jueves, 3 de febrero de 2011

"DAME ALGO PARA EL CAMINO"



CARLOS ARRIBAS El País.com

Hablaba siempre, habla aún, Pat McQuaid, el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), de que el ciclismo está inmerso en "la cultura del dopaje". Quizás no esté muy equivocado el dirigente que ha convertido el control de los controles en una de sus armas. El ideal clásico de "belleza, inteligencia y fuerza", ha sido reducido por muchos al de "fuerza (esteroides) y oxígeno (sangre)", y los ideólogos de esta tendencia del pensamiento no son tampoco inmunes a sus atractivos, ni tampoco a la posibilidad de hacer trampa en cualquier desafío deportivo. Así al menos lo muestra una serie de conversaciones telefónicas de la Operación Galgo entre Eufemiano Fuentes (el admirado number one, según el imputado César Pérez, entrenador de Marta Domínguez) e Ignacio Labarta, ex director del Kelme y colaborador directo de Fuentes, imputados ambos en la Operación Puerto. La grabación de sus conversaciones ha sido incluida en el sumario.
En la primera semana de septiembre pasado, Labarta se encuentra en Medellín (Colombia), contratado como preparador físico del equipo ciclista Orgullo Paisa, cuyo corredor Sergio Henao había ganado unas semanas antes la Vuelta a Colombia. Desde allí, un "paraíso fiscal", según la broma que comparten ambos interlocutores, habla con Fuentes de diversos asuntos y, sobre todo, de uno que le preocupa especialmente. El técnico aragonés le anuncia al médico canario que cuando regrese a España (vuelve el 8 de septiembre) tiene previsto hacer el Camino de Santiago en bicicleta y que le preocupa cómo estará de forma, pues ha estado entrenándose con unos que le acompañarán y que le han dejado tirado en la primera cuesta. "Dame algo para el Camino", le pide a su amigo. Fuentes reconoce que en Colombia no encontrará pichicata (dopaje) y le recomienda que cuando vuelva a España se haga con unas ampollas de Deca Durabolín 500, el anabolizante nandrolona. Labarta duda, se confiesa un poco miedica con esas cosas, pero Fuentes, según las escuchas, le convence finalmente.
El 23 de septiembre, Labarta celebra en Santiago de Compostela el final de su camino. Lo hace con una cena con amigos en el restaurante Casa Camilo de la que son testigos algunos agentes de la Guardia Civil que toman fotografías que están incorporadas al sumario. En ellas se reconoce junto a Labarta a un masajista del Xacobeo-Galicia y a dos de los ciclistas del equipo, que cuatro días antes han terminado brillantemente la Vuelta a España, Ezequiel Mosquera, que acabó segundo en el podio de Madrid, y David García.
Justo una semana más tarde, la federación de ciclismo anuncia el positivo de ambos ciclistas. David García, al que se encontró en la orina EPO y un expansor de plasma, ha sido suspendido dos años; a Mosquera se le encontró solo la primera sustancia y aún está a la espera del contraanálisis que lo confirme. Entre las escuchas grabadas a la médica Yolanda Fuentes, hermana de Eufemiano y también imputada, se encuentra una con el masajista que cenó con Labarta: en ella le muestra su preocupación por los positivos de los corredores.

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