miércoles, 12 de agosto de 2009
Odriozola: 'Es exagerado estar localizable 365 días para un control antidopaje'
ORFEO SUÁREZ El Mundo.es
En enero de 1989, 10 meses antes de la caída del Muro de Berlín, José María Odriozola accedió a la Presidencia de la Federación Española de Atletismo, al derrotar a Guillermo Ros por 151 a 60 votos. Desde entonces, seis mandatos muy personalistas, frente a los que nunca ha sido fácil discrepar, pero también intensos en favor de su deporte, con un crecimiento notable que defiende vehemente, con buena contra, como siempre, cuando acaba de cumplir 70 años.
Pregunta. - El Mundial se disputa en un Berlín de gala por el vigésimo aniversario de un hecho que cambió el mundo y el deporte, y que usted ya presenció como presidente.
Respuesta.- Mi mujer me quiere jubilar... pero ahí sigo (risas). Con la desaparición de la RDA y la desmembración de la URSS se acabó el dopaje de Estado en Europa. Ese fue, además de los avances técnicos, el cambio capital.
P.- Al proceso le faltó, sin embargo, su propio juicio de Nuremberg. Ahí siguen los récords de Marita Koch o Jarmila Katrochvilova.
R.- En 1999, durante el Mundial de Sevilla, hubo un movimiento favorable a eliminarlos todos, dejarlos como récords históricos, y empezar el nuevo siglo de cero. Quizá hubiera sido una buena idea, pero no se llevó a cabo. También vemos como en la natación, la FINA decide que los récords conseguidos con los bañadores prohibidos se mantengan, algo cuestionable... Pero hablamos mucho, demasiado, de los récords, que sólo representan los límites humanos. El atletismo es mucho más, es competición, como ahora en Berlín, en el Mundial. Eso es la crema de este deporte, sin liebres, con lluvia o viento. Es más espectacular una prueba de mediofondo cuando llegan ocho atletas a la recta en condiciones de ganar que si lo hace uno solo.
P.- El atletismo presume de estar en la vanguardia de la lucha antidopaje, pero ¿hasta dónde va a llegar esta cruzada? Deportistas como Nadal ya han manifestado sentirse agredidos en su intimidad.
R.- Los controles fuera de competición son los que verdaderamente evitan que los deportistas se sobrepasen en la preparación. Aún así, siempre surgen casos, como el de los cinco jamaicanos. Pero es cierto, a mí también me parece exagerada la norma de la Agencia Mundial Antidopaje de estar localizable una hora durante 365 días al año para pasar un control andidopaje. Lo he dicho en la IAAF, y la FIFA, por ejemplo, ha trasladado que los futbolistas no estarán disponibles en vacaciones.
P.- España desplaza 51 atletas y, según usted, con un pronóstico parco, de «más de una medalla». ¿No es desproporcionado?
R.- Se me acusa siempre de generosidad, pero todos se lo han ganado. No puede ir nadie sin mínima B, que en algunos concursos es superior al récord de España. Hay que sembrar para el futuro. Piense en Cienfuegos, que ya ha dejado asombrados a alemanes o finlandeses, a los que saben de verdad de martillo. Tiene 18 años y va a Berlín a tocar la competición y a probar el récord de España, a familiarizarse con los mejores. Lo aprovechará porque es inteligente y progresa poco a poco. Estoy seguro de que en Londres luchará con los mejores. El año que viene, además, tenemos un Europeo en Barcelona y querremos tener un buen equipo en casa. Si fuera restrictivo y llevara una docena de atletas, sería ridículo.
P.- Esta vez ha tenido usted información de primera mano sobre Reyes Estévez.
R.- Pascua es de los técnicos que tiene la buena costumbre de pasarme un parte casi semanalmente, y todo lo que sé de Reyes es trabajo. Quería un invierno duro y por eso intentó clasificarse para el Mundial de cross. Ha tenido paciencia, aunque las marcas tardaran, pero en Montjuïc le entró la sexta marcha y dejó a todos asombrados.
P.- ¿Se fía usted más de Marta Domínguez?
R.- ¡Me fío de todos! Marta es como Cacho. No brillan en la Golden League. Prefieren ganar menos dinero y administrarse.
P.- Pese al parco pronóstico, se le observa algo menos pesimista que a la vuelta de Pekín, de donde volvió sin niguna medalla. Habla incluso de brotes verdes, al aludir al lanzador Cienfuegos.
R.- Recuerdo que el pesimista era usted, no yo... (sonríe, mientras rememora la escena y la conversación). Mucho más que las medallas de Pekín, me inquietaba el hecho de que no veía relevo para esta generación que acude a Berlín, y que espero que dure hasta Londres. Es importante que hayan aparecido estos jóvenes, que no son fruto de la casualidad, sino del trabajo, aunque me preocupa que haya pocas mujeres a la espera de relevo.
P.- ¿Es un problema del atletismo?
R.- No. Es generacional. En nuestra sociedad la juventud vive muy bien y es reacia a los sacrificios que exige este deporte. Si no conseguimos que se lo pasen bien, que conozcan los beneficios que puede ofrecerles el atletismo, por su sentido de la disciplina y del desarrollo de la voluntad, va a ser difícil que se aparten de sus hábitos.
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