CARLOS ARRIBAS
El País.com
Puede que, como es norma en la cita los años olímpicos y
obligatorio en 2016 por la obligada ausencia de la Rusia y su dopaje, los
Mundiales de atletismo en pista cubierta que se inician la madrugada del
viernes (hora Española) con la pértiga en la norteamericana ciudad de Portland
carezcan de una gran masa de participantes que dé densidad a las finales, pero
nadie podrá afirmar que sufra de falta de estrellas. Exceptuando a Usain Bolt,
David Rudisha y Mo Farah, habituales ausentes, en la ciudad de Oregón bañada por
el Pacífico estarán las principales estrellas del atletismo estos últimos años:
tres plusmarquistas mundiales (Ashton Eaton, Renaud Lavillenie y Genzebe
Dibaba) y las estrellas de la velocidad femenina, la holandesa Dafne Schippers,
y de la altura masculina, el catarí Mutaz Essa Barshim. Como el resto de los
países, salvo el numeroso local, Estados Unidos, que lleva un equipo de 58
atletas, España acude con una selección pequeña (15 deportistas), pero con su
valor más seguro junto al marchador Miguel Ángel López, la saltadora de altura
Ruth Beitia.
Beitia, justamente, es la única posibilidad de medalla
española, según las predicciones de la revista Track and Field News, que le
asigna una plata por detrás de la polaca Kamila Licwinko y por delante de la
revelación del año, la juvenil norteamericana Vashti Cunningham. Su pelea
llegará el domingo a partir de las 21.00, hora peninsular española, por lo que
antes dejarán el escenario, tan brillante su pista verde, para que
resplandezca, sobre todos, el local Ashton Eaton, doble campeón del mundo,
campeón olímpico y recordman mundial de decatlón (9.045 puntos) y doble campeón
y recordman mundial de heptatlón (6.645 puntos). En los últimos años, Eaton
dosifica al máximo sus actuaciones, participando en el menor número posible de
competiciones. En 2014, el año tonto del atletismo, sin Juegos ni Mundiales al
aire libre, solo disputó una prueba combinada, el heptatlón del Mundial en
pista cubierta; en 2015, solo completó el decatlón del Mundial de Pekín, en el
que batió su propio récord del mundo. La seguridad pasmosa del fenómeno
norteamericano, a quien no se le adivina rival y al que podrá medir de cerca,
como en Pekín, el español que crece, Jorge Ureña, se pude comprobar viendo como
está imbatido al aire libre desde su plata en el Mundial de Daegu 2011 y en
heptatlón desde 2008, cuando tenía 20 años.
La versión femenina de Eaton, la personificación de la
imbatibilidad, habría que encontrarla en la ligera etíope Genzebe Dibaba, que
busca en Portland su segundo oro consecutivo en 3.000 metros , prueba en
la que es plusmarquista mundial (8m 16,60s) y su tercer oro en pista cubierta
tras el del 1.500m del Mundial de 2012. La atleta entrenada por el somalí Jama
Aden acaba de cumplir 25 años y no ha perdido el gusto por los desafíos que
suenan de otra época, exagerados. El verano pasado, con 3m 50,07s, batió el
récord del mundo de 1.500m que se creía imposible durante décadas, y este
invierno, para acompañar a sus plusmarcas bajo techo de 3.000m y 5.000m, batió
en Estocolmo el récord mundial de la milla (4m 13,31s) que desde 1990 poseía la
rumana Doina Melinte. Camino de los 1.604 metros batió el
de 1.500m bajo techo con 3m 56,46s y dos días después, casi sin recuperar el
aliento, se encerró en el pabellón de Sabadell para poner a prueba su plusmarca
de los 3.000m. No la batió, pero los 8m 22,50s en que corrió son 8s menos que
la segunda en la lista del año, su veterana compatriota Meseret Defar.
El atractivo de la pértiga masculina y la altura masculinas
y los 60m femeninos será doble, pues habrá pelea por los títulos. Si Eaton y
Dibaba reinan indiscutibles, Lavillenie, Barshim y Schippers se encontrarán con
rivales que o bien les han derrotado ya o bien poseen marcas similares de este
invierno o bien ambas cosas. Eaton fue el mejor atleta del año en 2015 como el
año anterior lo había sido Lavillenie por batir, con 6,16m, el récord del mundo
de pértiga. El año siguiente, sin embargo, el campeón olímpico de Londres cayó
derrotado en la final del Mundial de Pekín por el pelirrojo canadiense Shawn
Barber, quien este año ha saltado 6m, solo tres centímetros menos que el
francés, quien posee la mejor marca de la estación pero no ha mostrado sobre el
listón la seguridad de otras temporadas. Como Lavillenie, Barshim, el saltador
de altura catarí que defiende su título de 2014 no ha vuelto a acercarse ni a
los 2,43m que constituyen su mejor marca al aire libre ni tampoco a los 2,41
que saltó el invierno pasado en pista cubierta. Este año su mejor marca son
2,36m, inferior en dos centímetros a la del italiano Gianmarco Tamberi, el que
compite con media barba afeitada y que aún no ha mostrado en las grandes citas
el temple necesario. La rival de Dafne Schippers, la holandesa que rivaliza con
las jamaicanas invencibles al aire libre y con las norteamericanas en pista
cubierta, será la estadounidense Barbara Pierre. Ambas han corrido este
invierno en 7s justos, la mejor marca mundial, pero se le puede dar más valor
al logro de Schippers por lo que significa que una atleta tan grande, de más de
1,80m, sea capaz de alcanzar una velocidad tan alta en tan corta distancia, con
lo que tarda en ponerse en acción. La clave, dice su entrenador, Bart Bennema,
con quien se machaca en Papendal, es el trabajo intensivo en los tacos buscando
la masiva efectividad en la salida.
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