JUANMA BELLÓN
AS.com
El mundo se parará en algo menos de diez segundos por última
vez en mucho tiempo hoy a las 22:45. Usain Bolt correrá el último 100 de su
vida en un gran campeonato. Será en los Mundiales de Londres, donde tiene un
estadio de 66.000 personas entregadas. El público británico es sabio y
entendido. Si El Relámpago hace un gesto, la masa grita; si pide silencio, la
gente calla. Es un atleta llevado a categoría de estrella de rock. Se vio en
las eliminatorias, en las que ganó la última serie con 10.07. Fue un paseo algo
atrancado. El antepenúltimo de su vida sobre 100.
Bolt, ya menos fresco por sus 30 años, salió mal, como de
costumbre (166 milésimas), y esta vez con razón, porque en series no hay que
arriesgar. Pero la remontada, que llegó, tardó más de la cuenta, aunque en los
últimos 15 metros
ya pudo relajarse para disfrutar de este dulce epílogo. A Usain le restan hoy
dos carreras, las semifinales (20:05) y la gran final, que puede despedir a la
leyenda en lo más alto. Como rezan sus eslóganes comerciales: “Imbatible, el más
rápido para siempre”.
Dos estadounidenses parecen los más capacitados para
intentar amargar la fiesta a Bolt, al Estadio Olímpico de Stratford y a medio
mundo. Uno es Justin Gatlin, convertido en un villano propio de Marvel o DC por
los aficionados al atletismo debido a su turbio pasado de dopaje. Saltó a la
pista, la grada le abucheó, acabó su serie con victoria (10.05) y ni un
aplauso. Más “¡Buuu!”. Con ese ambiente adverso y 35 años, tiene su última
oportunidad de batir al superhéroe Usain, que siempre le ha secado hasta ahora.
Ni cuando físicamente Gatlin valía más. Bolt le devoró con la mente.
El otro aspirante es Christian Coleman, de 21 años y
estrella universitaria. Es bajito, habla acelerado y venera a Bolt. “Lo que ha
hecho es muy difícil que vuelva a repetirse. Usain ha cambiado el atletismo”,
dice la balita de Tennesee. Pero bajo ese aspecto inocente se encuentra un
atleta capaz de hacer 9.82, la mejor marca de 2017, y de dominar una serie en
sus primeros Mundiales, con 10.01. Lleva más de 60 carreras esta temporada, por
el exigente calendario de la NCAA, pero no parece importarle hacer dos más
junto a su ídolo, Bolt: “Estar con él ya me abruma, pero siento que es mi
momento”. Cantante de heavy metal disfrazado de tibio cantautor.
Usain Bolt cuenta que su preparación ha ido “muy bien”, con
pocas pruebas (esta sólo era la cuarta de 2017) y destinada a despedirse como
una leyenda. Su sabio entrenador, Glenn Mills, le ha guiado hasta ello. Ambos
no se han separado ni un minuto en las pistas anexas al estadio. Han hecho
salidas y progresiones ante el objetivo de cientos de fotógrafos. Tienen una
misión para El Relámpago, decir adiós en la cumbre y gritar bien alto: “Usain
es imbatible”. Queda el 4x100, pero Bolt vivirá a nivel individual su último
reggae.
Se quejó de los tacos de salida
Usain Bolt tuvo una muy mala salida en su serie de 100 metros y al acabar
se quejó ante los micrófonos de la mala salida que tuvo: “Tropecé al salir de
tacos. No me gustan nada, creo que son los peores que he conocido. Tengo que
analizar esto de la salida porque no puedo seguir así”. Bolt tampoco acabó
contento con su carrera, que le pareció “menos fluida que otras veces”: “Lo
bueno es que en la forma en que recuperé demuestra que estoy en un estado
físico decente. Tras las semifinales ya veremos donde se encuentra cada cual”.
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