viernes, 31 de octubre de 2008
10 MOMENTOS HORRENDOS DEL DEPORTE
Más allá de las historias de victorias y derrotas, el deporte no está ajeno a sucesos horrorosos y otros misteriosos que le ponen los pelos de punta a cualquiera.
En el marco de la celebración del llamado Halloween, cuando suelen circular cuentos de miedo y misterio, repasamos algunas diez de esas historias que han capturado la atención del mundo deportivo a través de la historia.
El terror sacude las Olimpiadas
Yossef Gutfreund, un árbitro de lucha natural de Israel, dormía tranquilamente en su habitación en la Villa Olímpica. Ya habían comenzado los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. Todo marchaba a la perfección en un evento que Alemania del Este esperaba usar para quitarse el estigma militar y dejar en el olvido las imágenes de las Olimpiadas celebradas por el régimen nazi en 1936 y los horribles recuerdos del Holocausto. Pero en la madrugada del 5 de septiembre, un ruido despertó a Gutfreund. Se levantó en la oscuridad y vio al otro lado del apartamento como la puerta comenzaba a abrirse para dar paso a unos hombres encapuchados. Su reacción fue lanzarse a cerrarla, pero fue inútil. Por sus gritos, al menos pudieron escapar algunos de sus compatriotas. Pero, los ocho terroristas palestinos lograron entrar y capturar a un grupo de atletas israelíes. En el transcurso de las próximas horas, la tensa negociación de los terroristas con las autoridades alemanas exigiendo la liberación de 234 prisioneros en Israel no tuvo éxito y la tragedia culminó en el asesinato de los 11 atletas, manchando para siempre los Juegos de Múnich.
“El partido de la Muerte”
El Dínamo de Kiev era el mejor equipo de Ucrania, pero la liga de dicho país fue disuelta con la ocupación nazi en 1941. Pero el régimen invasor invitó a varios de aquellos futbolistas a jugar partidos de exhibición contra equipos alemanes. Al ganar partido tras partido, el pueblo ucraniano los aclamó como el equipo de la oposición. Así que fueron amenazados por las autoridades previo al juego contra el equipo alemán Flakelf. Pero, los jugadores ucranianos pusieron la dignidad primero y humillaron a los nazis. La leyenda decía que fueron fusilados tan pronto acabó el juego, todavía vestidos con sus uniformes. Pero después de que cayó la Unión Soviética se supo que los nazis enviaron a varios de los jugadores a campos de concentración. Algunos murieron allí, otros sobrevivieron o escaparon, pero de todas formas el régimen soviético los condenó por “colaborar” con el enemigo. Así que les condicionaron su libertad a vivir en la oscuridad del silencio absoluto por el resto de sus vidas.
El infierno en las gradas
Miles de fanáticos viajaron desde Italia a Bruselas para apoyar al Juventus en la final de la Copa de Europa de 1985. Aunque tenían una idea de lo que se iban a encontrar, nunca imaginaron lo que les esperaría con los fanáticos del club rival: el Liverpool FC de Inglaterra. Un buen grupo de sus seguidores, de línea radical y mejor conocidos como hooligans, tienen fama de agresivos. Por eso, los organizadores levantaron una verja que dividiera a los fanáticos de ambos bandos. Pero, las emociones escalaron con rapidez antes de que comenzara el partido y los ingleses se lanzaron tras los fanáticos del Juventus. Los italianos, perplejos, intentaron retroceder. Pero, no pudieron escapar al encontrarse en una calle sin salida en las gradas. La presión de la multitud fue tanta, que una de las paredes del estadio Heysel colapsó, resultando en la muerte de 39 personas. En un acto de verdadera crueldad, el partido se llevó a cabo y la Juventus se impuso 1-0, en el que es recordado como el partido más triste y trágico de la historia.
Comen carne humana y sobreviven
El viento helado les quemaba la piel. Después de días perdidos en las montañas de Los Andes, los jugadores del equipo de rugby uruguayo, Old Christians, discutían cómo iban a sobrevivir. El 13 de octubre de 1972 habían partido en vuelo hacia Chile para jugar contra el club Old Boys en la Copa Amistad. Pero el piloto del avión se salió de la ruta. Así que era imposible para los rescatistas saber dónde se estrelló el avión. En el impacto murieron al instante 13 personas. Casi diez días habían pasado y los pocos abastos que había en las ruinas del avión se acabaron. Fue entonces cuando uno de los sobrevivientes, un estudiante de medicina, le propuso a sus compañeros comer carne de los fallecidos, ya que estaban bien conservados en la nieve. No era una decisión fácil para los sobrevivientes. No sólo era un acto de canibalismo inconcebible, sino que entre los muertos también había amigos y familiares. Pero, la consecuencia de no hacerlo era enfrentar su propia muerte. En medio de la nada, luchando contra la hipotermia y avalanchas de nieve, no tuvieron otra alternativa que tragarse la carne de sus compañeros de vuelo. Así, 16 jugadores sobrevivieron por 72 días, cuando los rescataron después de que dos valientes atravesaron las montañas para buscar ayuda.
Apuñalada por la espalda
Monica Seles estaba en la cúspide de su carrera como número uno en el mundo, cuando, en abril de 1993, el ciudadano alemán Günter Parche saltó desde las gradas y en medio de un partido ante Magdalena Maleevala, la atacó por la espalda con un cuchillo. El despiadado ataque se debió, según Parche, a que era fanático de la tenista alemana Steffi Graf, quien había sido desplazada por Seles en la cima del tenis. Seles fue llevada al hospital de inmediato. Afortunadamente, no fue grave. En sólo semanas sanaron las heridas, pero la cicatriz psicológica nunca desapareció. Tardó años en volver a competir, pero nunca volvió a ser la más dominante del mundo. Parche fue declarado mentalmente incapacitado, por lo que no cumplió cárcel, sino que fue sentenciado a dos años de tratamiento psicológico.
Conspiración sin piedad
En 1994, la patinadora Nancy Kerrigan competía por un espacio para el equipo olímpico estadounidense en las Olimpiadas de Invierno. Tras completar su rutina, caminó hacia el camerino. Al atravesar las cortinas, un hombre la atacó en una rodilla con un objeto que parecía un tubo y salió corriendo a toda velocidad, al tiempo que personal médico respondía a los gritos de dolor de Kerrigan. Aquella sesión de patinaje fue ganada por Tonya Harding. Todo permaneció en misterio hasta que la investigación reveló que Jeff Gilloly, ex esposo de Harding, y su amigo Shawn Eckhardt, contrataron a Shane Stant para atacar a Kerrigan. Harding aseguró que ella no tuvo nada que ver con el ataque, pero luego admitió que sí sabía lo que se tramaban. El ex esposo colaboró con las autoridades contra Harding, quien evitó tiempo de cárcel al aceptar que intencionalmente obstruyó la investigación de las autoridades. Harding fue expulsada de por vida del patinaje. Kerrigan intentó volver a patinar, pero no le fue tan bien y su vida nunca volvió a ser la misma.
Tortura sobre el “ring”
Muchos veían el calibre de campeón de Billy Collins. Con tan sólo 21 años, había ganado sus primeras 14 peleas como profesional. Todo boxeador sabe que se expone a golpes que pueden dañar su salud, pero hasta el momento sus rivales le temían más a él por su poder noqueador. El 16 de junio de 1983, en lo que parecía ser otra victoria segura para Collins, se enfrentó en el Madison Square Garden contra el joven puertorriqueño Luis Resto. A medida que avanzó el combate, todos observaban cómo el rostro de Collins se deformaba con cada golpe. La sorpresa era mayor, pues todos sabían que Resto no era un pegador. Para el final del décimo asalto, los ojos de Collins estaban completamente cerrados. La pelea duró hasta el round 14. La victoria por decisión fue para Resto. Con sospechas de que algo sucedía, el entrenador de Collins fue a saludar a Resto y al estrechar la mano, notó que casi no había guata en su guante. De inmediato alertó a los oficiales. La Comisión de Boxeo de Nueva York comenzó una investigación. Con el tiempo determinó que alguien le había quitado guata a los guantes de Resto. Posteriormente, también se supo que el entrenador de Resto, Panama Lewis, le había colocado un objeto en los guantes. Ambos fueron procesados criminalmente por agresión, posesión de armas y conspiración. Cada uno cumplió dos años y medio de prisión. Collins, por su parte, sufrió daño permanente en la visión, lo que acabó con su carrera. Emocionalmente, se afectó y su vida cayó en desgracia. Comenzó a usar drogas y su vida terminó en un accidente automovilístico, que se sospecha que fue un intento de suicidio.
Salvajismo en Las Vegas
Ya era conocido como problemático, pero nadie imaginó lo que era capaz de hacer. Mike Tyson, quien había sido sorprendido por el veterano Evander Holyfield en una primera pelea, salvajemente le arrancó un pedazo de oreja en el combate de revancha. Ya le había mordido la oreja derecha. El árbitro pidió tiempo y, al ver lo sucedido, le quitó dos puntos a Tyson, pero continuaron la pelea. Fue entonces que Tyson le arrancó un pequeño pedazo de la oreja izquierda a Holyfield. No detuvieron el combate. Al acabar el asalto observaron lo sucedido y emitieron la descalificación de Tyson.
Despiadadocon los animales
Mientras miles de fanáticos aclamaban el nombre de Michael Vick, el exitoso quaterback de los Falcons de Atlanta en la NFL escondía las actividades despiadadas de su vida privada. Las autoridades descubrieron evidencia de que se dedicaba a la cruel práctica de peleas de perros. Hallaron el ring y sobre 70 perros, muchos de ellos gravemente lastimados, en su propiedad de 15 acres. Vick y otros tres individuos fueron convictos por cargos federales y actualmente cumplen cárcel.
La maldicióndel gato negro
En el béisbol se habla mucho de maldiciones y leyendas. Pero un incidente se destaca entre las sospechas de fuerzas sobrenaturales. Después de mucho tiempo, finalmente los Cachorros de Chicago habían construido un equipo competitivo. En la temporada de 1969 eran el equipo más dominante de las Grandes Ligas. En septiembre visitaron a los Mets de Nueva York en el Shea Stadium. Nadie sabe de dónde salió un gato negro que corrió hacia el banco de los Cachorros. Tras ese episodio, el último mes de los Cachorros se echó a perder. Terminaron el año con una racha de 8-17, perdiendo el banderín a manos de los Mets, quienes terminaron ganando la Serie Mundial.
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