Los “súper bañadores” se han convertido en indumentaria indispensable para los nadadores profesionales. Los hay de todas las marcas, tallas, colores y diseños. La primera vez que un bañador de estos vio la luz fue en las olimpiadas de Sydney 2000, donde la marca Speedo lanzó el Fast Skin I .
El bañador era una malla que cubría el cuerpo desde los tobillos hasta las muñecas. De su textura, similar a la de la piel de un tiburón, se decía que mejoraba el rendimiento en un 3% (unos 27 segundos en 1500m). Los únicos inconvenientes de estos bañadores son su alto coste, el cual puede llegar hasta los 500 euros, y que el bañador va perdiendo sus propiedades después de cada uso.
Los expertos de las marcas aseguran que tras haber utilizado el bañador unas 10 veces, ya no se nota efecto alguno. El Fast Skin tuvo el reconocimiento de los nadadores y comenzaron a utilizarlo en competiciones posteriores. Después de las olimpiadas numerosas marcas importantes lanzaron también a la venta sus propios “super bañadores”, así como Arena creó el Power Skin, las marcas TYR, Diana, Nike y Adidas hicieron lo mismo.
Durante estos años, los bañadores han ido evolucionando, ofreciendo en cada uno de los modelos mejoras significativas tanto en flotabilidad como en hidrodinámica. Pero la gran revolución se ha dado con el nuevo modelo LZR Racer de la marca Speedo, desarrollado con la ayuda de la NASA.
Nadadores de la talla de Michael Phelps o Grand Hackett lo han calificado como el bañador que marcará un antes y un después en la natación, y de hecho lo está haciendo. Speedo presentó el nuevo bañador el 12 de Febrero de 2008 con un coste de 470 euros, y desde esta fecha se han batido 19 records mundiales en piscina olímpica y 22 records en piscina corta.
Los grandes resultados que se han obtenido en tan corto período de tiempo, han dado lugar a que surjan todo tipo de comentarios. Muchos nadadores que no tienen contrato con Speedo o que no tienen la oportunidad de adquirir este nuevo modelo, ven que no pueden competir en las mismas condiciones que los nadadores que sí lo tienen.
Olatz Altuna, nadadora guipuzcoana que posee el recod de Euskadi de 50, libre dijo que no era justo que algunos por estar patrocinados por la marca speedo tengan la oportunidad de competir con él y tener ventaja sobre los demás, cuando todos deberían de partir con las mismas opciones. “Cada vez se le da menos importancia al entrenamiento y más a con qué bañador se podrá mejorar más. Si entrenas bien no necesitas de ningún bañador para bajar marcas”.
Roger Torné, experto en natación y con una página web activa, escribió en un artículo que “la guerra de los bañadores ha sido declarada. Hasta hoy este deporte era relativamente barato de practicar, pero si la diferencia en una prueba de 200 metros puede estar en más de un segundo entre utilizar un material y otro y el coste supera los 400 euros, puede que acabe siendo más caro que practicar golf”.
En defensa del bañador salió Mark Schubert , entrenador de la selección estadounidense para los Juegos Olímpicos desde 1980. El nuevo LZR Racer reduce la resistencia del cuerpo en el agua un 24% más que el resto de los trajes, debido a los materiales que utiliza. Speedo afirma que el nuevo bañador reduce la vibración de la piel y la oscilación de los músculos, lo que algunos críticos lo llaman “dopaje tecnológico”.
Después de probarlo, el 23 veces “record man” del mundo, Michael Phelps dijo que se sentía como un cohete y que “ayuda a recortar algunas centésimas”. Libby Trickett, otra nadadora de renombre, consiguió ser la primera mujer en bajar de los 24 segundos en los 50 libre, llevando puesto el LZR Racer.
El entrenador guipuzcoano, Asier Aldabaldetreku, dijo que el bañador cumple funciones tanto psicológicas como físicas, ya que el nadador se siente más seguro nadando con él y a la vez los materiales que se utilizan ayudan sin duda a la mayor flotabilidad y dinámica del nadador. Maialen Olarra, nadadora guipuzcoana, declaró que “cuando te pones el bañador sabes que es porque lo vas a hacer bien y eso te motiva más de cara a la competición.”
La nadadora del Bardulia I.K.T, Maddi Otxoa confesó que, después de haber probado diversas marcas de bañadores, le parece que speedo es una de las mejores y que ya ha realizado la compra por Internet de este nuevo modelo que espera recibir en unos meses. “El bañador es caro para el uso que le das, pero después de pasar tantas horas entrenando para lograr mejorar las marcas, creo que es un dinero bien invertido.”
Otra compañera de equipo, Maialen Arrieta, dijo que cuando saltas al agua enseguida notas los efectos del bañador: “Cuando tocas el agua notas que flotas más, sales antes a la superficie, y cuando vas nadando es como si fueras resbalando por el agua. Yo creo que el bañador sí te ayuda a mejorar, si no, no los harían”.
Tras todos los comentarios surgidos, la FINA (Federación Internacional de Natación Amateur) llevó a cabo un control exhaustivo sobre la fabricación y los materiales del nuevo bañador a petición de la también marca de bañadores y principal competencia, Arena.
Ya que ésta denunció el bañador en los medios argumentando que los materiales del LZR Racer estaban prohibidos por la FINA (FINA Handbood 2005-2009 – Swimming Rules – SW 10.7). Finalmente lo han validado pese a haber opiniones en contra de federaciones como la italiana.
Los comentarios críticos comenzaron cuando en los pasados mundiales disputados en Eindhoven fueron numerosas las rebajas de marcas ya que se batieron 15 records mundiales en 15 días y todos excepto uno fueron con este nuevo traje de Speedo.
El bañador era una malla que cubría el cuerpo desde los tobillos hasta las muñecas. De su textura, similar a la de la piel de un tiburón, se decía que mejoraba el rendimiento en un 3% (unos 27 segundos en 1500m). Los únicos inconvenientes de estos bañadores son su alto coste, el cual puede llegar hasta los 500 euros, y que el bañador va perdiendo sus propiedades después de cada uso.
Los expertos de las marcas aseguran que tras haber utilizado el bañador unas 10 veces, ya no se nota efecto alguno. El Fast Skin tuvo el reconocimiento de los nadadores y comenzaron a utilizarlo en competiciones posteriores. Después de las olimpiadas numerosas marcas importantes lanzaron también a la venta sus propios “super bañadores”, así como Arena creó el Power Skin, las marcas TYR, Diana, Nike y Adidas hicieron lo mismo.
Durante estos años, los bañadores han ido evolucionando, ofreciendo en cada uno de los modelos mejoras significativas tanto en flotabilidad como en hidrodinámica. Pero la gran revolución se ha dado con el nuevo modelo LZR Racer de la marca Speedo, desarrollado con la ayuda de la NASA.
Nadadores de la talla de Michael Phelps o Grand Hackett lo han calificado como el bañador que marcará un antes y un después en la natación, y de hecho lo está haciendo. Speedo presentó el nuevo bañador el 12 de Febrero de 2008 con un coste de 470 euros, y desde esta fecha se han batido 19 records mundiales en piscina olímpica y 22 records en piscina corta.
Los grandes resultados que se han obtenido en tan corto período de tiempo, han dado lugar a que surjan todo tipo de comentarios. Muchos nadadores que no tienen contrato con Speedo o que no tienen la oportunidad de adquirir este nuevo modelo, ven que no pueden competir en las mismas condiciones que los nadadores que sí lo tienen.
Olatz Altuna, nadadora guipuzcoana que posee el recod de Euskadi de 50, libre dijo que no era justo que algunos por estar patrocinados por la marca speedo tengan la oportunidad de competir con él y tener ventaja sobre los demás, cuando todos deberían de partir con las mismas opciones. “Cada vez se le da menos importancia al entrenamiento y más a con qué bañador se podrá mejorar más. Si entrenas bien no necesitas de ningún bañador para bajar marcas”.
Roger Torné, experto en natación y con una página web activa, escribió en un artículo que “la guerra de los bañadores ha sido declarada. Hasta hoy este deporte era relativamente barato de practicar, pero si la diferencia en una prueba de 200 metros puede estar en más de un segundo entre utilizar un material y otro y el coste supera los 400 euros, puede que acabe siendo más caro que practicar golf”.
En defensa del bañador salió Mark Schubert , entrenador de la selección estadounidense para los Juegos Olímpicos desde 1980. El nuevo LZR Racer reduce la resistencia del cuerpo en el agua un 24% más que el resto de los trajes, debido a los materiales que utiliza. Speedo afirma que el nuevo bañador reduce la vibración de la piel y la oscilación de los músculos, lo que algunos críticos lo llaman “dopaje tecnológico”.
Después de probarlo, el 23 veces “record man” del mundo, Michael Phelps dijo que se sentía como un cohete y que “ayuda a recortar algunas centésimas”. Libby Trickett, otra nadadora de renombre, consiguió ser la primera mujer en bajar de los 24 segundos en los 50 libre, llevando puesto el LZR Racer.
El entrenador guipuzcoano, Asier Aldabaldetreku, dijo que el bañador cumple funciones tanto psicológicas como físicas, ya que el nadador se siente más seguro nadando con él y a la vez los materiales que se utilizan ayudan sin duda a la mayor flotabilidad y dinámica del nadador. Maialen Olarra, nadadora guipuzcoana, declaró que “cuando te pones el bañador sabes que es porque lo vas a hacer bien y eso te motiva más de cara a la competición.”
La nadadora del Bardulia I.K.T, Maddi Otxoa confesó que, después de haber probado diversas marcas de bañadores, le parece que speedo es una de las mejores y que ya ha realizado la compra por Internet de este nuevo modelo que espera recibir en unos meses. “El bañador es caro para el uso que le das, pero después de pasar tantas horas entrenando para lograr mejorar las marcas, creo que es un dinero bien invertido.”
Otra compañera de equipo, Maialen Arrieta, dijo que cuando saltas al agua enseguida notas los efectos del bañador: “Cuando tocas el agua notas que flotas más, sales antes a la superficie, y cuando vas nadando es como si fueras resbalando por el agua. Yo creo que el bañador sí te ayuda a mejorar, si no, no los harían”.
Tras todos los comentarios surgidos, la FINA (Federación Internacional de Natación Amateur) llevó a cabo un control exhaustivo sobre la fabricación y los materiales del nuevo bañador a petición de la también marca de bañadores y principal competencia, Arena.
Ya que ésta denunció el bañador en los medios argumentando que los materiales del LZR Racer estaban prohibidos por la FINA (FINA Handbood 2005-2009 – Swimming Rules – SW 10.7). Finalmente lo han validado pese a haber opiniones en contra de federaciones como la italiana.
Los comentarios críticos comenzaron cuando en los pasados mundiales disputados en Eindhoven fueron numerosas las rebajas de marcas ya que se batieron 15 records mundiales en 15 días y todos excepto uno fueron con este nuevo traje de Speedo.
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