domingo, 4 de marzo de 2012
¿SE CAE EL TECHO EN TURQUÍA?
JUVENTUD REBELDE.
Digamos que sí se puede, al menos pensémoslo. En definitiva, de mayores proezas —algunas inimaginables— está preñada la historia. Es sabido que en el deporte todo resulta todavía más impredecible, y aunque generalmente se imponen los favoritos, no hay nada seguro hasta que termina el tira y corre. El XIV Campeonato Mundial de Atletismo en pista cubierta, con sede en Estambul, Turquía, supone un nuevo reto para la delegación cubana. ¿Conseguiremos igualar o superar nuestra mejor actuación en las páginas de estos certámenes?
Entre viernes y domingo próximos la interrogante será despejada, pero no son pocos los que piensan que la Mayor de las Antillas no podrá con tanta presión y hará aguas en pleno mar de Mármara, ante los habituales temblores que acaecen en esa zona debido a la falla del Norte de Anatolia.
Pero, con terremotos o sin ellos, aliados o no con la geografía y esa suerte que en ocasiones nos da la espalda, la proeza es posible.
La cita de Estambul contará con 172 países y batirá el tope de naciones participantes en estos torneos, hasta ahora en poder de la edición celebrada en Valencia, España 2008, donde dirimieron 147.
El Atakov Arena acogerá a un total de 1 299 atletas y oficiales de equipo. Pugnarán 349 hombres y 334 mujeres según la lista de inscritos, cerrada el pasado 27 de febrero.
Los campeonatos mundiales de atletismo a cielo cubierto tuvieron su inicio en Bercy, Francia, entre el 18 y el 19 de enero de 1985. Hasta el 2003 se habían realizado nueve ediciones con una periodicidad de 24 meses, pero siempre coincidían con la cita cumbre al aire libre. Entonces se interrumpió esta coincidencia para efectuar uno y otro evento en años subsiguientes, dando paso al primer torneo sin la sombra de la lid absoluta: Budapest, Hungría, en 2004.
Las estrellas del deporte rey en la Isla han participado en cada uno de estos certámenes. Sumando todas las justas, hemos logrado un total de 43 medallas (16 de oro, 15 de plata y 12 de bronce), con destaque para saltadores y vallistas, dueños del saco más lleno.
Los saltamontes acumulan 29 preseas, repartidas en 14 del triple, ocho en la longitud y siete en la altura. Por su parte, los vallistas acumulan ocho metales, dejando solo cinco a los velocistas y una para los lanzadores, en este caso la bala, única especialidad de impulsión que sesiona bajo capota.
El mayor propietario de coronas es Iván Pedroso, quien archiva cinco en el salto largo, seguido de Javier Sotomayor, dueño de cuatro en el salto de altura.
Romance bajo la torre Eiffel
Lo mejor por Cuba en escenarios techados aconteció en París, 1997. En esa ocasión ocupamos el segundo lugar en el medallero general por naciones, merced a tres metales dorados y dos plateados, solo superados por Estados Unidos (6-3-7).
Entonces no existía la tabla por puntos, medidor actual (en función desde Valencia, España, 2008) para determinar las posiciones definitivas, independientemente de que aún se mantenga el apartado de preseas.
En la ciudad del amor nuestros representantes alardearon de románticos, pues ligaron tres cetros y dos subtítulos. En los 60 metros con vallas consiguió el mejor partido Anier García (7,48 segundos). En el salto largo aterrizó mejor Iván Pedroso (8,51 metros) y a tres pasos de la plastilina se impuso Yoel García (17,30 metros).
Los segundos lugares recayeron en las piernas de Aliecer Urrutia, igualmente a un brinco del tanque de arena (17,27) y de Iván García en los 200 metros planos (20,46 segundos).
¿Buque de guerra o barco de papel?
Teniendo en cuenta las seis citas del siglo XXI, la delegación criolla se ha ubicado en tres ocasiones dentro del top ten. Contando el listado por unidades acumuladas, el mejor resultado llegó en Doha, Qatar, hace dos años. Allí anclaron en el tercer puesto, con 48 rayas, aunque solo en el sexto de acuerdo con las preseas negociadas (1-3-1). Pero mejor guiémonos por el medallero, pues de 13 ediciones celebradas, solo en las dos últimas ha primado el valor de los puntos como principal indicador.
La otra actuación destacada ocurrió en 2008, cuando Valencia nos reservó un metal de cada color para quedar en la quinta posición por medallas. En tanto, Lisboa casi nos saca de la decena vanguardista al relegarnos al noveno escaño con solo dos preseas (1-1-0).
Una meta complicada
La delegación que nos representará en Estambul cuenta con solo 11 atletas, pero eso no es motivo para amilanarse y bajar la cabeza.
El referente más cercano: Doha, Qatar, 2010, se muestra difícil de superar, pues el sexto peldaño ocupado en el medallero (1-3-1) y el tercero por puntos (48 unidades), parecen inalcanzables.
En aquella ocasión nueve atletas puntearon y ahora tendremos que apretar la tuerca para incluir esa cantidad entre los finalistas y luego luchar por las preseas.
Esta vez nos representarán cinco gladiadores con experiencia en este tipo de justa a cielo cubierto y seis novatos. La lista la encabeza el vigente monarca en los 60 metros con vallas, Dayron Robles, quien ostenta además el segundo mejor crono de la historia (7,33 segundos), solo superado por el mítico Colin Jackson (7,30).
Precisamente en el Lord del Guaso están cifradas nuestras mayores esperanzas. Si bien la forma deportiva que ha demostrado hasta la fecha y su tiempo tope de la actual temporada (7,50) no resultan muy halagüeños, potencialidades le sobran y nadie se asombraría si trajese ceñida otra corona. Su único rival fuerte parece ser el chino Liu Xiang y ya es hora de que el guantanamero muestre por qué es considerado uno de los más grandes de todos los tiempos. Además, pugnará el norteamericano David Oliver, un fuera de serie, pero sin muchos títulos y con poco corazón.
Otra con posibilidades es la triplista Yargelis Savigne, aunque en 2012 ni se asoma a su mejor marca (15,05 metros). El estirón más destacado en lo que va de semestre es de 14,55 y apenas le asegura el cuarto puesto del ranking. Tendrá un hueso duro de roer en la ucraniana Olha Saladukha, campeona absoluta en Daegu, Corea del Sur y segunda del listado actual con 14,79. Encabeza el escalafón otra de armas tomar: la kazaja Olga Rypakova (14,84), plateada en Daegu y reina en la anterior versión techada.
Repiten a cielo cubierto Arnie David Girat y Mabel Gay, también en el triple salto, así como Misleydis González impulsando la bala.
En tanto, debutan el jovencito vallista Orlando Ortega, Carlos Véliz, con la bala al cuello, el triplista Alexis Copello y Yordani García en el heptatlón. Pero muchos ojos en Cuba y el mundo se posan sobre los pertiguistas Lázaro Borges y Yarisley Silva.
El capitalino de 25 abriles ostenta un subtítulo mundial (5,90) y el oro panamericano (5,80 y récord regional), con una progresión envidiable desde 2011 hasta la fecha. Este año flotó por encima de los 5,72 y firmó con los mejores trazos en el libro de Cuba.
Por su parte, la pinareña se proclamó en octubre pasado reina de la cita deportiva más importante de América, con plusmarca incluida (4,75). Bajo capota tiene en este, su primer año, el salto tope para Centroamérica y el Caribe (4,72), registro que le aseguró el quinto escaño de la lista anual.
El reto está planteado. ¿Podrán nuestros exponentes del deporte rey demostrar sus potencialidades a pocos meses de los Juegos Olímpicos? Solo faltan días. Esperemos que no se nos venga el techo encima.
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