martes, 18 de agosto de 2009

Bolt llegó a correr a 45 kilómetros/hora


Alejandro Delmás

El plusmarquista fue el mejor en cada uno de los tramos del 100.
En atletismo y en el planeta Tierra, Usain Bolt está llevando la velocidad a una quinta o sexta dimensión. Cualquier espectador de sus carreras puede tener eso claro. Pero el estudio biomecánico de la antológica final de 100 metros de la noche del domingo en el Olympiastadion y la reducción pormenorizada de los tiempos de paso confirma la visión de Bolt como un ser superior. En la velocidad mundial, Usain es uno que juega en otra liga. Ayer, a las 20:00 horas, en los más alto del ancestral podio del Olympiastadion, Bolt escuchó el himno nacional de Jamaica, escoltado por Gay, Powell y 60.000 espectadores.
La IAAF y la Federación Alemana (DLV) se han asociado en lo que llaman Proyecto Biomecánico Berlín 2009. Analizan todas las pruebas (excepto las combinadas) con tecnología digital y láser LAVEG. En las carreras se descomponen y combinan los tiempos de paso.
Y en la final de 100 metros, según el Proyecto Berlín 2009, Bolt adquirió una velocidad punta suprema de 45 km/h en el momento de máxima aceleración, entre los 60 y 80 metros. Esos 20 metros decisivos los cubrió Usain Bolt, lanzado a tope, en un segundo con 61 centésimas: un ser humano empleó 161 centésimas en recorrer 20 metros. Más: Bolt mejoró a Gay (y a todos los otros finalistas) en todos los parciales.

Siempre el mejor.
En la carrera, no hay un solo tramo de 20 o 30 metros en el que Bolt no haya sido el mejor, con registros asombrosos: 4.64 en 40 metros y 7.92 en 80. Nadie estuvo por debajo de 4.70 en el 40 (Gay se quedó justo en 4.70), ni de 8.00 en el paso por 80 metros. A pesar de una mejora cierta, el único punto flaco del fenómeno jamaicano es la salida. La gran razón salta a la vista: sus 196 centímetros de altura. Problema y medidas que recuerdan a Carl Lewis. En la final, el tiempo de reacción de Usain fue el antepenúltimo: 146 milésimas, sólo empeorado por Patton (149) y Burns (165). En semifinales, Bolt había hecho una salida nula y no quiso complicarse demasiado. Gay tampoco reaccionó demasiado bien: 144 milésimas.
Pero Bolt recupera fantástico en los primeros apoyos gracias a la plataforma de agarre que le proporciona un pie descomunal. Le lanzan los clavos de sus zapatillas Puma, hechas especiales a medida de su pie: número 51.
En los calentamientos, en Kingston, Bolt gusta de machacar el aro de baloncesto hacia abajo, incluso de espalda y en reverso. ¿Se le puede imaginar en la NBA o en el fútbol americano...?

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