DIEGO TORRES
El País.com
La natación, como cualquier juego, es un conjunto de signos
convencionales que sirven para construir un orden mucho más reconfortante que
la realidad cotidiana. Si los 200 metros mariposa fuesen solo la denominación
de una carrera, Michael Phelps no habría consagrado su vida a perfeccionar su
ejecución. Si esto fuese solo deporte, el mejor nadador de todos los tiempos no
habría salido del centro acuático de Barra de Tijuca tan conmocionado. Meneaba
la cabeza. Parecía afectado por una mal noticia. Cuando en la conferencia que
ofreció este miércoles de madrugada la presentadora pronunció su nombre y
añadió “el ganador de 20 oros olímpicos”, él no pudo reprimir la gran
confesión: “¡Estoy tan cansado…!”.
Michael Phelps, el deportista olímpico más condecorado que
existe, acababa de conquistar dos oros en sendas finales, los 200m mariposa y
los relevos de 4x200m, camino de cumplir con un programa en el que prevé ganar
tres oros más. A sus 31 años, la jornada le había vaciado. Física y
anímicamente. Alguien le preguntó qué le pasaba y respondió con esa especie de
franqueza pueril que le caracteriza.
“Esto”, dijo, “se ha
repetido durante los últimos 16 años. Esta prueba es como mi hermano Butter
[del inglés butterfly, mariposa]. Y esta fue la última vez. Ver que esto se
acaba me resulta extraño. Solo poder ver el número uno junto a mi nombre una
vez más en 200 mariposa… No pudo haber resultado mejor”.
Campeón olímpico de 200 mariposa en 2004 y 2008, Phelps se
tiró al agua a las 22:30 de la noche en Brasil para disputar una de las finales
de mayor categoría que se han nadado jamás en esta prueba. Allí estaba el
campeón olímpico de 2012, el sudafricano Chad le Clos, el tercer mejor
especialista de la historia después de Phelps con un 1m 52,66s en la final de
Londres. Comparecía el húngaro Laszlo Cseh, actual campeón mundial, que hizo 1m
52,70s en 2008, lo que le convierte en el hombre más rápido que ha existido en
esta prueba, y su compatriota de 20 años Tamas Kenderesi, el único en bajar de
1m 53s en las semifinales. El japonés Masato Sakami, que en los nacionales de
Tokio de este año había hecho 1m 54,21s, completaba el abanico de aspirantes.
La carrera concentró una expectación descomunal. Los nervios
de algún participante incluso provocaron una salida en falso. Phelps la dominó
con aparente holgura. Pasó por el primer muro en segunda posición (24,85 segundos)
siguiendo a Cseh. El veterano húngaro, de 30 años, quizás salió demasiado
rápido (24,77s). Lo pagó con un naufragio progresivo mientras Phelps, Le Clos y
Kenderesi avanzaban casi alineados, midiéndose, vigilándose como si pudiesen
descubrirse alguna debilidad en el fragor del chapoteo y el griterío.
“Sabía exactamente
cómo nadaría esta carrera Chad y lo vi acercarse hacia la última pared”,
recordó Phelps, del paso por el 150. “Cuando faltaban diez metros y le vi otra
vez, me dije: ‘Dios mío! ¡Me estoy quedando tieso…!’. Perder la final de
Londres es algo que he llevado clavado todos estos años…”.
“La carrera que de
verdad quería ganar esta noche eran los 200 mariposa”, recalcó, como si el
voluntarismo hubiese pesado una tonelada a la hora de decidir entre el perdedor
y el ganador. La diferencia resultó tenue. Si la final de Londres que tanto
abrumaba a Phelps se inclinó en favor de Le Clos porque llegó cinco centésimas
de segundo antes (0,05 segundos), la final de Rio perteneció a Phelps porque se
adelantó en cuatro. No fue Le Clos el que más se acercó al oro si no Sakai, que
se emboscó en el sexto puesto y aceleró como un torpedo en el último largo.
Hizo 29,67s en los 50
metros finales y tocó la pared con una marca global de
1m 53,40s. Phelps lo superó con 1m 53,36. Si se hubiera cortado las uñas,
habría perdido el oro.
“Quería recuperar ese
título”, repetía, antes de marcharse a la Villa. “Llevaba clavada la final de Londres y
hubo un par de cosas que necesitaba ajustar en los últimos metros. Necesitaba
esa brazada demoledora. La última brazada de Londres me hizo perder el oro y la
última de Rio me dio la victoria. No me interesa el tiempo. Solo quería ganar”.
El bronce se lo llevó Kederesi con 1m 53,62s. Los tiempos
fueron vulgares para el estándar de Phelps, autor de los últimos ocho récords
mundiales que se han batido y muy capaz de bajar de 1m 53s. Apenas tuvo una hora para recuperarse. La
final de relevos, donde hizo de ancla, fue la prolongación del homenaje.
Estados Unidos se impuso sin dificultades al Reino Unido. Japón, con una
asombrosa generación de libristas, fue el tercer equipo en el podio.
“Estaba bastante quemado después de los relevos”, admitió el
ídolo. “Nadar los 200 mariposa y volver a competir ha sido duro. Este doble es
mucho más duro de lo que era antes. A los 31 años ha sido un gran desafío.
Probablemente mi jornada más difícil”.
Antes de que cogiera dos botes de fideos chinos y saliera
corriendo para darse un baño de hielo alguien le preguntó qué significaban
estas dos medallas con la perspectiva de su trayectoria. Michael Phelps solo
atinó a repetir lo mismo una y otra vez: “¡Qué ganas que tenía de recuperar el
título de 200 mariposa!”.
1 PHELPS Michael USA
1:53.36
2 SAKAI Masato JPN 1:53.40
3 KENDERESI Tamas HUN 1:53.62
4 LE CLOS Chad RSA 1:54.06
5 SETO Daiya JPN 1:54.82
6 BROMER Viktor DEN
1:55.64
7 CSEH Laszlo HUN
1:56.24
8 CROENEN Louis BEL 1:57.04
4 x 200
metros libre
1 USA 7:00.66
2 GBR 7:03.13
3 JPN 7:03.50
4 AUS 7:04.18
5 RUS 7:05.70
6 GER 7:07.28
7 NED 7:09.10
8 BEL 7:11.64
MUJERES
1 LEDECKY Kathleen
USA 1:53.73
2 SJOSTROM Sarah
SWE 1:54.08
3 MCKEON Emma
AUS 1:54.92
4 PELLEGRINI Federica ITA 1:55.18
5 SHEN Duo
CHN 1:55.25
5 BARRATT Bronte
AUS 1:55.25
7 COLEMAN Michelle
SWE 1:56.27
8 BONNET Charlotte
FRA 1:56.29
1 HOSSZU Katinka HUN 2:06.58
2 O'CONNOR Siobhan-Marie GBR 2:06.88
3 DIRADO Madeline USA 2:08.79
4 MARGALIS Melanie USA
2:09.21
5 COUTTS Alicia AUS 2:10.88
6 PICKREM Sydney CAN 2:11.22
7 ANDREEVA Viktoriia RUS
2:12.28
8 YE Shiwen CHN 2:13.56
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