lunes, 5 de septiembre de 2011
CULSON Y UN RARO MUNDIAL
CARLOS URIARTE GONZÁLEZ. EL NUEVO DÍA.COM
Por tercer año consecutivo el ponceño Javier Culson ratifica su clase mundialista al conseguir su tercera medalla plateada en un evento que reúne a los mejores del planeta en el atletismo. Nuevamente su actuación brindó al pueblo la máxima alegría y orgullo patrio que un atleta pueda ofrecerle a sus seguidores. Su peregrinación entre los mejores del mundo en los 400 metros vallas, comenzó en el 2009 en Berlín, al convertirse en el primer boricua en ganar una presea en un Mundial de Atletismo. En esa ocasión logró plata con un tiempo de 48.09, en una carrera que vino de atrás por el carril ocho, con mucha fuerza y con un remate espectacular, que soportó a duras penas, el ganador Kerron Clement de Estados Unidos con 47.91
Al otro año (2010), luego de una larga temporada que comenzó en mayo, donde consiguió su mejor tiempo en su ciudad natal de Ponce con 47.72, volvió a llegar segundo en la Copa del Mundo que se celebró en septiembre en la ciudad croata de Split, cerrando con 48.08, su segundo mejor registro de su carrera deportiva, cediendo el primer lugar al británico David Green que finalizó con 47.88. Su tercera visita al podio mundialista la logró hace unos días, volviendo a llegar segundo en el Mundial de Daegu en Corea del Sur con un tiempo de 48.44, siendo superado nuevamente por Green con 48.26, siendo ese el tiempo más pobre para un medallista dorado en los 400 metros vallas en la historia de los Mundiales desde que estos comenzaron a celebrarse en Helsinki, Finlandia en 1983. Por su parte, el registro del ponceño, es el segundo más lento para un medallista plateado en estos certámenes, superando al alemán Harald Schmid que en la primera cita en Helsinki llegó segundo con 48.61.
Un vistazo general a la historia y a las estadísticas, nos dice que cuando los Mundiales de Atletismo se celebran un año antes de los Juegos Olímpicos, comienza a madurarse y a exhibirse la excelencia de los competidores del planeta rumbo a la olimpiada. Pero en esta ocasión los resultados y las actuaciones en este Mundial ha dicho todo lo contrario. El balance dejó una estela de interrogantes sobre las marcas logradas por los competidores, mejorándose solo tres marcas del campeonato, todas conseguidas por mujeres y una mundial que fue en el último evento de 4 x 100 metros en hombres, con 37.04 de Jamaica, cerrando en el último tramo Usain Bolt. Si se compara con el Mundial anterior, refleja una merma, ya que en Berlín se mejoraron nueve, con varias de ellas de carácter mundialista. Las que registraron su nombre en libro de nuevos récords del campeonato fueron en la bala Valerie Adams de Nueva Zelanda con 21.24 metros, la rusa María Abukamova en la jabalina 71.99 y la australiana Sally Pearson en los 100 metros vallas con 12.28 segundos. Otros 17 ganadores de oro lo hicieron con las mejores marcas del año en sus eventos, además se mejoraron 41 marcas nacionales.
Hay muchas razones y teorías para que se haya visto un retroceso en tiempos en las carreras y registros en los eventos de campos, en la gran mayoría de los competidores. Una de ella, es lo largo que ha sido la temporada, demasiada competencias en múltiples ciudades del mundo, con grandes incentivos económicos, pero obligando a los atletas a someterse a largos viajes. Otra ha sido el control del dopaje, en este Mundial, la Federación Internacional puso en práctica los controles más severos en la historia deportiva de cualquier evento internacional. Todos los competidores (1,849) fueron sometidos a un control de sangre, algo que nunca antes se había hecho.
El campeonato tuvo notables ausencias por muchos motivos, entre ellas a cinco campeones que no pudieron defender sus títulos. Otros 17 campeones no tuvieron éxito en volver a mantener su supremacía, como el velocista Usan Bolt de Jamaica en los 100metros por eliminación por falsa salida, Dayron Robles de Cuba en los 110 metros vallas, eliminado por infracción a las reglas al tener contacto con el chino Liang Xiu. La saltadora a lo alto, la croata Vlanka Vacic que llegó segunda, la triplista Yargeris Savigne, cubana que tenía dos títulos mundiales seguidos y esta vez se tuvo que conformar con una sexta posición. Otro de los grandes que quedó fuera, fue el etíope Kenisa Bekele, que nunca antes había perdido una carrera en los 10,000 metros y que esta vez se detuvo y otras tantas megas estrellas que no pudieron ratificar su clase mundialista.
Eso abrió un espacio para nuevas figuras, que comenzaron a despuntar con confianza para la próxima cita mundialista que será los Juegos Olímpicos en agosto del 2012 en Londres. De entrada le puedo asegurar y augurar, que la próxima temporada será una más corta y que los atletas elites estarán mucho más consientes en su preparación y en la planificación de sus eventos. Eso deja planteado un choque interesante, ente las nuevas figuras emergentes que despuntaron en este evento, frente a campeones olímpicos y mundialistas, que tuvieron que ceder su liderato, pero que de seguro vendrán con fuerza a buscar lo que esta vez se le escapó.
En el caso de Culson, este no ha tenido su mejor año en tiempos. En el 2009 tuvo mejor consistencia en promedio y llegó a bajar hasta los 48.09 segundos. En el 2010 logró otra gran temporada en tiempos, consiguiendo su mejor hasta el momento con 47.72 y su segundo mejor con 48.08, mientras que este año (2011) su mejor ha sido 48.33, bastante alejado de su excelencia, pero manteniendo la consistencia de correr en 10 ocasiones por debajo de los 49 segundos. Si lo comparamos con el británico Green, este ha corrido en menos ocasiones que Culson, lo ha hecho en siete ocasiones y sus registros han sido más compactos, su 48.65 ha sido su marca más elevada de la temporada, siendo su mejor 48.20, con tres tiempos más rápidas que la mejor marca de Culson en el año, incluyendo la que le dio el oro en el Mundial.
Aunque Culson no ha tenido su mejor año en los tiempos, si ha mantenido su presencia mundialista como titular, en un campeonato donde grandes figuras se escocotaron. En su evento, los cuatro corredores de los Estados Unidos se quedaron fuera de las medallas y dos de ellos no llegaron a la final, en una prueba que es emblemática para ellos. El líder en tiempo del cuarteto, su joven promesa, Jeshua Anderson (47.93), fue derrotado por Culson en las semifinales. Al veterano y consistente Angelo Taylor lo derrotó tres veces en Daegu, a Bershawn Jackson, que llaman “Batman” y que siempre finaliza como un bólido, lo dejó pegado desde la séptima valla. El campeón defensor, Kerront Clement, no demostró su clase, durante todo el evento.
Fue un Mundial devaluado en marcas, con sus excepciones. Para nosotros esperanzador, lleno de sueños e ilusiones, ya que puso a Javier Culson en la ruta para una medalla olímpica en Londres. El camino para llegar a la final de los 400 metros vallas en las olimpiadas no es fácil. Falta más que buenas intenciones, pensamientos positivos y la gran dosis de optimismo que se permea entre el pueblo y los dirigentes deportivos. Hay que trabajar duro, la preparación debe ser ardua, con mayor análisis de lo que pasó durante este año, con el propósito de mejorar el rendimiento y llegar a la excelencia, con tiempos más cercanos a los 48 segundos y porque no, a los 47.72 que logró en mayo del 2010 en Ponce. Sus rivales, muchos de ellos con mejores tiempos que Culson en el 2011, se desinflaron en este Mundial. Ellos saben que para estar en el podio olímpico, tienen que derrotar a Culson en la pista, no en los rankings de la Federación Internacional. Culson es un rival de cuidado que lleva tres años entre los mejores dos del mundo, corriendo duro, con gallardía y valentía en las carreras que valen, como ha sido las finales mundialistas de los últimos tres años. Culson y el pueblo conocen bien el valor de los metales y saben muy bien que el oro brilla y pesa más que las platas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario