martes, 27 de julio de 2010
La primera, para Lemaitre
AMAYA IRÍBAR El País.com
El fenómeno Lemaitre pasó ayer como una exhalación por el Estadio Olímpico. La expectación creada por este francés de 20 años -¿será verdad que un blanco puede ganar los 100m?- no se notaba en las gradas, semivacías en ese momento. Pero el jovencito de Aix-les-Bains, muy tímido según quienes le conocen, no está aquí para que le jaleen las masas, ni siquiera para que le aplauda el selecto y elitista mundo del atletismo, ha venido a Barcelona a ganar, a demostrar que es el atleta más rápido de Europa.
Ayer dio un paso, aunque no sirva para nada. Logró el mejor tiempo de la primera ronda (10,19s con viento en contra, como toda la tarde) y demostró que los que dicen que le falta carácter, que el primer blanco en bajar de los 10s se hace pequeño en los grandes momentos, como ese viernes en el que miró a un lado y vio a Usain Bolt, al otro, y estaba Asafa Powell, pueden estar equivocados.
Lemaitre salía en la última serie sabiendo que su máximo rival, el gran favorito por sus marcas y sus tablas en el tartán, el británico Dwain Chambers, se había clasificado con facilidad (10,21s dejándose llevar los últimos metros, tan lejos estaban sus rivales). Se colocó el último en los tacos, para traspasar la presión al resto, se agarró a su marca (ese 9,98s que le hace el mejor del año), a esa confianza y gen competitivo que, dice su entrenador, le caracterizan, y acabó con la discusión. Por lo menos hasta hoy, hasta las semifinales (19.50) y la final (21.45).
Así que Lemaitre está aquí y Chambers, al que se vio mucho más suelto, también. Y poco más. El plusmarquista y campeón europeo, Francis Obikwelu, portugués que se entrena en Madrid y de vuelta tras un parón, también pasó de ronda, aunque pocos esperan algo grande de él en esta cita. Lo mismo que del español Ángel David Rodríguez (10,45s), que también se ganó el derecho de correr la semifinal.
Así que el espectáculo está servido, aunque solo será tal si Chambers y Lemaitre llegan a la final, al duelo cara a cara, porque hasta ahora ha sido sobre el papel o en carreras diferentes.
La duda está en si al francés le aguantarán las piernas. Antes de su primera carrera en Barcelona, el joven prodigio que empezó a correr solo hace cinco años se quejó del dolor. Nada más terminar, se llevó la mano a la pierna, con un gesto de dolor. Sólo luego sonrió y saludó al público.
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