lunes, 14 de febrero de 2011
"IBA A AYUDAR, NO A PINCHARLE"
Superado el estallido mediático y el estruendo de las primeras semanas, la Operación Galgo contra el dopaje en el atletismo sigue su curso. Lo hace en vías separadas a través de cuatro procedimientos distintos, en los que la magistrada titular del Juzgado de Instrucción 24 de Madrid, Mercedes Pérez Barrios, deja claro que se persigue la inducción al dopaje y el delito fiscal. Hay 16 personas imputadas en el proceso y la jueza no establece conexión entre Marta Domínguez y Eufemiano Fuentes, los dos nombres más contundentes del caso.
Los imputados de la Operación Galgo son Marta Domínguez, Manuel Corral (fisioterapeuta de Palencia), José Alonso Valero (representante de la atleta), Carmen Aller García y su hija Esperanza Cabeza Aller (farmacéuticas), César Pérez (entrenador de Marta Domínguez), Alberto García (atleta), José Luis Pascua (preparador), Manuel Pascua (preparador), María José Martínez (ex atleta y esposa de Manuel Pascua), Eufemiano Fuentes (médico), Yolanda Fuentes (médico), María Luisa Saavedra (farmacéutica), Pablo Muñoz Retamal, María Castilla (farmacéutica) y Miguel Barceló.
No todo han sido calamidades para Marta Domínguez en los últimos tiempos. El auto de la jueza separando las causas de la atleta palentina y el ginecólogo más famoso de la historia, Eufemiano Fuentes, fue interpretado como un triunfo por los asesores de Marta.
El ex ciclista José Rodríguez, abogado de Marta Domínguez que también defendió al corredor Alejandro Valverde en su conflicto como imputado en la Operación Puerto (fue sancionado por dos años) y al atleta Paquillo Fernández como acusado en la Operación Grial (un año de castigo), trabaja para conseguir que a la campeona mundial de 3.000 metros obstáculos le retiren la acusación que pesa sobre ella por un delito contra la Hacienda Pública.
Otro asunto es la imputación que pesa sobre Marta por un delito de dopaje en coautoría con el fisioterapeuta Manuel Corral al haber suministrado sustancias prohibidas a Eduardo Polo. Según las investigaciones de la Unidad Central Operativa (UCO), la palentina proporcionó presuntamente productos dopantes a su liebre, el atleta no profesional Eduardo Polo.
En su declaración ante la titular del juzgado 24 de Madrid, Marta Domínguez explicó con cierta vaguedad su relación con Polo y las presuntas sustancias dopantes. Marta dijo que el médico de la Federación le recetó esos fármacos "para una lesión que tuvo en un pie". Marta Domínguez argumentó ante la jueza que sólo aconsejó a Eduardo Polo que hablase con el fisio para saber "si los productos le irían bien y que si se lo tenía que poner, que le avisara".
Marta reconoció que compró los fármacos y que lo hizo sin receta alguna. Consta en el sumario que ella pensó que "la receta la tendría Eduardo". Quiso saber la jueza el motivo por el que no había sido Eduardo Polo el encargado de comprar las medicinas, "puesto que era él quien tenía las recetas". La fondista castellana contestó que "no recordaba el motivo".
El caso de Eduardo Polo fue el epicentro del testimonio de Marta Domínguez ante la magistrada. Inquirió la jueza:
-¿Es cierto que usted dijo que iba a ir todos los días a ponérselo?
Y respondió la atleta:
-No significaba que fuese a pinchárselo, sino ayudar a mano a tomarlo.
Volvió la pregunta de la jueza:
-¿En qué consiste la ayuda?
-En sujetar unas esponjillas en la zona lesionada.
En la declaración, Marta Domínguez escuchó el nombre de dos sustancias por las que tuvo curiosidad la jueza: el fortecortín (un corticoide) y la scandinibsa (medicamento que se usa como anestésico local). La jueza indagó sobre la titulación académica de la atleta y sus conocimientos como supuesta manipuladora de productos.
-¿Tiene usted algún título que le faculte para administrar productos farmacéuticos?
-No, respondió la atleta.
En su último auto, la magistrada María Mercedes Pérez Barrios imputa un delito de dopaje a Marta Domínguez al haber suministrado indiciariamente a Eduardo Polo sustancias prohibidas con el fin de aumentar el rendimiento deportivo. "Sustancias que adquirió Marta sin receta médica en la farmacia de Carmen Aller García".
En idéntica tesitura respecto a la incitación al dopaje, la jueza imputa a Marta haber suministrado trembolona a Alberto García, "sustancia prohibida que le hizo llegar a través de José Alonso Valero (mánager de la atleta)".
El fondista Alberto García, que fue suspendido durante dos años por un positivo de EPO, tiene un procedimiento abierto en el Juzgado 24 de Madrid por "haber suministrado a Marta Domínguez, con fecha anterior al día 17 de julio de 2010, sustancias prohibidas en el deporte, concretamente EPO". Al entrenador de la atleta, César Pérez, le imputa la magistrada haber sumisnitrado a Marta trembolona y DMTH-2. La ley española contra el dopaje no persigue a los consumidores, sino a los inductores y a los que teóricamente trafican con las sustancias dopantes.
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