lunes, 8 de febrero de 2016

RECTA FINAL PARA ODRIOZOLA

MIGUEL ÁNGEL BARROSO
ABC.es

«Me enteraba de muchas cosas, pero solo tenía sospechas».José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo durante los últimos 27 años, es un hombre acostumbrado a vivir en el ojo del huracán. Ha llevado el timón de un deporte que ha dado glorias, decepciones y no pocas polémicas a nuestro país en el último cuarto de siglo. Le ha tocado gestionar vacas gordas y flacas, la borrachera de medallas en los felices 90 y los escándalos de dopaje de los últimos tiempos, con el caso Marta Domínguez como más significativo: la atleta a la que defendió hasta que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) la suspendió por un anormal pasaporte biológico. «Tengo una sensación personal de tristeza. Ahora mismo no puedo poner la mano en el fuego por nadie, solo por mí».
Hace unos días, Odriozola presidió su última asamblea. El próximo 26 de noviembre habrá elecciones en la Federación y él no se presentará. Deja un atletismo en crisis de resultados y bajo la sombra de sospecha. No solo a nivel doméstico: este pontevedrés de 76 años conoce también los entresijos del atletismo mundial como miembro del Consejo y tesorero de la Asociación Internacional (IAAF), y apoya a Sebastian Coe en su intento por limpiar un deporte vapuleado por las trampas de los atletas y la corrupción de los dirigentes.
Tras la citada asamblea, rechazó las acusaciones de negligencia en el tratamiento del dopaje. «No acepto que me digan que estaba dormido y no me enteraba de nada. Alguna vez me lancé a la piscina sin tener pruebas porque me pareció que tenía que hacerlo para, al menos, liberar mi conciencia. La Federación Española no puede abrir expediente porque no tiene datos. Los tienen la IAAF y la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) y son secretos. Solo cuando piensan que algún caso puede ser sancionado, nos envían el expediente para que lo continuemos».
Otra cosa es que haya comunicado mal o defendido a determinadas personas», comenta a ABC Raúl Chapado, exatleta, triplista, director deportivo de las candidaturas olímpicas de Madrid 2016 y 2020, y desde hace un par de semanas candidato a la presidencia de la RFEA. «Con el escándalo del atletismo ruso estamos viviendo una catarsis, pero no es la primera: recordemos los ejemplos de Ben Johnson y de Marion Jones. Soy partidario de endurecer las sanciones, porque las que hay no han sido disuasorias. ¿Ocho años? Hay que debatirlo».
«Vivimos una época crítica», continúa Chapado. «Con carencia de lo que más ilumina, que son las medallas, pero nuestro atletismo se mantiene entre los ocho mejores de Europa. Es un deporte de muchas posibilidades, hay talento y grandes entrenadores, aunque hemos perdido patrocinios y presencia en los medios».
Isidoro Hornillos, olímpico en 400 metros en Moscú 80 y actual presidente de la Federación Gallega, también opta a suceder a Odriozola. «No quiero hacer demagogia con el dopaje», señala. «Siempre hay algún irresponsable, a nivel personal o de país. Otra cosa es cómo responder. Y la RFEA debe tener tolerancia cero». Sobre la situación de este deporte en nuestro país cree que «la sociedad tiende al hedonismo, y las actividades agonísticas no venden. Hay más niños que nunca practicando atletismo; por desgracia, al filtrar las capacidades del ser humano tiene un índice de abandono importante. Habría que intentar que el paso a la universidad no sea un freno».

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