lunes, 21 de febrero de 2011
NUNCA SEGUNDAS PARTES FUERON BUENAS...
MIGUEL ÁNGEL BARROSO / ABC.ES MADRID
«No es una decisión que haya tomado a la ligera». Ian Thorpe, el hombre récord de la natación hasta el advenimiento de Michael Phelps, decidió instalarse en el dique seco en 2006, a los 24 años, quizás hastiado por las lesiones o por la dureza de la alta competición. O porque comprendió que no podría con Phelps, el fenómeno norteamericano latente entonces, tres años más joven que él. Y eso que su único enfrentamiento se saldó con victoria para Thorpe: fue en 2004, en la final de los 200 metros libres de los Juegos Olímpicos de Atenas. A principios de febrero el nadador australiano anunció que vuelve para luchar por las medallas en Londres 2012 (en concreto en los relevos y los 100 y 200 metros en estilo libre), y que lleva varios meses entrenando en secreto en una decena de piscinas municipales. Sus últimas fotos en bañador muestran a un «Torpedo» un tanto fondón, aunque nadie duda de que llegará a Londres en perfecto estado de revista. Otra cosa es que pueda doblar el pulso a sus rivales.
En el deporte, (casi) nunca segundas partes fueron buenas. Sin embargo, a pesar de que la historia está llena de fracasos clamorosos, el veneno de la competición tiene difícil antídoto, sobre todo para «jubilados» de veintitantos o treinta y pocos años que lo fueron todo y que no encajan ver los campeonatos lejos de los focos y los aplausos del público.
Lance Armstrong, el mejor ciclista de todos los tiempos en el mes de julio, el tipo que venció a la muerte para ganar siete Tours de Francia, llevaba tres años sentado frente al televisor durante su mes favorito, tirándose de los pelos porque tal vez había perdido la oportunidad de engordar su palmarés por culpa de una decisión precipitada. En una entrevista a L'Equipepoco después del triunfo de Carlos Sastre en el Tour 2008, Armstrong señaló que los tiempos de la subida a Alpe d'Huez y el estilo general de la carrera, «no muy agresivo, sin demasiados ataques», eran manifiestamente mejorables.
Volver para perder
El norteamericano quiso dar un matiz humanitario a su regreso: ganar conciencias y dólares en la lucha contra el cáncer a través de su fundación, pero puso en su punto de mira a Alberto Contador, compañero de equipo y principal obstáculo para su propósito real, ser campeón de nuevo. En el Tour 2009 Armstrong atacó a Contador más en Twitter que en el asfalto; no fue suficiente. Aun así, consiguió un meritorio tercer puesto en París. Un año después fue diferente. Al retirarse imbatido la primera vez se apartó de los héroes de antaño, hurtando a los aficionados su imagen doliente, humana, la misma que transmitió Indurain en aquella etapa cruel de Les Arcs. Esa imagen de derrota sin paliativos llegó en el Tour 2010. El orgulloso tejano mordió el polvo y recuperó su humanidad. Retirado definitivamente de la competición, no podrá disfrutar de una «vejez» tranquila: le persigue ahora el agente antidopaje Jeff Novitzky, el perro de presa que acabó con Marion Jones.
Otro caso paradigmático es el de Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo de Fórmula 1, ganador de cinco títulos consecutivos con Ferrari, retirado en 2006 y «resucitado» en 2010 a las órdenes de Ross Brawn en la escudería Mercedes GP. Acabó la temporada en novena posición, con alguna que otra polémica «marca de la casa» —incidente con Barrichello en Hungría que por poco acaba con grave accidente del brasileño— y casi siempre lejos del podio. A sus 42 años quiere reverdecer laureles. Fernando Alonso ha dicho que el alemán es su «rival más peligroso» para esta temporada. Los «alonsólogos» todavía no han decidido sobre la sinceridad de estas palabras.
A principios de la década de 1990, acuciado por problemas económicos, una leyenda del tenis regresó al circuito profesional armado con sus viejas raquetas de madera. No ganó un solo partido. El sueco Björn Borg(11 Grand Slam y dos Master), había dicho adiós a los 26 años harto de pelear con la ATP por la carga de partidos que debía disputar cada año. En 1993, después de arrastrarse por las pistas, dijo basta.
También terceras partes
El tenis ha visto a otros campeones poniendo en peligro su prestigio. El caso más reciente ha sido el de la belga Justine Henin. Siete títulos de Grand Slam adornaban su trayectoria cuando en mayo de 2008, siendo número 1 del ranking mundial, anunció su retirada. Tenía 25 años. Volvió en 2010 y logró llegar a la final del Open de Australia, pero fue derrotada por Serena Williams. Hace un mes anunció su adiós definitivo. La serbia Monica Selesganó nueve Grand Slam y le arrebató el número uno a Steffi Graf. Su rivalidad se interrumpió cuando en 1993 un espectador, al parecer fan de Steffi, le clavó un cuchillo en la espalda. El incidente la mantuvo fuera de las pistas dos años y medio. En 1996 conquistó el Abierto de Australia. Fue su canto del cisne.
Estrictamente, Monica no decidió irse para luego volver. Tampoco lo hicieron Marco Pantani, Ben Johnson o Diego Armando Maradona, perseguidos por su leyenda negra. Pero sus segundas (y a veces terceras) partes no fueron buenas. Y, para acabar, un caso extremo: el norteamericano Bobby Fischer, que se retiró nada más proclamarse campeón del mundo de ajedrez en 1972. Reapareció veinte años después en un duelo contra su viejo enemigo, Boris Spassky, a quien ganó nuevamente. En juego, esta vez, solo había dinero.
Las excepciones
El mejor jugador de baloncesto de la historia se podía permitir el lujo de dejar su deporte una temporada para jugar al béisbol y, después, volver a la NBA como si tal cosa. Michael Jordanganó 6 anillos de la mejor liga del mundo con los Chicago Bulls en dos tacadas: 1991, 1992 y 1993; 1996, 1997 y 1998. Probablemente su leyenda no habría sido tan grande de no mediar esa retirada. En 1999 dijo basta, pero tampoco fue para siempre. En 2001 volvió, esta vez con los Washington Wizards, logrando un promedio de 23 puntos por partido. Dos años después se convirtió en el primer jugador de la NBA en anotar 40 o más puntos con 40 años, en la victoria de los Wizards ante los Nets.
La tenista norteamericana Jennifer Capriati logró sus mayores éxitos (tres Grand Slam) después de tres años de retiro un tanto desordenado (fue arrestada por robo y posesión de marihuana). La belga Kim Clijstersganó el US Open antes de decir adiós por las lesiones. Se casó, fue madre y volvió a las pistas hace un año. No ha perdido el tiempo: ha ganado dos veces más en Nueva York y acaba de adjudicarse el Open de Australia.
En 1994, a los 45 años, el norteamericano George Foreman recuperó el título de los pesos pesados veinte años después de perderlo y ordenarse reverendo. Tuvo que ganar una batalla legal, ya que fue rechazado como aspirante por viejo.
Ilustres de ida y vuelta
LANCE ARMSTRONG
7 TOURS DE FRANCIA
Antes: 7 Tours de Francia y 1 Campeonato del Mundo de Fondo en Carretera. Después: Tercer escalón del Tour 2010. Con 39 años de edad, esta semana ha anunciado su adiós definitivo.
MICHAEL SCHUMACHER
7 CAMPEONATOS DEL MUNDO DE F-1
Antes: 7 Campeonatos del Mundo de Fórmula 1, cinco de ellos de forma consecutiva con Ferrari. Después: Acabó el Mundial de 2010 en novena posición. A sus 42, sigue en activo y temido por sus rivales.
JUSTINE HENIN
7 TORNEOS DE GRAND SLAM
Antes: 4 Roland Garros, 1 Open de Australia y 2 US Open. Número 1 del mundo con 21 años. Después: Perdió en 2010 la final de Australia con Serena Williams. Se retiró definitivamente hace un mes.
BJÖRN BORG
11 TORNEOS DE GRAND SLAM
Antes: 6 Roland Garros y 5 Wimbledon (doblete durante tres años consecutivos). Después: A principios de los 90, con problemas financieros, regresó al circuito, pero no ganó un solo partido.
GEORGE FOREMAN
CAMPEÓN DEL MUNDO DE PESO PESADO
Antes: El boxeador texano obtuvo el Campeonato del Mundo en 1973. Mítico combate con Muhammad Ali en Kinshasha en 1974, que perdió. Después: En 1994, con 45 años, recuperó el cetro.
JENNIFER CAPRIATI
3 TORNEOS DE GRAND SLAM
Antes: Semifinalista más joven en Roland Garros, con 14 años y 2 meses. Después: Se retiró en 1993 y volvió tres años después, logrando dos Abiertos de Australia y un Roland Garros.
ALAIN PROST
4 CAMPEONATOS DEL MUNDO DE F-1
Antes: Gran rival del mítico Ayrton Senna, el piloto francés ganó 3 mundiales con McLaren. Después: Tras un año sabático, obtiene su cuarto título en 1993 con la escudería Williams-Renault.
KIM CLIJSTERS
4 TORNEOS DE GRAND SLAM
Antes: Abierto de Estados Unidos. Las lesiones provocan su retirada en 2007. Después: Dos títulos más en Nueva York. Acaba de ganar el Open de Australia y ascender al número 1 del ranking.
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