martes, 15 de agosto de 2017

LOS BLANCOS TAMBIÉN SABEN CORRER

JAVIER SÁNCHEZ
El Mundo.es

«Los Juegos Olímpicos de Atlanta han confirmado el predominio de los deportistas de raza negra en la alta competición», empezaba el editorial de un periódico nacional del 5 de agosto de 1996: desde los años setenta, de Don Quarrie a Miruts Yifter, en el atletismo los caribeños dominaban la velocidad y los africanos el mediofondo, pero las victorias en aquellos Juegos del sudafricano Josia Thugwane y la etíope Fatuma Roba en el maratón reafirmaron que ya no había distancia que se les negara. «Los negros suelen tener extremidades más largas y troncos más pequeños, lo que significa que su centro de gravedad es más alto, una ventaja para correr», teorizaron en la Howard University de Washington. «Su tendón de Aquiles es más largo, se estira más, y así pueden generar más potencia», apuntaron después desde la University of Alabama de Birmingham. Numerosos estudios científicos, muchos de ellos hoy rebatidos, proclamaron que el dominio de los atletas negros era irremediable, mandaba la genética, pero este Mundial ha demostrado que no tiene por qué ser así.
Hasta seis blancos han vencido en carreras y otros nueve se han colgado medallas. En los 200 metros sólo un blanco había ganado en el Mundial, el griego Konstantinos Kenteris: el segundo fue el jueves el azerí-turco Ramil Guliyev. En los 800 metros el monopolio de los atletas negros duraba desde el Mundial de 2001: lo rompió el francés Pierre Ambroise Bosse seguido del polaco Adam Kszczot. En los 3.000 obstáculos hasta seis kenianas -dos por Bahrein- fueron superadas: las estadounidenses Emma Coburn y Courtney Frerichs se llevaron el oro y la plata. La lista es larga y acaba seguramente en la también yankee Amy Cragg, bronce en el maratón femenino, algo un pelín más habitual. Una de las principales razones del cambio es la caída de tantos héroes: por la edad, por ser año postolímpico o por lesiones. En plenitud, ni el jamaicano Usain Bolt ni el sudafricano Wayde van Niekerk hubieran permitido la victoria de Guliyev en más de 20 segundos. Con el keniano David Rudisha en pista, más difícil lo hubieran tenido Bosse y Kzszcot. En los 400 vallas que ganó el noruego Karsten Warholm faltaba el subcampeón olímpico, el también keniano Boniface Mucheru...

"Competimos de tú a tú"
Esas decepciones hicieron que algunos países perdieran peso en el medallero, desde la misma Kenia, dominadora en 2015 con 16 medallas, hasta Jamaica, que venía de colgarse 12. Aunque hay más porqués. «Competimos de tú a tú. No sé cómo lo hacían hace unos años, pero ahora sabemos que, si estamos bien, podemos ganar», contestaba Bosse tras su victoria, aunque añadía que, después de un año complicado, le costaba creerse lo que acababa de ocurrir. Un cierto cambio de mentalidad en Estados Unidos y algunos países europeos, que durante un tiempo incluso renunciaron a algunas pruebas, propiciaron esa competitividad y además...«No estoy seguro de que haya menos nivel en este Mundial por la nueva política antidopaje», respondió el presidente de la Federación Internacional (IAAF), Sebastian Coe, sobre ese supuesto también valorado. Desde la crisis de 2013 en el caso de Jamaica y desde hace año y medio en el caso de Kenia, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha aumentado su control sobre algunos países en retroceso en este Mundial.

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