martes, 1 de septiembre de 2009

Los nuevos retos de Bolt


Carlos R. Galindo SPORT

Cuando le preguntas por Carl Lewis arruga el hocico y sonríe apartando su mirada hacia un lugar lejano: “No, yo no me quiero parecer a Carl Lewis”.
Y, sin embargo, Usain Bolt, no se conforma con liderar de forma tiránica los 100 y 200 metros –en ambas pruebas batió los récords mundiales en los pasados Mundiales de Berlín con tiempos de 9.58 y 19.19, dos marcas estratosféricas– amén del relevo corto, los 4x100 metros con el cuarteto jamaicano.
El atleta natural de Trelawny quiere más. Su cuerpo le pide nuevas experiencias. ¿El salto de longitud?, ¿los 400 metros...? Bien, vale, pero, ¿será capaz?
A estas alturas, no sabemos si Bolt estará preparado despuntar en esas dos disciplinas con la misma solvencia que demuestra en las carreras de velocidad pura. Después de dominar el sprint de forma apabullante los dos últimos años, quiere buscar nuevos objetivos a los que dedicar su extraordinario potencial.
El otro día, ya manifestó publicamente que le gustaría probar sus habilidades en el salto de longitud. Lo hizo en Zúrich, pocas horas antes de tomar parte en la Weltklasse, la reunión atlética más importante del mundo. Bolt dijo: “Desde que fui a la escuela secundaria, quiero probar esta prueba. Lo hablaré con mi entrenador”.
El jamaicano, que acaba de cumplir los 23 años, no aclaró cuándo decidirá probar esa experiencia. Tampoco cuenta con marcas de referencia. Se trata tan sólo de un deseo. Ni siquiera sabe en cuánto está fijado el récord de su país en esa disciplina.
Mike Powell, plusmarquista universal de la especialidad con 8,95 metros desde los Mundiales de Tokio’1991, se apresuró a decir que Bolt es un “monstruo de la naturaleza”. “Con su altura, es un tipo que me asustaría. Es grande y rápido... Yo podría enseñarle cómo saltar nueve metros; lo haría por un pequeño honorario”, bromeó.
Nadie discute que Bolt es un portento atlético que ha roto barreras que parecían imposibles. En los Juegos Olímpicos de Pekín fue el primer hombre en bajar de 9,70 en los 100 metros al parar los relojes en 9,69. Y eso que en los últimos metros se frenó e hizo aspavientos que le sumaron centésimas a un crono ‘imposible’. En Berlín pulverizó su marca por once centésimas hasta situarla en 9,58 segundos. En la capital china, en los 200 hizo lo mismo. Acabó con el récord de 19,32 segundos de Johnson, que parecía infranqueable para situar la nueva plusmarca en 19,30. En Alemania, hace apenas unos pocos días, rebajó el tiempo hasta unos increíbles 19,19, pese a que aseguró que estaba cansado y que había llegado en mejor forma a los Juegos Olímpicos de Pekín.
La pregunta que los especialistas se hacen es: ¿será el jamaicano tan hegemónico en esas dos disciplinas como lo está siendo en los 100 y 200 metros? Las voces más autorizadas para responder a esa pregunta, los actuales plusmarquistas del mundo de ambas disciplinas, creen que sí. “Ciertamente es posible, podría romper el récord”, señaló el estadounidense Michael Johnson, quien aún posee la plusmarca mundial en los 400 metros con 43,18 segundos, establecida hace diez años en los Mundiales de Sevilla.
Bolt cree que aún tiene margen de mejora. El jamaicano está convencido de que el récord de los 100 metros se puede bajar hasta los 9,40. “No sé si seré yo quien lo haga, pero es posible”, aseguró.
¿Hasta donde llegara?
¿Seguirá explorando los límites humanos en el sprint o buscará nuevos récords en otras disciplinas? La respuesta la tiene el hermético Glenn Mills, el técnico al que Bolt escucha como si fuera un ‘gurú’.
Antes de que el jamaicano explotara en los 100 metros, Mills quiso enfocar a su pupilo –en un principio un especialista de 200– hacia la vuelta al estadio. Pero Bolt dijo que no. Como adviertió Johnson en Berlín: “los 400 metros son diferentes. Uno tiene que dedicarle mucho trabajo y entrenamiento. Son muy sacrificados. Y a Bolt no le gusta mucho el esfuerzo físico”, aseguró.
Con 1,93 metros de altura y la velocidad del relámpago, Bolt tiene las condiciones naturales para hacer lo que quiera en la especialidad que quiera. “Le dije a mi entrenador que me gustaría intentar el salto de longitud antes de retirarme, porque pienso que sería bueno en eso”, adelantó el atleta.
Vencer en el foso de arena lo entroncaría definitivamente con leyendas como Jesse Owens o Carl Lewis, que ganaron cuatro medallas de oro en unos Juegos Olímpicos, en los 100, 200, 4x100 y longitud.
“Tiene potencial para saltar nueve metros y medio”, aseguró en una entrevista con el diario “Frankfurter Allgemeine” Lauren Seagrave, técnico del campeón mundial de salto de longitud, el estadounidense Dwight Phillips. “Pero seguramente pensará: ‘9,50 o 9,40 segundos son mejor que 9,50 metros’. Y en ese aspecto, quizá tenga toda la razón”.

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