ANDRÉS ARMERO
Marca.com
Cuando la pareja formada por el vallista John Sherwood y la
saltadora de longitud Sheila volvió a Sheffield a pasear su amor y dos medallas
olímpicas, Sebastian Coe, un niño de 12 años que se entrenaba en un club local,
descubrió cuál era su destino: triunfar en el atletismo. Tras dos oros y dos
platas en los Juegos, récords y marcas de otro planeta, el lord británico cerró
el círculo en agosto accediendo a la presidencia de la federación internacional
del deporte de su vida, la IAAF ,
en el momento más caliente.
Pregunta. ¿Se arrepiente de haber dado ese paso?
Respuesta. No, porque entré en un club de atletismo cuando
tenía 11 años y a los 59 me ha llegado la oportunidad de moldear el futuro de
nuestro deporte. ¿Por qué no querría hacerlo? Es un gran honor. Sí, los días
después de la elección y los meses siguientes fueron duros, pero es fundamental
que hagamos los cambios que podamos para dar confianza al grupo más importante
de personas: los atletas. Mi doble desafío es devolver el crédito a la
federación y devolver el crédito a nuestro deporte.
P. ¿Cuando pisa un estadio siente todavía cosquillas o eso
ya es parte de otra vida?
R. No, es muy importante que recuerde que me defino como un
corredor. No estoy siendo entrevistado por usted por ser un hombre de negocios
o un gestor deportivo; correr es la génesis de mi vida. Siempre miro el mundo
de mi deporte a través de los ojos de un competidor. Vengo de pasar dos horas
en la zona de calentamiento hablando con entrenadores, atletas... Es donde me
siento más cómodo. Creo que es muy importante para un presidente de una
federación nunca jamás olvidar el hecho de que lo que trae el éxito para
nuestro deporte es en esencia lo que pasa en esa área de calentamiento, no en
el palco del estadio.
P. ¿Está el atletismo intentando reinventarse?
R. Quiero que la gente sea tan imaginativa como pueda y que
no vea limitada su creatividad. Portland ha sido un gran ejemplo, podemos hacer
las cosas de manera diferente. Nada es inamovible. Para la gente joven no es
atractivo que hagamos siempre lo mismo. Tenemos que recordar un concepto muy
importante: nuestro producto es el atletismo, pero nuestro negocio es el
entretenimiento. Hay que asegurarse de que ambas cosas están en equilibrio. Lo
que me gusta es que un Mundial indoor es una buena oportunidad para probar
nuevas ideas: algunas funcionarán, otras no, pero la innovación es lo que de
verdad nos va a salvar.
P. Usted conoció otro atletismo español, con una gran
generación de mediofondistas. ¿Cómo los recuerda?
R. González y Abascal fueron extraordinarios atletas en una
era excelente para el deporte y el atletismo español. Eran rivales de mucho
talento y cada vez que me enfrentaba a ellos sabía que estaba en una carrera
muy grande. Abascal consiguió la medalla de bronce en Los Ángeles y me alegré.
Habría sido más bonito que Gran Bretaña hubiese copado el podio, pero, si eso
no sucedía, estaba feliz de que un español ganase una medalla, porque España
era muy fuerte en medio fondo. Y, por supuesto, Fermín Cacho en 1992, que
delante del público de casa logró lo máximo. Fue una etapa muy importante para
el atletismo español.
P. ¿Hay futuro en el tartán español o el cielo está gris?
R. No, no, no, el futuro será bueno para el atletismo
español porque España es un país muy importante para el atletismo a nivel
global. Tengo muchos amigos cercanos, amantes del deporte, en España y, además
de gustarles el fútbol, el hockey o lo que sea, también les gusta el atletismo.
Ustedes tienen una gran cultura y una muy buena historia en atletismo
P. En esta era de dominio africano, ¿está el medio fondo
europeo en crisis?
R. Sí, cuestiono la calidad de algunos entrenadores de medio
fondo en Europa. Pienso que se puede llevar a los atletas europeos a lo más
alto en distancias de fondo y medio fondo y creo que los entrenadores puede que
se hayan rendido un poco al respecto. No estoy seguro de que la falta de
motivación sea de los atletas, quizá los entrenadores son quienes han perdido
su confianza.
P. Tampoco salen nuevos Coe en Gran Bretaña. R. Tenemos a Mo
Farah en 5.000 y 10.000, pero, por debajo de él, los atletas no corren tan
rápido como lo hacíamos hace 30 años. Estoy obviamente decepcionado de que en
mi propio país no hayamos mantenido el legado en el medio fondo.
P. ¿Qué le parece Farah?
R. Mo Farah ha sido y es muy muy importante para nuestro deporte,
confiamos mucho en él. Es un corredor con un gran abanico de distancias. No en
vano, tiene el récord del Reino Unido de 1.500, que era muy difícil de romper,
nada menos que la plusmarca mundial de Steve Cram.
P. ¿Con qué atletas disfruta hoy como aficionado?
R. Por supuesto, Usain Bolt, todavía domina las pruebas de
velocidad; en mi distancia, los 800, David Rudisha está al nivel de los más
grandes; en mi propio país tenemos a Jessica Ennis, que domina las pruebas
combinadas; pero, si miramos un poco más allá, también hay fantásticos
saltadores de altura como Bondarenko o Barshim; Valerie Adams en peso... Hay
muchos.
P. Pero ahora, como dijo Ed Moses en MARCA, todo gira
alrededor de Bolt.R. Eso es un desafío para nosotros, necesitamos que los
Rudisha, Adams, Bondarenko, Schippers y los top sean reconocidos, porque son
deportistas más talentosos que mucha otra gente que el público conoce más.
Nuestra responsabilidad y la de las federaciones es asegurarnos de que les
promocionamos tanto como podamos y quizá en el pasado no lo hicimos tan bien
como deberíamos.
P. ¿Los medios también tienen la culpa?
R. Sí, pero sabemos que cada vez quedan menos periodistas
especializados en atletismo, hay menos que nunca. Yo estaba hace 20 o 30 años
en escena y cada país tenía 10, 15, 20 periodistas dedicados al atletismo.
Reconozco que ustedes ahora tienen un trabajo más duro para convencer a sus
jefes de que hay más deportes que el fútbol.
P. ¿Por qué ya nadie intenta buscar el doblete 800 -1.500
que le hizo famoso?
R. Porque creo que el 800 ya no es un evento de medio fondo
ni de resistencia. Antes tenías cuatro carreras y no había descanso entre
ellas. Implicaba una diferente constitución física. Ahora hay tres carreras y
tenemos un día de descanso entre las semifinales y la final. La última persona
que realmente fue capaz de sacar medallas en las dos pruebas fue Saïd Aouita,
pero incluso él, cuando en Seúl consiguió correr bien los 800, no logró medalla
en el 1.500. Hacer las dos siempre ha sido muy difícil.
P. De hecho, usted no logró ser oro olímpico en 800.
R. Eso deja claro la presión a la que los atletas están
sometidos en los Juegos. Sería bonito tener una medalla de oro olímpica en 800
porque siempre la he considerado mi distancia favorita. Es un evento más
complicado de dominar, tiene más desafíos que cualquier otra carrera en la
pista: condición física, muy pocas disciplinas lo exigen más; mente ágil, las
estrategias son muy importantes y las cosas van muy rápido... Puedes cometer un
error o incluso dos en el 1.500, pero si cometes uno en el 800 estás frito.
P. ¿Es El Guerrouj el mejor mediofondista de siempre?
R. No sé si es el mejor mediofondista de siempre, pero sí,
con seguridad, es el mejor corredor de 1.500 y milla. No era un corredor de
800, pero podía correr un buen 800. Todo es relativo.
P. ¿Qué nuevos talentos ha identificado en su deporte?
R. Ahora paso la mayor parte del tiempo identificando a un
nuevo CEO, un director comercial, encontrar gente competente de fuera para
ayudarnos en nuestros comités...
P. ¿Y corriendo?
R. Tres días por semana.
P. ¿No se anima con el Maratón de Londres?
R. [Risas] No, mi hijo lo correrá este año. Yo lo hice en
1991, pero no más, es un camino largo.
P. ¿Tiene a alguna perla en su propia familia?
R. Tengo un sobrino que corre por su universidad, de lo cual
estoy muy orgulloso porque es también la universidad a la que fui yo; mi hija
pequeña es velocista en el colegio, lo combina con el hockey hierba, que es muy
popular en Gran Bretaña... Están muy involucrados en el deporte y les gusta el
atletismo, pero no están tan obsesionados como yo lo estaba.
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