JUANMA BELLÓN
AS.com
María
Pérez (Orce, 22 años) es la primera deportista que obtiene la mínima para los
Juegos de Tokio 2020 en atletismo. La logró al proclamarse campeona de España
de 20 kilómetros marcha el domingo pasado en Marina d’Or (Castellón), donde
marcó 1h 30:55. El día de antes, había recibido el premio a mejor atleta
española del año por su título de campeona de Europa logrado en Berlín 2018. “A
ver si siguen las cosas así, por ahora todo va genial. Haber empezado ya con la
mínima sin entrenamientos específicos es un lujo”, cuenta la granadina, que
logró el billete para unos Juegos en el que las marcas requeridas han sido más
duras que nunca.
Pérez
reconoce que aquel oro de Berlín le ha dado “más confianza”: “Todos los atletas
que tienen un buen resultados ganan en seguridad y la suerte es que la puedes
trabajar. Pienso que estoy bien, tengo la suerte de saber leer las carreras,
pero creo que hay muchos aspectos que se pueden trabajar con psicólogos, yo he
empezado con Patricia Ramírez”. Porque María es una profesional pura, que tiene
muy claro que la competición es lo primero: “Los deportistas tenemos que estar
a lo nuestro, Usain Bolt antes de un gran evento no se distraería”.
De
Orce, un pueblo de 1.200 habitantes, se ha formado en Guadix junto al técnico
Jacinto Garzón, exmarchador y maestro en un colegio en Charches (Granada). “Es
un entrenador que hace crecer a los atletas, yo tengo mi equipo completo con
técnico, fisiólogo, médico, psicóloga, mánager… con los que también me puedo
tomar algo por ahí. Muchos de ellos comenzaron desde que era pequeña a
ayudarme. Al final somos una empresa y si las piezas funcionan bien, pues todo
va mejor”.
Con
22 años, ya es campeona de Europa, un resultado inesperado: “En la marcha se
suele sacar el máximo rendimiento con 24 y 25, es una disciplina dura en la que
la que el cuerpo se tiene que hacer. Pero a mí nadie me lo ha regalado, me lo
he trabajado día a día”. Porque María es dura de cabeza, cree en el horóscopo.
“Soy Tauro y muy cabezona. Cuando algo se me pone entre ceja y ceja lo intento
conseguir”. ¿Un ídolo? “En mi mente aparece la medalla de Miguel Ángel López,
cuando fue campeón de Europa en Zúrich o el bronce de María Vasco en Sydney
2000”. Ella ya empieza a ser conocida cuando marcha por Granada, Orce y Guadix.
“La marcha tiene espectáculo, son distancias
largas pero disputadas y bonitas”, cuenta María, caminante de vocación en una
disciplina en la que se baraja la introducción del 10 km, la mantención o
desaparición del 20 y el 50, meter un 30 y un 35. Y más allá de la distancia,
la implantación de una plantilla: “Considero que se reducirían mucho los
ritmos, toda la informática debe probarse antes bien para no desvirtuar”.
El
29 de septiembre a las 23:30 en la bahía de Corniche en Doha (Qatar) tiene una
cita con los Mundiales. “Las condiciones van a ser muy duras, sobre todo más
por la humedad que el calor. Es algo que no se parece a otra cosa, respiras
arena que es desierto. Habrá que adaptarse y hacer sesiones de noche para
simular”, sigue Pérez, que baraja en agosto entrenarse en Sevilla o el Cabo de
Gata. En cuanto a rivales, ese oro de Berlín le ha hecho ir “sin miedo”: “Nunca
he tenido, doy la cara cuando tengo que darla, si sale bien o mal pues ya está.
A veces me equivoco. Tengo más inquietud en cómo responderá mi cuerpo a esas
temperaturas que enfrentarme a las rivales. Si ellas lo consiguen, pues yo
también podré. Tengo un entrenador como Jacinto que planifica perfecto. Si es
que España es una potencia de la marcha”.
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