El ex camepón mundial y olímpico de 100 metros, el estadounidense Justin Gatlin, cumple este fin de semana su sanción de 4 años, tras ser castigado inicialmente por 8años, cuando dio positivo por testosterona en una prueba en su país en abril de 2006, siendo reincidente por otro caso de doping con anfetaminas en 2001. Su colaboración con la USADA, le evitó una sanción a perpetuidad y posteriormente, la reducción de la pena a la mitad. Han pasado cuatro largos años para el gran sprinter, nacido el 10 de febrero de 1982, en Nueva York, pasando la mayor parte de su vida en Raleigh, Carolina del Norte. Ganó el oro olímpico en la prueba reina de Atenas 2004, donde además fue bronce en los 200 metros, tras Shawn Crawford y Bernard Williams, y otra de bronce en el relevo 4 x 100 metros. En 2005, hizo doblete en los 100 y 200 metros, en una época en la que superaba con facilidad tanto a Asafa Powell como a un jovencísimo Usain Bolt, ya recordman mundial junior de 200 metros. Pero le llegó el escarnio de su sanción, de la que siempre le echó la culpa a su fisioterapeuta, quien según él, le había masajeado con la sustancia dopante, extremo que nunca pudo demostrar. Ahora le viene una etapa más difícil todavía por el veto implícito de los organizadores de las grandes reuniones en Europa. ¿Deben darle otra oportunidad después de cuatro años o hay que lapidarlo de por vida? ¿Se merece una nueva oportunidad? Creemos que naturalmente que sí.
La oportunidad, después de un año de duros entrenamientos, le llegará, al parecer, en Rakvare, en el Gran Premio de Estonia, en un estadio con capacidad para 2.000 espectdores, el próximo 3 de agosto. Indudablemente, si vuelve a acercarse a su mejor registro de 9.85, tendrá más fácil que le contraten en más reuniones de aquí al final de temporada, para el año que viene intentar obtener plaza para los Mundiales de Daegu. Suerte, Justin, pero haz todo lo posible para merecértela.
JOSÉ MANUEL MORENO. OCHO CALLES.
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