jueves, 30 de octubre de 2008

Phelps se convierte en el regalo perfecto


Cuando alguien convierte su nombre en leyenda, como Michael Phelps, te salen amigos por todas partes, como rezaba el anuncio de una marca de bollos. Y si no puedes ganar su amistad, siempre quedará el dinero como la vía más rápida para contactar con él. Eso es lo que debe pensar cualquiera que, tras los Juegos de Pekín, se acerca al nadador con una oferta a cada cual más loca y extravagante.

El último ha sido un magnate neoyorquino de la televisión que ha decidido que el ganador de ocho oros en China sería el regalo perfecto para la fiesta de cumpleaños de su esposa.

Dicho y hecho. El empresario se puso en contacto con el entorno del de Baltimore y le ofreció 100.000 dólares por pasarse un rato por su mansión en Los Ángeles y meterse en la piscina junto a su mujer y echarse unos largos junto a ella. Al parecer, Phelps está pensándose la suculenta oferta que se uniría a la cantidad de bolos y apariciones públicas con las que el astro está matando el tiempo hasta que comience de nuevo a entrenar en el mes de enero. 

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