El País.com
Cate Campbell buceaba primera tras pasar los primeros 50 metros de la final de
los 100 libres. La australiana, máxima favorita para llevarse el oro, había
salido rapidísima. Nadaba por debajo del récord del mundo. Cumplía todas las
expectativas y alcanzarla a tal ritmo se antojaba complicado, pero se desinfló.
La australiana pagó muy cara su suicida estrategia y dos jovencísimas
nadadoras, Penny Oleksiak y Simone Manuel, olieron la sangre y el oro. Y lo
ganaron superando a Cate, fuera incluso del podio, a su hermana Bronte y a la
sueca Sjostrom.
Oleksiak y Manuel pararon el crono juntas a los 50.70
segundos. Las dos batieron el récord olímpico y se llevaron el oro con unos
últimos 50 metros
sobresalientes. La canadiense de 17 años voló en último largo. Lo completó solo
en 27 segundos, pasó de la séptima posición en el primer viraje a dar caza a
Cate, dejarla atrás, superar a Sjostrom, quien se tuvo que conformar con el
bronce (52.99), y aguantar el ritmo de Manuel, que devolvió el trono a Estados
Unidos en una prueba que se le resistía desde Los Ángeles 1984.
Precisamente, en aquellos Juegos dos norteamericanas, Carrie
Steinseifer y Nancy Hogshead compartieron el primer escalón del podio en el
hectómetro. Oleksiak, una nadadora nacida en el 2000 que se lleva cuatro
metales de Río, y Manuel han vuelto a hacerlo.
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