lunes, 7 de julio de 2008

Mucho para ver!: Las carreras de velocidad en la Olimpiada del 2008




La Olimpiada del 2008 en Beijing llegará como ninguna otra a convertirse en un hecho relevante para la historia del deporte. La antesala de esta competencia esta produciendo en el periodo de preparación deportiva grandes sorpresas para los que esperamos disfrutar como espectadores activos esta fiesta del deporte.

Hace apenas unos días Usain Bolt con sólo 21 años colocó el record de la carrera de 100 metros en 9,76 segundos, con una zancada de 2.60 metros, que le permite cubrir los 100 metros con 42 pasos. El jamaiquino se impuso con una mezcla de potencia y suerte. Ahora Tyson Gay, campeón mundial de los 100 m, logró una marcar 9.68 segundos, con fuerte viento a favor, en la final de los 100 metros de las clasificatorias olímpicas de atletismo de Estados Unidos.

Gay fue ayudado por el viento a favor que era de 4,1 metros por segundo, razón por la cual la marca no fue registrada como valida pero alerta acerca de la competencia donde estará Bolt.

Nuestro Dayron Robles, también logró, en estos días romper el record mundial en la carrera de 110 con vallas. Robles paró el crono en 12.87 en la competencia de Ostrava, superando en una centésima la anterior plusmarca establecida por Liu Xiang en julio de 2006.

La carrera de 110 con vallas será otra modalidad altamente esperada por todos los aficionados, con grados de complejidad superior a los 100 metros planos. Los requerimientos de estas actividades atléticas, para quienes compiten presentan un grado muy elevado de dificultad.

Por una parte, exigen la presencia de deportista altamente reactivos y a la vez con un control mental extraordinario, ya que cualquier fallo o error en el desarrollo de estas carreras contraerá la perdida del tiempo y con ello una posible derrota o no alcanzar los tiempos estimados.

Todo va rumbo a la perfección, se calcula que un error de 0.1% conlleva no entrar de primero en la línea de meta.

En años se desarrollaron hasta la perfección los procedimientos de preparación y entrenamiento deportivo de los corredores de distancias corta.

La biomecánica, la informática, la medicina y la psicología del deporte, están presentes en todo este proceso para ayudar a los entrenadores y deportistas a romper estos tiempos.

Durante más de cinco años trabajé como psicólogo con velocistas como Silvio Leonard, Hermes Ramírez, Pablo Montes y otros, dedicándome a cada uno de los sectores de la carrera, desde la arrancada, los primeros 10 metros, la parte volante de la carrera, los últimos 40 metros y la llegada a la meta.

Fue una tarea muy atractiva en la que aprendí a poner en práctica los conocimientos de la Psicología del Deporte y sus ramas afines, por ejemplo en el acortamiento del tiempo de reacción en la arrancada mediante la elevación, hasta un punto, del sonido del disparo de partida.

Hace unos treinta años el tiempo de reacción se relacionaba con el tiempo total de la carrera en un 17%. Sin embargo, los por cientos han variado y se exige realizar la carrera perfecta desde la arrancada hasta la meta.

Los requerimientos psicológicos de la carrera abarcan desde la estabilidad de la concentración de la atención motriz, la velocidad del pensamiento, la linealidad de la carrera, el sentido de la pista, la estimación del tiempo de la carrera, una imagen mental de la carrera que contenga los componentes básicos de la misma en cuanto a dimensiones como espacio, tiempo, velocidad, fuerza y otros.

Pericia para conocer la frecuencia y amplitud optima de los pasos en cada tramo de la carrera. Un buen equilibrio para salir del bloque de arrancada sin romper la biomecánica de la ejecución.

Desarrollo de la destreza para poder desenvolver el hábito motor en consonancia con las condiciones de ejecución de la actividad, por ejemplo, en las carreras con vallas, se demanda cambiar el ritmo para lograr acelerar el paso en determinados tramos entre las vallas.

La exigencia esencial de la carrera es el déficit de tiempo para realizarla. Imaginar que se corre dentro de un túnel cuya salida esta allende los 100 metros. No hay que atender otra cosa que no sea a sí mismo. Mirar al lado, emplear la visión periférica para saber por donde se encuentra el contrario, es de hecho ya un fallo, valorar la arrancada del contrario y compararla con la propia son acciones que sólo pueden llevar a cabo los que tengan un grado de excelencia excepcional sino se convierte en perdida de tiempo y falta de atención.

Es tal la concentración de la carrera que solo el registro fotográfico del final puede esclarecer a algunos corredores que no fueron los primeros en alcanzar la meta. Precisión y exactitud en cada movimiento. Mientras más rápido, mejor.

Trasladar el propio cuerpo a una gran velocidad requiere de una fortaleza especial. Cualidades como resistencia a la velocidad, fuerza, potencia, reacción, flexibilidad, capacidad para mantener relajados los grupos musculares que no sean necesarios contraer durante la secuencia del movimiento.

Capacidad anaeróbica total. Grandes reservas de oxigeno en las células de los grupos musculares, ATP y glucosa.

En la carrera de 100 metros no se respira. Sin embargo, se reflexiona a una velocidad extraordinaria. El contenido de esa reflexión determina en gran parte el resultado de la carrera. Hay una sólida unidad entre la conciencia, el pensamiento y la acción. La carrera se realiza por medio de estereotipos dinámicos automáticos aunque el deportista se mantiene consciente de cada una de sus acciones.

A mi modo de ver, es uno de los retos más grandes que puede acometer un ser humano en el atletismo, lleno no solo de esfuerzo y velocidad sino además de una fuerte impresión estética, ya que la ejecución de la carrera, aun por breve nos deja el sentimiento de la perfección.

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