sábado, 15 de agosto de 2009

¿Echáis de menos a Gebrselassie en el Mundial?


ANGEL CRUZ. As.com

Ya sé que los 100 metros de Berlín deslumbran como pocas veces ha deslumbrado una prueba en los últimos tiempos, pero no sólo de velocidad debe vivir el buen aficionado al atletismo y como esta tercera entrega de Carros de Fuego se publica poco antes del duelo Bolt-Gay, podemos animarnos a mirar más allá y más lejos: hacia el final del programa mundialista y hacia el lejano horizonte de los 42.195 metros. Se me ocurre preguntaros si disculpáis la ausencia de Haile Gebrselassie. Desde la tremenda admiración que tengo al etíope, que además de atleta mítico es persona afable y encantadora, yo no la disculpo, aunque puedo llegar a comprenderla...
En mi opinión, para ser el más grande maratoniano de todos los tiempos le falta precisamente algo a lo que nunca ha querido aspirar: un título mundial u olímpico. Pasará a la historia como un fondista que coleccionó portentosos récords mundiales, pero que, en los 42.195 metros, no se llevó nunca una medalla. Y yo creo que a la hora de proclamar a los mejores de la historia no sólo hay que ver el ránking, sino los puestos en los podios de prestigio. Abebe Bikila y Carlos Lopes ganaron oros olímpicos y batieron plusmarcas mundiales, por citar sólo a dos de los más grandes.
Pero ya os decía antes que puedo comprender su ausencia, que se reserve para Berlín, pero para el mes próximo, porque en ese momento la recompensa económica será suculenta y si es cierto que no sólo de velocidad vive el buen aficionado, no sólo de gloria puede vivir el buen atleta. ¿Quién podría no entenderlo? Pero la gloria imperecedera de ser campeón mundial u olímpico, ¿tiene precio? A mí me hubiera gustado ver a Haile en la línea de partida. ¿Qué os parece?
Por cierto, que el maratón mundialista tiene la salida y la meta en la Puerta de Brandeburgo, en el corazón de Berlín. Los atletas no saldrán del Estadio Olímpico ni llegarán a él, sino que serán una especie de guías turísticos para los teleespectadores por el centro de la ciudad. Por lo que respecta a los Mundiales, ya sucedió algo parecido en Atenas 1997, con la llegada en el estadio Panatinaikón, el que acogió los Juegos de 1896. Fue emocionante. Aún se me pone la carne de gallina al recordar cómo, a pie de pista, vi entrar victorioso a Abel Antón, con Martín Fiz pisándole los talones. Y aún me estremezco recordando la pájara inmensa del valiente Fabián Roncero (sexto), inconsciente, tumbado en una camilla, en el viejo túnel de salida a las pistas... Esa mañana hacía mucho calor y el recorrido era durísimo.
En Berlín el circuito (cuatro vueltas de 10 kilómetros más un añadido final 195 metros) es llano, aunque hay algún leve repechón. El punto máximo sobre el nivel del mar es de 37,2 metros y el mínimo de 33,3, según informan los organizadores berlineses con precisión germánica. Y se anuncian mejores temperaturas que en aquel maratón de Atenas, que en el último Mundial de Osaka y que en los Juegos de Pekín, aunque la hora de comienzo de las carreras es un poco arriesgada: 11:45 para los hombres (sábado 22) y 11:15 para las mujeres (domingo 23).
Y una curiosidad: una de las personas encargadas de medir el recorrido fue el británico Hugh Jones, ex maratoniano de élite, que llegó a hacer 2h 09:24 al ganar en Londres en 1982, que acabó duodécimo en Los Ángeles 1984, con 2h 12:57.
Capítulo de respuestas a vuestros comentarios. De acuerdo con Antonio Luis sobre el dopaje. Pero hay una diferencia: las marcas de Tim Montgomery, Marion Jones, Dwain Chambers y otros han sido anuladas, pero no las de la RDA. Aunque también es cierto que es una vergüenza que los 10.49 de Florence Griffith estén como plusmarca de 100… y otras. El reportaje sobre las plusmarcas de la RDA se hizo precisamente porque los Mundiales son en Alemania. En cuanto al atletismo base (Cucho reclama espacio), aquí estamos abiertos a todo tipo de comentarios, faltaría más, desde la élite a la base pasando por el deporte popular. Lo que pasa es que ahora nos comen los Mundiales. Y para terminar: me llevé una alegría al leer en este blog a Javier Moracho, compañero de habitación en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Mi amargura por no poder correr a causa de una lesión se endulzó por su puesto de finalista. Javier era una maravilla como atleta y fue un excelente compañero en Moscú y en mucho otros sitios. A propósito de otro compañero (este como periodista (compartimos habitación en los Mundiales de Gotemburgo 1995), os recomiendo su blog: atletismoatope.com, pero no dejéis de participar en éste...

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