Tras pasar casi hora y media con Jacques Rogge se extrae una conclusión: es un digno sucesor del papa del deporte, Juan Antonio Samaranch. Tiene categoría personal, nivel intelectual y una memoria prodigiosa. Además, es la amabilidad personificada. Amabilidad que no excluye una guerra sin cuartel contra el dopaje. Lo cortés no quita lo valiente.
Se alzan muchas voces contra los Juegos en Pekín: el príncipe Carlos, Steven Spielberg... ¿Eso es peligroso para los Juegos?
No. Saben, estoy convencido de que los Juegos son más fuertes que las personas. Verá, yo soy un veterano de los Juegos de Moscú, los del boicot de Jimmy Carter. El hombre más poderoso del mundo, el más influyente, pidió un boicot y los Juegos fueron un éxito. Respeto mucho la decisión de Spielberg y si hay un atleta que no quiera ir, también lo respetaré. Pero los Juegos serán un éxito, sin duda.
A esa protesta se han adherido 120 congresistas estadounidenses. ¿Verdaderamente el olimpismo se podría permitir un caso extremo, un boicot, de Estados Unidos?
No creo que lleven a cabo una acción semejante. Los políticos del mundo saben que un boicot es contraproducente. Bush mismo ha afirmado que estará en la inauguración y, si no recuerdo mal, Obama también hizo una declaración en ese sentido, Sarkozy, Merkel... Todos los jefes de Estado han dicho: “Estaremos presentes y no estamos a favor de boicot”. Tampoco los atletas. Creo que el boicot es un caso del pasado, pero no actual ni del futuro.
¿Va a permitir el COI que haya censura hacia los medios de comunicación en Pekín?
No. No habrá censura. Así se acordó con los chinos. Ellos tienen que garantizar la palabra y la circulación de los periodistas. Hay una ley que quizás no sea muy perfecta porque es demasiada burocrática, pero ustedes podrán trabajar en China sin limitación. Sin limitación geográfica, operativa e intelectual. Ustedes podrán escribir lo que quieran.
¿Qué le preocupa de Pekín 2008 entonces?
La palabra preocupación es un poco exagerada. No tengo preocupaciones. Hay cosas que tenemos que arreglar porque organizar los Juegos no es fácil. Hay cosas que tenemos que terminar antes de la ceremonia de inauguración. Tenemos que cuidar el caso de la polución, pero no hay ningún problema insalvable.
El tema de la polución ya genera controversia. Los británicos sostienen que competirán en pruebas de fondo con mascarilla. ¿Eso no puede desdibujar el éxito de los Juegos?
Si esa es la decisión británica, bien. Nuestra comisión médica con expertos externos en contaminación atmosférica ha dictado que las mascarillas no dan ninguna ventaja ni son necesarias. Pero esa es la decisión de cada comité olímpico nacional. Vamos a ver si al final lo hacen.
Siguiendo con los británicos, hace unos días su comité sugirió a sus atletas que deberían firmar una carta en la que se comprometían a no hacer declaraciones sobre temas políticos sensibles. ¿El COI contempla que surjan otro Tommie Smith y John Carlos (los del puño en alto en el podio) como en México 1968?
Tengo entendido que el comité británico ha dado luego mejores explicaciones sobre este tema. La Carta Olímpica es muy clara. La Carta dice que los atletas no pueden hacer demostraciones políticas, religiosas o de raza. Pero los atletas tienen el derecho de expresarse libremente con los periodistas. Lo único que nosotros exigimos es que la ceremonia de apertura sea digna.
En su día sugirió que algunas pruebas debido a la polución se podrían aplazar. ¿Han recabado más datos sobre eso?
Aplazar no fue la palabra más acertada. Si la polución es demasiado alta para las pruebas que duran más de una hora como el maratón, el ciclismo en ruta y el triatlón, quizás podríamos adelantar o retrasar su horario. Nuestra comisión médica está estudiando este caso. Todo lo que dura por debajo de una hora no tiene problema. Si por ejemplo hay demasiada polución en el ciclismo en ruta podemos posponerlo al día siguiente. ¡Pero eso no es nuevo! Se ha visto en otras ediciones. Si no hay viento o hay excesivo viento ha pasado en la vela; si no hay suficiente nieve o demasiada se han aplazado “slaloms” de esquí. Eso no es nuevo.
Ya que ha mencionado la vela, su deporte, las críticas de la designación de la bahía de Qingdao como sede son altas por la previsible falta de viento.
Ja, ja, ja. Mire, yo participé en 1968 en los Juegos de México y los años anteriores se decía: “Oh, Acapulco... Eso no es válido para la vela”. Y luego tuvimos dos semanas de tempestad más o menos. En 1972, en Múnich, decían: “Hay demasiado viento en Kiel”. Y luego no hubo. Nunca salió como la previsión determinaba. Los regatistas se tienen que adaptar por necesidad. Los que están acostumbrados a navegar con mucho viento quizás tendrán un poco más de problemas, pero los que están acostumbrados a menos tendrán mucho éxito.
En las condiciones en las que se desarrollarán los Juegos será difícil ver récords. ¿Supondría eso un paso atrás?
En los Juegos, en general, no hay muchos récords con excepción de la natación. En atletismo no hay muchos por una razón muy clara: el sistema de competición es muy diferente a un gran mitin en el que hay una carrera y se acabó.
¿A pesar de que las finales sean por la mañana?
Sí, claro. Hemos visto en la prueba test tiempos excelentes.
Si no hay grandes marcas enseguida se hablará de que esto se debe a que hay más controles contra el dopaje...
Claro que sí. Va a haber un aumento muy importante de los controles y eso tiene que influir.
¿Cuánto aumentarán?
Pues pasaremos de 3,500 en Atenas a 4,500 en Pekín y tendremos más de 5,000 en Londres. Su pregunta podría ser por qué no pasar inmediatamente a 5,000. La respuesta es que nosotros tenemos que trabajar con laboratorios que existen desde hace 15 o 20 años.
¿Los resultados serán inmediatos? ¿De un día para otro?
Sí, claro. Durante la noche. Me despertarán probablemente más de una vez muy pronto.
¿Le preocupa que el dopaje termine matando al deporte por la connivencia a veces de los medios de comunicación?¿Matar? Matar, no. Pero no es bueno para el deporte. Nosotros tenemos que luchar activamente contra el dopaje por la salud de los atletas, la credibilidad de las pruebas y la captación de futuros atletas.
¿La herencia de los Juegos de Pekín puede dejar más apertura política en China?
Claro que sí. Gracias a ustedes, a los periodistas, a los 25,000 que estarán presentes, se abrirá China. Todo el mundo va a mirar a este país y los chinos van a transmitir su imagen más positiva.
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