CARLOS ARRIBAS
El País.com
Dos astros paralelos del atletismo han decidido que ha
llegado el momento del ocaso cuando aún brillan, apogeo. Son Mo Farah, fondista
británico que lo gana todo, los 5.000m y los 10.000m, desde hace media docena
de años, y Usain Bolt, el más rápido por siempre. Ambos comenzaron a despedirse
con su estilo, conocido, repetido, inimitable, la primera noche del Mundial en
un Estadio Olímpico a rebosar en las afueras de Londres. El público gozó. Los
niños bailaron a esas horas. Los serios torcieron el entrecejo y hablaron de
dónde se habrá perdido la pureza. Los dos atletas, la leyenda de la velocidad y
el niño somalí que en Londres aprendió a correr entre insultos, consiguieron su
objetivo, que es lo que todos esperaban. Farah ganó otra medalla. Bolt se
clasificó para la semifinal de los 100. Ambos dieron espectáculo.
En su Mundial de despedida de las pistas, y como se esperaba
y temía, Mo Farah ganó el 10.000m. Es su tercer Mundial consecutivo (y tiene
dos oros olímpicos en la distancia, en la que permanece imbatido desde 2011) y
lo ganó con los anteriores, dejando que sus rivales se rascaran la cabeza, se
aliaran, se enfrentaran, volvieran a unirse y se descorazonaran, víctimas del
desasosiego, viendo que sus esfuerzos combinados eran inútiles. Desde sus
butacas, los especialistas les azuzaban a los atletas de Kenia, de Etiopía, de
Uganda, de Eritrea, el frente unido del valle del Rif combatiendo contra el
tirano que resiste cualquier ritmo, cualquier cambio, cualquier táctica. Dadle
más duro, Kenia, gritaban unos; que entre Eritrea y que vuelva Uganda…
Fue imposible. Como ocurrió en 2012, 2013, 2015 y 2016,
Farah subía y bajaba por la larga fila de atletas cada 2.000 metros o así,
miraba las caras de los rebeldes, les amagaba un par de veces para
desmoralizarlos y volvía a su refugio en la cueva de la carrera. Los mejores
fondistas del momento, una vez más, sucumbieron y volvieron sudorosos al
vestuario, preguntándose cuál es el secreto que permite a Farah, a los 34 años,
mantener el mismo vigor, velocidad, cambio de ritmo e inteligencia táctica que
entonces. Desde el sillón, los sabios y los que leen el periódico recordaron
que los entrenamientos de Alberto Salazar, el técnico sospechoso para la
Agencia Mundial Antidopaje (AMA) combinados con sus estancias ayudado por Jama
Aden, el entrenador detenido en Sabadell hace un año en una redada antidopaje,
algo tendrían que ver. En el estadio, el público brindaba feliz por el chaval
de casa, al que, pese a que la reina le haya hecho caballero, nunca han
premiado en su país con el galardón al mejor deportista del año. Y una
llamarada, como salida del infierno, rozó las piernas de Farah cuando cruzó la
meta después de casi 500
metros de sprint y de orgullo en el que fueron cayendo
como boxeadores golpeados todos los que se pusieron a su altura. Con tres
cambios de ritmo acabó con todos. Pirotecnia, advirtieron, que saludó un espectacular
tiempo de 26m 49,51s, la segunda marca más rápida en un Mundial. Segundo
terminó el ugandés Joshua Kiprui Cheptegei (26m 49,94s) y tercero, el keniano
Paul Tanui (26m 50,6s). Y le queda el 5.000 al británico para cerrar su ciclo
allí donde empezó a conocer el atletismo.
Usain Bolt tropezó y reinó sobre las sombras del sprint. El
tropezón le enfadó muchísimo, y, señal de la presión a la que está sometido,
despotricó a grandes voces contra los tacos de salida, que se echaron para
atrás cuando se impulsó y desestabilizaron su puesta en marcha. “Son los peores
tacos que he conocido”, dijo”. Lo del reinado le pareció normal. Las sombras,
las conoce bien. Las del pasado, Justin Gatlin, el campeón olímpico de Atenas
2004, que sigue competitivo en su vejez atlética y se alimenta de los abucheos
e insultos que recibe en las pistas de Europa, donde no se olvida su pasado y
su dopaje. O Yohan Blake, el amigo, el único que ha ganado un Mundial de 100m
en la épica Bolt (fue en Daegu: Bolt hizo salida falsa), que pasó tras una
laboriosa serie, crispado. Las del presente, personificadas en el bravucón
Christian Coleman, el norteamericano del momento, que ofreció la mayor
sensación de facilidad, o en su compatriota Julian Forte, un jamaicano de 24
años y de desarrollo lento, el único que bajó de los 10s. Y el sábado, sesión
doble, con semifinales y final antes del eclipse.
RESULTADOS 1ª JORNADA:
10.000 metros
1 Mohamed FARAH GBR 26:49.51
2 Joshua Kiprui CHEPTEGEI UGA 26:49.94
3 Paul Kipngetich TANUI KEN
26:50.60
4 Bedan Karoki MUCHIRI KEN 26:52.12
5 Jemal YIMER ETH
26:56.11
6 Geoffrey Kipsang KAMWOROR KEN
26:57.77
7 Abadi HADIS ETH
26:59.19
8 Mohammed AHMED CAN
27:02.35
9 Shadrack KIPCHIRCHIR USA
27:07.55
10 Andamlak BELIHU ETH
27:08.94
11 Aron KIFLE ERI
27:09.92
12 Abraham Naibei CHEROBEN BRN
27:11.08
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