JUANMA BELLÓN
AS.com
Los 400
metros en pista cubierta son una prueba extrema, en la
que los atletas se tienen que pelear a fondo para coger la calle libre en la
primera vuelta. Si fallan ahí, media carrera esta perdida, pero a veces el
exceso de ímpetu puede hacer que las fuerzas te traicionen al final…Eso fue lo
que le sucedió al granadino Bralon Taplin en la final masculina, donde pasó los
200 metros
en 20.89, un tiempo extremo. Taplin defendió su posición, pero a falta de un
hectómetro era un transformer al que rebasó el liviano checo Pavel Maslak para
llevarse el oro en 45.44. Plata fue el qatarí Haroun (45.59), quizá el hombre
más fuerte pero que se descuidó al coger la calle libre, y bronce el triniteño
Lendore (46.17). Taplin se quedó sin podio.
El oro en mujeres fue para Kemi Adekoya, una especialista en
400 vallas que pasó de repente un día de ser de Nigeria a correr por Bahrein.
La vallista sí cogió la calle libre con garantías y la defendió con todo para
evitar la fiesta estadounidense a Ashley Spencer (plata con 51.72) y a Quanera
Hayes (bronce con 51.76). Adekoya hizo 51.45, récord de Bahrein y de Asia.
“Creía en mi, que lo podía hacer. Soy muy feliz”, decía Kemi. Eso es lo que
importa tras la guerra de los 400.
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