miércoles, 28 de septiembre de 2011
ONYIA VUELVE A CAER
CARLOS ARRIBAS El País.com
El de Josephine Onyia, la plusmarquista nacional de los 100 metros vallas (12,50s en 2008) es un caso puro de velocidad, persistencia, insistencia. La atleta, de origen nigeriano (española desde el 19 de abril de 2007), retornó a la competición el 29 de enero, tras una suspensión de dos años por un doble positivo (clembuterol-metilhexaneamine). Menos de seis meses después, el 9 de julio, en la reunión de Madrid, pasó un control ordenado por la federación internacional (IAAF) y, según diversas fuentes de la lucha antidopaje, el laboratorio volvió a detectar en su orina metilhexaneamine, el mismo estimulante hallado en 2008. Ni su técnico, Rafael Blanquer, que no responde al teléfono, ni ella, que se encuentra en Estados Unidos y no compite desde ese 9 de julio, han confirmado la noticia. La federación española, tampoco, ya que no se lo permiten la ley de protección de datos ni la ley antidopaje.
Si la federación, que, delegada por la IAAF, debe tramitar el expediente sancionador, considera culpable a Onyia, de 25 años, de una nueva infracción del reglamento antidopaje, el abanico de sanciones, dado que el metilhexaneamine es una sustancia de las llamadas específicas, que puede haberse tomado de forma inadvertida, es amplísimo: desde dos años a una sanción a perpetuidad. En 2008, la federación la absolvió y tuvo que ser el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), ante el que recurrió la IAAF, quien la suspendió por dos años.
Tan convencida estaba entonces la federación de la inocencia de Onyia que en marzo de 2009 la seleccionó para los Europeos de Turín en pista cubierta. Y en Turín estaba cuando la IAAF recordó que no podía competir. La federación la envió de regreso a casa y explicó su baja por una gastroenteritis sobrevenida. En este segundo positivo fue la propia atleta quien, en vísperas de los Campeonatos de España, que se disputaron el 6 y el 7 de agosto, anunció que era baja por lesión. Pese a ello, el 12 de agosto figuraba en la lista de la selección para los Mundiales de Daegu. Una semana después, la federación anunció que no iría "por baja forma".
Onyia, antes de sus positivos (su mejor marca tras su regreso fue 12,95s), llegó a ser una de las mejores del mundo. De hecho, uno de los objetivos de José María Odriozola, el presidente de la federación, que quería contar con ella en Londres 2012, era lograr que el Comité Olímpico Internacional (COI) derogara la regla Osaka, que prohíbe participar en los Juegos a los sancionados más de un año por dopaje.
En el mismo comunicado en el que se anunciaba la baja de Onyia para Daegu se informaba de la renuncia de otros tres atletas: Sergio Sánchez, Benjamín Sánchez y Estela García. De esta última, oficialmente víctima de una lesión "de última hora", se supo poco después -lo desveló el diario Público- que había dado positivo por el diurético furosemide durante los campeonatos nacionales. El instructor de su expediente en el Comité de Competición solicitará una sanción de seis meses para ella. El caso de García, velocista entrenada por Manuel Pascua hasta diciembre, liga la actualidad del dopaje en nuestro atletismo a la Operación Galgo, desarrollada en diciembre de 2010 y que hasta el momento solo ha tenido consecuencias sancionadoras para Alemayehu Bezabeh, suspendido dos años. Otro español figura actualmente en la lista de sancionados publicada por la IAAF en su web, el saltador de obstáculos José Luis Blanco, positivo por EPO en los Europeos de 2010.
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