martes, 12 de agosto de 2008

AJUSTADA VICTORIA FRENTE A POLONIA (30-29)


Un golpe de moral recorre ahora mismo a la selección española de balonmano. Hundida (22-27) a falta de poco más de 10 minutos, sin saber muy bien porqué, si acaso corriendo más, cometiendo menos errores -que los hubo, y muchos-, apretando los dientes, cuestión más de orgullo que de ideas, le dio la vuelta al partido frente a Polonia para terminar ganando (30-29), aunque con mucho sufrimiento (la vigente subcampeona del mundo tuvo un último disparo que detuvo, como en toda la tarde, Hombrados).

Podría ser el punto de inflexión que este grupo despistado andaba buscando. Falto de referencias, excepción hecha de Iker Romero y, por rachas, Hombrados, el colectivo de Pastor rumiaba su derrota con Croacia -tuvo el partido ganado- y necesitaba un triunfo como el logrado para encarar lo que queda de competición desde una postura más sólida. Ganará a China y a Brasil y jugará los cuartos de final, sí, pero necesitaba, además, creerse a sí misma. Con la remontada ante Polonia, dicen, ya se creen.

El equipo de Juan Carlos Pastor no ha estado cómodo. No se encuentra. Decía el técnico en la víspera que había que ajustar la defensa, y la defensa no se ajustó. Los polacos encontraron un pasillo enmoquetado por el centro, con balones a la espalda de los centrales españoles, y además tuvieron todos los metros que quisieron para correr. En España sólo había caras de incertidumbre, preguntas, la mayoría sin respuesta, nadie parecía saber cómo parar aquello.

Y eso que empezó España bien, con ventaja en el marcador siempre. Hasta el minuto 14, momento en el que perdieron la iniciativa (13-14). Ya no abandonarían esa posición de derrotado hasta el 30-29 (min. 28), después de ese arreón final. Mención especial para Hombrados, soberbio todo el partido, especialmente desde que paró un balón con la cara al principio del segundo tiempo. Suya fue la última acción del partido. Una parada.

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