EFE
Brianna Rollins, Nia Ali y Kristi Castlin consiguieron para
Estados Unidos en la final olímpica de 100 metros vallas un
triplete inédito en la historia de los Juegos.Si en la rama masculina (110 m vallas) Estados Unidos
ha logrado ocho barridas olímpicas semejantes, en la prueba femenina
equivalente la gesta no tiene precedentes.Rollins se impuso con un tiempo de
12.48, Ali entró a continuación con 12.59 y Castlin cruzó tercera con 12.61,
dejando el cuarto puesto a la británica Cindy Ofili (12.63) y el quinto para la
alemana Cindy Roleder, subcampeona mundial y titular europea (12.74).La prueba
femenina de vallas presentaba un rotundo predominio estadounidense -las siete
primeras del ránking mundial de la temporada proceden de ese país- pero carece
de líder y los resultados de los campeonatos son imprevisibles.
Ni la plusmarquista mundial, la estadounidense Kendra
Harrison, ni la campeona del mundo, la jamaicana Danielle Williams, ni la
campeona olímpica, la norteamericana Dawn Harper, fueron capaces de ganarse su
plaza olímpica, lo que da idea de la enorme volatilidad de esta prueba.Con su
récord mundial y siete victorias en ocho carreras, Harrison parecía llamada a
la gloria olímpica, pero su única derrota de la campaña al aire libre llegó en
el peor momento, en las pruebas de selección del equipo estadounidense, donde
sólo fue sexta.Sin embargo, bastaba con un simple vistazo al ránking para
comprobar que el título no se le podía escapar a Estados Unidos, aun cuando
partiera con tan importantes ausencias.Brianna Rollins, campeona nacional con
12.34 en julio y campeona del mundo en 2013, cargaba con la mayor
responsabilidad pese a sus 24 años, pero sus dos compañeras, Nia Ali y Kristi
Castlin, también ganaron sus semifinales con igual solvencia.Al final, se
impuso la lógica. Rollins fue la más fuerte y Estados Unidos ratificó su sólida
hegemonía mundial.
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