y entrevisté el día de su santo del año pasado, ese muchacho alegre, íntegro y magnífico deportista que siempre hemos pensado. Una cosa es segura: hasta demostrar su inocencia, va a pasar un calvario, como no se desea ni al peor enemigo. Fuera de nuestro país, se considera que España no lucha como otros países contra el doping, y que aquí, poco menos, que hay barra libre para este tipo de sustancias. Y ya saben, qué mejor cabeza de turco que todo un subcampeón olímpico, campeón de Europa y tres veces subcampeón del mundo. Su ejemplo serviría como medida disuasoria para el resto de deportistas de élite, supuestamente dopados en un buen porcentaje de casos. ¿Qué creo yo? Que es inocente, y que se va a demostrar. Paquillo, si se retirara ahora mismo, ya tiene una carrera llena de éxitos, y su futuro está plenamente encauzado en su Guadix natal, donde es mimado por el Ayuntamiento y todos sus vecinos accitanos. Le mando ánimos. No obstante, si es culpable, me quedaré de piedra, pero, ya saben, así es la vida, muy, pero que muy dura. Vivir para ver.

JOSÉ MANUEL MORENO. OCHO CALLES

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