viernes, 22 de agosto de 2008

Los hombres del coach K


El equipo norteamericano de basquetbol discutirá mañana el oro con España y ha enviado a los campeones olímpicos argentinos a fajarse por el bronce con Lituania. El partido terminó 101 a 81 a favor de los estadounidenses, pero en empujones, manotazos, agarrones, zancadillas y otros gestos violentos quedaron empatados.

Los discípulos de Mike Krzyzewki, conocido como Coach K, trajeron al tabloncillo pequinés el juego caliente y duro en el que se formaron muchos de ellos, allá, en las canchas destartaladas de los barrios. Los argentinos se desconcertaron al principio y a los ocho minutos sólo habían anotado cuatro puntos. Después, entraron al combate cuerpo a cuerpo y, sobre el segundo tiempo, llegaron a estar a cinco puntos de sus adversarios.

Los norteamericanos, es verdad, siempre estuvieron arriba en el marcador. Usaron su gran velocidad, jugadas audaces, creatividad y un espíritu de equipo que disimuló bastante bien el estrellato individual, repartió el balón y recibió con entusiasmo cada canasta y cada lance favorable. Los argentinos hicieron un juego de altura, se enfrentaron con coraje al Dream Team y demostraron que un rival bien organizado, inspirado y con fuerza los puede despertar de pronto.

Todos los jugadores del cono sur tuvieron buen desempeño, pero fue Scola (28 puntos) el jefe de la ofensiva y el que encabezó la rebelión contra los norteños. Los estadounidenses llegaron aquí con el propósito de devolverle a su país la supremacía en su deporte nacional. La nación había recibido como humillaciones las derrotas de su escuadra en Indianápolis 2002; en Atenas 2004 –se quedaron con el bronce– y en el Mundial de Japón, cuando España los desplazó también del primer lugar.

Ganaron todos sus partidos, algunos con amplia ventaja, y se han hecho en el ámbito de los Juegos 2008, un grupo de personajes famosos que firma autógrafos y da entrevistas, encabezados por el más carismático Kobe Bryant. Muchos conocedores y seguidores de este deporte se niegan a aceptar que el Coach K haya podido organizar otro Dream Team con el mismo poder del que compitió en Barcelona. A este equipo lo han bautizado, entonces, como el Redeem Team, el equipo redentor. Con esa negativa tratan de bajarle la temperatura a los jóvenes basquetbolistas.

Lo cierto es que los argentinos dieron el aviso ya de que los norteamericanos no son exactamente los sobrinos de Supermán. Son un grupo brillante y talentoso que se ha concentrado en el juego con el empeño de llevarse para su país la medalla de oro de Pekín.

Unos hombres, no deidades invencibles. Terrenales y difíciles, como toda esa élite del baloncesto. Los de Argentina y Lituania. Como los de España.

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