CARLOS ARRIBAS
El País.com
Edwin Moses, el monstruo de los 400m vallas, solo lamentaba
una cosa, no haber podido disfrutar nunca viéndose correr y ganar en directo.
El sentimiento es uno de los signos de los más grandes, de los más conscientes
de su grandeza. También Usain Bolt admite que le duele esa imposibilidad, pero
que ello no le restará nada a la alegría con la que disfrutará en un futuro
como espectador de finales olímpicas y mundiales en las que él ya no estará. Lo
que no significa, deja claro, que alguno correrá alguna vez más rápido que él.
“Me encantará fardar delante de mis hijos, cuando los tenga y cuando tengan,
digamos, 15 años, de que nadie ha corrido nunca más rápido que yo”, dice el
velocista jamaicano, de 30 años, que ha corrido los 100m (9,58s) y los 200m
(19,19s) en unos tiempos que no solo él sino todos los especialistas consideran
imposibles de superar. En la cima de Bolt, un luminoso bien grande y bien claro
lo expresa: “Forever fastest” (siempre el más rápido).
Bolt dejará el atletismo después de disputar en Londres sus
séptimos Mundiales (el sábado 5, final de los 100m, a las 22.45; relevo 4x100,
sábado 12 a
las 22.50; los 200m, la prueba que le toca el corazón, no los disputa) y en un
inusual ambiente de epílogo y colores a tono (camiseta gris, gorra negra: solo
los clavos Puma, púrpura el derecho, oro el izquierdo, que calzará, rompen la
monocromía) ofrece su habitual show ante la prensa, decenas de periodistas
empequeñecidos en número y entusiasmo por la cantidad de técnicos y
trabajadores que organizan el acto.
También en su último acto, antes de los Mundiales que tienen
lugar del viernes 4 al domingo 13 de agosto, Bolt actúa con el estilo único que
más allá de sus proezas atléticas le ha convertido en una “leyenda” del
deporte, como varias veces repitió Colin Jackson, el galés explusmarquista
mundial de 110m vallas que presentó la actuación. Aun naciendo del instinto,
todas sus acciones y movimientos surgen para dejar huella, como inventados a
propósito. Ningún otro personaje del atletismo actual será capaz de
sustituirle.
Hace nueve años, después de ganar su primer oro olímpico en
Pekín, Bolt —“sin saber cómo, me dio por ahí”— celebró la victoria con el gesto
del arquero, del adorador del sol, del desafiante del horizonte, de lo que sea.
“Y ahora veo que se baila en las discotecas y cuando alguien me reconoce se me
acerca y lo hace y hasta el presidente Obama se puso a hacerlo conmigo”, dice
Bolt, quien podría añadir que incluso un relámpago le quiso imitar cuando ganó
el Mundial de Moscú 2013, y señala, casi sentimental, que, de todas formas, la
carrera que le hizo más feliz que ninguna otra fue los 200m de Pekín 2008
también. “Desde niño siempre me he considerado atleta de 200m, y ser campeón olímpico
de la distancia era con lo que soñaba, y cuando encima vi que había batido el
récord del mundo ya no sabía ni dónde estaba ni qué hacía”, dice el jamaicano,
tres veces campeón del mundo de los 100m y cuatro de los 200m. “Con los 100m
empecé más tarde que con los 200m, solo en 2008, a los 22 años, empecé
a correrlos. No sabía que podría ser tan bueno también, pero a los dos meses de
practicarlos batí el récord del mundo. Y lo que me convenció de verdad para
verme como un corredor de 100m es que son menos cansados que los 200m, y por
eso este año de mi despedida no he corrido carreras de 200m”.
En un 2017 marcado por varias lesiones y una sensación de
ocaso en todas sus actuaciones, Bolt solo ha corrido tres carreras de 100m. Las
tres las ha ganado (también tenía cuidado para no enfrentarse a los mejores de
la temporada), pero solo en una de ellas, la del 21 de julio en Mónaco, bajó de
los 9,95s. El jamaicano acude a los Mundiales de Londres solo con la séptima
mejor marca de los participantes, lo que para nada merma su confianza en su
victoria. “Estoy preparado”, dice. “Estoy al 100% confiado”. Y sabe tan bien lo
que pasará el sábado ya noche en Londres que incluso le dictó a Jackson su
epitafio. “Al día siguiente de mi última victoria individual leeré en los
periódicos ‘Bolt, imparable; Bolt, imbatible”.
EL ÚNICO ENTRE LOS MEJORES SIN DAR POSITIVO
De las 33 mejores marcas de los 100m en la historia, solo
nueve han sido realizadas por un atleta que no ha dado positivo en un control
antidopaje: las nueve las ha conseguido Bolt. Los nombres de los demás son bien
conocidos: Tyson Gay (5), Yohan Blake (4), Asafa Powell (8), Justin Gatlin (6)
y Nesta Carter (1). Cuando se le hace esta observación a Bolt, y se le pregunta
qué puede significar que solo él, como una especie protegida, haya esprintado
limpio los últimos años, el atleta se encoge de hombros y suelta el discurso
habitual. “No es divertido que pase eso”, dice, “pero yo solo creo en el camino
del trabajo duro. Y los controles funcionan cada vez mejor, con lo que al que
hace trampas se le coge siempre”.
También fue evasivo el mejor atleta de la historia cuando se
le preguntó por su heredero. Después de dudar un poco, soltó el nombre de Wayde
van Niekerk, el atleta sudafricano campeón mundial y olímpico de los 400m que
tras batir en los Juegos de Río el récord mundial de Michael Johnson que se
creía imposible (43,03s) se ha empeñado en convertirse en Londres en el primer
hombre que descienda de los 43s y, por si fuera poco, también quiere ser el
primer ganador de un 200m en nueve años que no se llame Usain Bolt. “Es un tío
muy majo y muy cool”, dice Bolt del sudafricano, un atleta que pese a estar
patrocinado por la rival Adidas ha estado en Jamaica entrenado con el grupo
Puma de Bolt.
El velocista que ha elegido Puma para la travesía postBolt
es el canadiense Andre de Grasse, de 22 años, plata en los 200m de Río y bronce
en los 100m del Mundial de Pekín 2015 y en Río 16. A De Grasse le vetó Bolt
en Mónaco hace unas semanas, temiendo quizás no ganar con el canadiense en la
misma carrera, pero le quita importancia: “En la final del sábado no tendré un
rival, sino siete”, dice el jamaicano.
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