CARLOS TORO
El Mundo.es
Final de 3.000
metros. Sonó el disparo y empezó una carrera cuyo desenlace estaba escrito en
las estrellas. Jakob Ingebrigtsen la dominó, junto a su colaborador hermano
Henrik, desde las primeras posiciones. Ambos la fueron acelerando
paulatinamente hasta hacerla trizas. Jakob, entonces, pulcro, fácil, rutinario,
se fue solo y ganó con 7:56.15, como podía haber vencido con 10 segundos menos
o 10 segundos más. Sólo podía existir un desenlace, el mismo que se espera hoy
en los 1.500. Su hermano Henrik terminó tercero con el mismo tiempo que el
británico Chris OHare (7:57.19). Los Campeonatos en pista cubierta se
caracterizan, a diferencia de los de al aire libre, por la reducida nómina de
máximas figuras en liza. A las citas veraniegas acuden los que pueden. A las
invernales, los que quieren. En verano, una de las noticias es la relación de
ausentes forzosos. En invierno, la gran noticia es la lista de presentes
voluntarios. A los mejores atletas de nuestro continente, los de máxima talla
mundial, no les estimula la escena "indoor". Por eso es de agradecer
que por Glasgow ande gente como Mariya Lasitskene, Dafne Schippers, Laura Muir,
Ivana Spanovic, Ekaterini Stefanidi, Karsten Warholm, David Storl, Orlando
Ortega y... Jakob Ingebrigtsen. El noruego es aún demasiado joven (18 años)
como para hacerle asquitos a competiciones que le vienen pequeñas, pero en las
que se va forjando y explorando sus capacidades. Aparte de ir construyéndose un
palmarés que le ilusiona porque, aunque ya es un gigante, sigue siendo un
chaval. Su figura se proyecta mucho más allá de nuestras fronteras
continentales como alternativa democrática a la dictadura africana. Ello
implica una variación en las relaciones de poder y una ruptura de la monotonía.
El aficionado le sigue por su talento y por la candente posibilidad de verlo
interferir en la marea oscura, enriqueciendo la competición y proporcionándole
una excitante novedad. Jakob, que este invierno ha dado cuenta de Samuel
Tefera, luego de que éste batiera (3:31.04) el récord mundial de 1.500 de
Hicham El Guerrouj, ha trastornado la geografía. Por su mediación, África
empieza en Noruega.
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