jueves, 1 de marzo de 2012

UN VALLEHERMOSO QUE PUDO SER Y NO FUE


Hace unos años alguien en Madrid tuvo una corazonada. Y fue precisamente esa corazonada la causante de que las piquetas comenzaran a embestir con fuerza el hormigón del emblemático Estadio Vallehermoso un 14 de octubre de 2008. El que fuera testigo de los triunfos y derrotas de grandes atletas internacionales durante 46 años se fue desmigajando poco a poco hasta convertirse en un montón de escombros y un socavón de 12 metros de profundidad. El Estadio Vallehermoso desapareció. Pero nadie lloró su pérdida, pues iba a resucitar en menos de dos años, convertido en un complejo deportivo más moderno, mejor dotado; olímpico.
Guillermo Ferrero ha entrenado a varias generaciones de atletas que fueron campeones internacionales. Es el director técnico y entrenador del club AD Marathon, del que forman parte dos escuelas de atletismo. Una de ellas, Marea, estaba radicada en el Estadio Vallehermoso. «Allí corrieron los más grandes», recuerda el entrenador.

De hecho, la que se convirtió en una de las carreras más comentadas de la historia del atletismo en suelo español dejaba atónitos a los asistentes del Meeting de Atletismo de 1987, cuando el imbatible Edwin Moses caía ante su compatriota Danny Harris en los 400 metros vallas. El gran Moses perdió su imbatibilidad después de nueve años, nueve meses y nueve días.
Cartel del Meeting de 2007Veinte años más tarde, en el Meeting de 2007, el Vallehermoso se despedía de atletas y aficionados. Se marchaba, pero volvería. Ferrero recuerda «el sarao enorme» que se montó en el Estadio porque iba a ser la última vez que ejercía de anfitrión del evento. El Ayuntamiento de Madrid patrocinaba la competición orgulloso del «prestigio que ésta otorga a la ciudad de cara a su candidatura como sede organizadora de los Juegos Olímpicos de 2016». Con este Meeting las carreras en el Estadio tocaban a su fin y el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, le dio el homenaje merecido. «Ven a despedir 46 años de historia», rezaba el cartel. Una historia que, finalmente, no ha sido justamente honrada.

Permanentemente en obras
El 15 de octubre de 2008, ABC contaba en sus páginas cómo «los arquitectos autores del proyecto de reforma —los hermanos Cano, del estudio Cano Lasso— contemplaban la actuación de las máquinas con la mente puesta en el futuro», un futuro que nunca llegaría a ver la luz. Gonzalo Cano recuerda aquel concurso al que «se presentaron más de 60 propuestas», del que su estudio resultó ganador. Lo que proponían era un estadio con capacidad para 10.000 espectadores, gracias a una grada más amplia y cubierta, una pista de atletismo de ocho calles y 400 metros de cuerda. Ello lo convertiría en el lugar idóneo —y reglamentario— para competiciones internacionales, y ¿por qué no?, olímpicas.
Pero, ¿qué ocurrió con el nuevo Vallehermoso? ¿Por qué hoy, casi cuatro años después de su demolición, sigue siendo un socavón de 12 metros de profundidad, ahora invadido por los hierbajos?
Cano cuenta que el alcalde se reunió con él. Traía malas noticias. «Cuando todo esto comenzó había muchas empresas interesadas. De hecho, cuando llevamos a cabo la construcción del Madrid Arena junto a FCC, ésta nos mostró su interés por Vallehermoso». Pero el concurso finalmente quedó desierto. Ninguna empresa quería construir y explotar Vallehermoso. El motivo oficial fue una crisis económica que arrambló con todo. «La crisis llegó en dos meses. Es que la situación cambió de golpe, y la mala fortuna fue que ya se había demolido lo que había», asegura Cano. «Tres meses pasaron entre la demolición y el concurso, y tres meses fue el tiempo justo para que las empresas pasaran de interesarse mucho a no interesarse nada».
En cambio, Guillermo Ferrero lo ve de otra forma. Lo cierto es que el sueño olímpico se dio de bruces contra el suelo, y la corazonada de Gallardón acabó en infarto. Cabía preguntarse, entonces, para qué un estadio de atletismo tan ambicioso. «Una pista de atletismo no es rentable para una empresa, al menos no explotarla. Por eso se pensó cederlo a la Federación. Cuando comenzó el vaciado y las obras salieron a concurso, solo interesaba la otra parte de la instalación: las pistas de padel que, por otro lado, ya existen en el Canal de Isabel II», a unos 300 metros de allí.

Ferrero afirma que hubo «premeditación, primero, y alevosía, después», cuando finalmente se acordó construir otras instalaciones incluidas en el diseño inicial, y no el esperado estadio.
Fue condenado al olvido como prueban sus hierbajos.«Marea tenía unas escuelas que gozaban de una extraordinaria salud. Cuando nos dejaron sin Estadio, tuvimos que marcharnos a un Colegio ubicado en Concha Espina, para no ocasionar muchos problemas de traslado a los atletas, pero sus instalaciones eran mucho peores, y perdimos casi la mitad de escolares. Íbamos a estar unos años en el infierno, pero no nos importaba. Era un buen precio a pagar porque a primeros de 2012 tendríamos una joya de estadio», se lamenta el entrenador.
Algunos hablaban de un Estadio que, sin Juegos Olímpicos, se quedaba «cojo». Otros decían que, en tiempos de crisis, algo deportivo y de tal envergadura dejaba de tener sentido. Sea como fuere, Vallehermoso murió, y nadie quería resucitarlo. Fue condenado al olvido como prueban sus hierbajos.

Un nuevo Vallehermoso...sin estadio
Pero en julio de 2011, Vallehermoso volvió a ocupar la agenda informativa. El Ayuntamiento de Madrid adjudicó a una Unión Temporal de Empresas (UTE) —liderada por la organización dedicada a la gestión deportiva Ingesport— la construcción de un centro deportivo sobre los restos del antiguo Vallehermoso que verá la luz en 2013. El nuevo proyecto —del estudio ABM arquitectos— contará con piscina, gimnasio, pistas de pádel, de baloncesto, de tenis, spa, 45 plazas de aparcamiento, zona de esgrima… Pero no tendrá estadio.

Del proyecto inicial, aquel que «mató» al Vallehermoso, solo queda el Centro Deportivo. Pero incluso éste cambia su esencia, pues será de gestión privada —el Ayuntamiento lo califica de «indirecta»—, aunque público, pues los vecinos podrán darle uso a través del abono Deporte Madrid. La empresa no pagará nada al Ayuntamiento, pero el Ayuntamiento tampoco a la empresa. Guillermo Ferrero sí considera que hay un precio a pagar: prescindir del Estadio.
«Ahora en Madrid solo hay una instalación homologada, la pista de Moratalaz, donde se celebran los Meeting. Tiraron el Vallehermoso bajo el pretexto de que estaba obsoleto. Sin embargo, solo unos días antes se celebró allí el Meeting de 2007. No estaba obsoleto, lo que estaba era viejo y mal mantenido. Tenía sus limitaciones, pero otros como él han durado más de 100 años», afirma Ferrero.
Madrid tuvo su corazonada y decidió invertir en instalaciones deportivas. Pero a veces las corazonadas están equivocadas, aunque se hayan perseguido con verdadera pasión y fervor, incluso con la mejor de las intenciones. Las olimpiadas de Madrid 2016 nunca llegarán a celebrarse. Tampoco la resurrección del Vallehermoso. Consecuencias de la crisis, que dirán algunos.

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