ANDRÉS ARMERO
Marca.com
No se ha resguardado en las entrañas de un caballo como
DiCaprio en El Renacido, sino en una pista de atletismo en Mallorca. Sin hacer
ruido, Manolo Olmedo ha vuelto para que el 1.500 español recobre el orgullo
perdido. "Estoy mejor que en 2011, cuando fui cuarto del mundo",
afirma el sevillano tras un lustro marcado por sus lesiones y la ausencia de un
príncipe azul que tomase su relevo en la prueba reina del medio fondo.
Hace una semana Olmedo fue a Sabadell en busca de la mínima
para el Mundial de pista cubierta de Portland y se llevó la mejor marca
planetaria del año. Un extraordinario 3:38.25 que pudo ser menos. "Corrí
muchos metros solo. Si me sale una carrera que me lleve hasta el 1.200, puedo
mejorar un segundo y pico", dice el que fuera bronce europeo en Barcelona
en 2010. El atleta, que se entrena desde 2013 a las órdenes de Johny Ouriaghli, es
consciente de que está ante su último gran tren olímpico para poner el broche a
su carrera. "Pero no te puedes plantar en unos Juegos sin curtirte todo el
año a nivel internacional. El nerviosismo, los movimientos... Todo es
diferente".
En el camino hacia Río de Janeiro, Olmedo ha visto que
podría "hacer frente a los africanos tanto en carreras rápidas como
tácticas" desde la primera gran cita del año. "Me gustaría ir a Portland
y no quedarme con un mal sabor de boca, tal y como va la temporada. Pero me
parece ilógico llegar un martes y tener que competir un viernes, habiendo siete
horas de diferencia", explica sobre el 'jet lag'.
Por experiencia, es consciente de que "las
posibilidades de que esté luchando por las medallas se van a reducir
muchísimo" con tan poco tiempo de adaptación."Sé cómo reacciona mi
cuerpo, hasta el quinto o sexto día tú no puedes rendir al máximo nivel.
¿Puedes correr? Sí, pero a lo mejor, en vez de hacerlo en 3:36, lo haces en
3:40 y no es suficiente para ser competitivo en un Mundial. Se lo he comentado
a la Federación ,
ellos decidirán. Es tontería decir 'te llevo un martes y el viernes compites'.
No, es el que viernes voy a estar mal", concluye.Tras la cita de Oregón,
que se celebrará del 17 al 20 de marzo, Olmedo tratará de acudir en forma a
Mónaco para realizar un crono que le catapulte a los dos grandes eventos del
verano: el Europeo de Ámsterdam y, sobre todo, los Juegos de Río.
El cielo vuelve a ser el límite de este competidor nato:
"En el Mundial de 2011 me faltó menos de un segundo para estar peleando
hasta por el oro. Este año estoy mejor y los atletas son prácticamente los
mismos. Entonces, ¿por qué no soñar con un cajón?". En esta pregunta
desemboca un lustro de superación personal. Una osteopatía de pubis le dio
guerra "hasta la temporada pasada". Cada vez que se levantaba, un
contratiempo le enviaba de nuevo a la lona: "También tuve un problema en
el pie. Después se me rompió el gemelo... Lesión tras lesión, cuando parecía
que iba a ponerme en marcha, me paraba". Han sido cinco años largos para
Olmedo. Han sido cinco años eternos para el 1.500 en España.
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