martes, 12 de febrero de 2008

EL GIMNASTA ESTADOUNIDENSE PAUL HAMM, EN FORMA DE CARA A PEKÍN


Paul Hamm, vigente campeón olímpico de gimnasia, ha echado definitivamente el cierre a un largo periodo voluntario de descanso y ha dado un primer aviso sobre sus opciones de triunfo en Pekín al ganar este fin de semana con autoridad la Copa de Invierno de Estados Unidos.
En su primera competición de seis aparatos después de dos años y medio de retiro, Hamm ofreció en Las Vegas un notable repertorio de ejercicios, particularmente en caballo con arcos, paralelas y suelo, y sólo falló con una caída en salto.
Sumó 185,850 puntos que, pese a la complicidad de los jueces locales, fueron en todo caso 7,250 puntos más que el mejor de sus rivales, quienes, al contrario que él, llevan meses preparando intensivamente la cita olímpica.
"Pese al retraso que llevo en los entrenamientos, pude aguantar los dos días de competición", dijo Hamm al terminar. "Era muy difícil hacer los seis aparatos con el nuevo código de puntos y lo he logrado", celebró.
El primer campeón olímpico que tiene la gimnasia estadounidense en el concurso completo desde 1904 se mostró, sin embargo, muy cauto respecto a sus posibilidades de repetir el oro el próximo agosto en Pekín. Su favorito sigue siendo el chino Yang Wei, doble campeón mundial.
"De ninguna manera es descabellado pensar que puedo batirle. Sé que puedo si él comete algún fallo. Pero", advirtió, "si él está al máximo, lleva una ventaja importante en las notas de partida".
Hamm calcula, tras analizar los ejercicios de Yang, que éste saldrá con 1,5 ó 2 puntos de ventaja teórica, que tendría que enjugar con una mejor ejecución. Sus compañeros de selección, con los que se disputará los puestos en el equipo olímpico en los 'trials' de junio, son mucho más optimistas.
"Hamm no tiene ni un punto débil", afirmó Sasha Artemev. "Es fuerte en los seis aparatos. Yang Wei tiene floja la barra, no es tan fuerte. En mi opinión, Hamm es el hombre a batir".
"Con Paul de vuelta y si nos respetan las lesiones, tenemos una oportunidad importante de ganar los Juegos. Y ése es nuestro objetivo. No vamos a por el tercer puesto. Vamos a por la victoria", añadió Artemev, de origen bielorruso y estadounidense desde 2002.
Lo mismo opina el actual campeón nacional, David Durante, que piensa que los dos oros son posibles: el individual de Hamm y el del equipo. "China es el mejor equipo ahora mismo y será muy difícil alcanzarle. Pero no es imposible", dijo.
Paul Hamm, de 25 años, sólo lleva siete meses de entrenamiento después de su retirada, durante la que se licenció en Contabilidad. Nunca cerró las puertas a los Juegos de Pekín, que ahora tiene por fin en el punto de mira.
Triunfo polémico en Atenas
Un triunfo en la capital china le permitiría borrar la polémica que empañó, si que él tuviera culpa alguna, su victoria en Atenas. En la final olímpica del concurso completo tres jueces -uno de ellos español- restaron por error al surcoreano Tae-young Yang una décima en la nota de partida del ejercicio de barras paralelas. Con esa décima hubiera ganado la medalla de oro, pero sin ella tuvo que conformarse con el bronce y la victoria fue para Hamm.
Esta clasificación fue recurrida ante la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) y luego ante el TAS por Tae-young Yang, sin éxito. El Tribunal de Arbitraje estimó en octubre de 2004 que la apelación había llegado demasiado tarde y que un error identificado con posterioridad, "admitido o no" por un juez, no podía ser "la base para revertir el resultado de una competición".
La FIG reconoció en Atenas que los jueces habían cometido un error y les sancionó, pero se negó a cambiar los resultados. Primero indicó que sus estatutos se lo impedían y luego añadió que la reclamación surcoreana había llegado fuera de plazo, con las medallas ya entregadas.
La FIG llegó a pedir a Hamm que devolviese voluntariamente el oro, a lo que éste se negó, si bien indicó que admitiría cualquier fallo de la justicia deportiva. Gracias a esta polémica la Federación cambió de arriba a abajo el código de puntuación e hizo desaparecer el 'diez' como nota máxima en 2006.