lunes, 3 de enero de 2011

Carta abierta a Marta Domínguez


SPORT.ES

Perdone el tono dubitativo de la presente pero tengo ciertas reticencias sobre su honradez. Entiéndame: quiero creer en usted, en su inocencia... Pensar que los últimos días no han sido más que un mal sueño. Una pesadilla. Me gustaría decirlo a gritos porque buena parte de mis mejores recuerdos profesionales están unidos a su persona.
Usted ha sido un ídolo para miles de niños, para millones de mujeres de este país. La más representativa, probablemente. Una referencia. Mi heroína personal. Pero algo me dice que tras esa imagen que proyectaba –tesón, sufrimiento, competitividad...– se escondía otra Marta. Sí, disculpe el atrevimiento; a veces pienso que nos engañó a todos, que nos mintió, que construyó su éxito sobre los excrementos del dopaje.
Entienda, pues, mis dudas. No sé qué pensar. ¡Ayúdeme...! La cabeza me dice una cosa, el corazón otra y la Guardia Civil, una tercera. ¿A quién debo creer? ¡Ah! Me cuesta pensar que la Benemérita entrara en su casa y se llevara un arsenal de pruebas que no fueran otra cosa que Nenuco, polvos de talco y documentos sin valor alguno. No, la Guardia Civil no hace esas cosas... No comete tales errores. Por esa y por otras muchas razones, quiero pedirle una cosa: Marta, si usted es inocente, luche hasta el final. Acabe con esta pesadilla. Saque a flote su coraje y limpie su nombre. No le falta valor y seguro que estará bien asesorada. Pero si no lo es, si resulta que nos ha engañado a todos, confiese. Acabe pronto con esta zozobra. Permita que el deporte al que usted le debe todo recupere la credibilidad y se lama las heridas en silencio, sin más consuelo que el propio llanto. Se lo debe a sus compañeros, al atletismo, a quienes creyeron en usted... Cierre este triste episodio con dignidad.

1 comentario:

Santa Biología dijo...

Gran carta, quizás lo que todos estábamos pensando.

Un saludo