domingo, 10 de agosto de 2008

China-Estados Unidos: duelo por la supremacía deportiva mundial


Los dirigentes chinos no hacen mucha publicidad, pero sueñan con destronar al país americano de su primer lugar en la medallería de Pekín para afirmarse como la nueva gran potencia deportiva.


Tras la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos aprovechó los Juegos de Atlanta, en su propia casa en 1996, para quedarse con el primer lugar de las medallas de oro y no lo ha vuelto a dejar desde entonces.

Los chinos quisieran devolverles la bola, pero la tarea parece ardua, aunque tanto en la escena deportiva, como en la política o la económica, China es una nación en ascenso.

Desde el domingo se sabrá quién es quién cuando se enfrenten, a las 9 a.m. (hora colombiana) a Estados Unidos, en el último juego del grupo B del torneo de baloncesto masculino.

Yao Ming, de los Houston Rockets, abanderado de la delegación olímpica anfitriona y con una exposición mediática en su país similar a la de Michael Jordan en la década de 1990, manifestó que ha esperado mucho tiempo "este momento de jugar contra un equipo norteamericano lleno de estrellas".

"Claramente no estamos al mismo nivel que el quinteto estadounidense, pero lo cierto es que no renunciaremos a jugar contra los mejores jugadores del mundo", agregó Yao Ming, para quien el partido significará "un honor y un recuerdo que durará toda la vida".

Sobre el papel, la distancia entre las medallas parece importante entre los dos países, ya que en Atenas 2004, Estados Unidos se llevó 36 títulos, cuatro más que China, y 102 medallas en total, 39 más que los chinos.

Pero después de la designación de Pekín en 2001, China ha puesto todo su empeño para tener éxito en "sus" juegos y no sólo en el ámbito de la organización. Ha invertido en programas a detectar y formar campeones desde su más tierna edad y confía en que estos esfuerzos acabarán dando sus frutos.

Esa es, por otro lado, la opinión de sus rivales estadounidenses que, a imagen del presidente del Comité Olímpico Estadounidense (Usoc), Meter Ueberroth, decidieron tomarse la "amenaza" muy en serio.

"Creo que los chinos van a ser la nación dominante en los próximos años", explicó, Ueberroth a su llegada a Pekín, antes de añadir que "no estamos acostumbrados a perder. Pero nos adaptaremos de la mejor manera posible".

"Es un sistema que va a durar mucho. No ha sido puesto en marcha pensando sólo en los Juegos de Pekín. Es un sistema formidable con el que vamos a tener que lidiar durante muchos años", insistió el director ejecutivo del Usoc, Jim Scherr.
"La competencia es buena. Nos impulsa a hacer más", añadió.

A su llegada a Pekín, el presidente de E.U., George W. Bush, se mostró también muy prudente: "No voy a hacer pronósticos sobre el número de medallas, pero puedo decirles que nuestros deportistas están dispuestos a dar lo mejor en un espíritu de amistad".

Oficialmente, los dirigentes chinos también se muestran prudentes, rechazando las quinielas. "Nunca nos hemos fijado un objetivo en términos de medallas. Pero hemos llevado a cabo una preparación seria y todos los atletas se han entrenado duro", insistió el jefe adjunto del equipo olímpico chino, Cui Dalin.

"Es justo decir que hemos progresado respecto a resultados anteriores", agregó.

Para poner todas las cartas de su lado, China se presenta con el mayor contingente de su historia: 639 deportistas frente a los 407 de hace cuatro años en Grecia.

Además de su habituales puntos fuertes (tenis de mesa, bádminton, gimnasia y salto de trampolín), los chinos esperan cosechar unas cuantas medallas en deportes poco mediáticos, pero que dan muchas medallas (piragüismo, boxeo, voleyplaya, natación sincronizada). Ya que no es en las dos disciplinas reinas de los Juegos, el atletismo y la natación, en las que China espera marcar diferencias con los estadounidenses.

Aparte del campeón olímpico de los 110 vallas, Liu Xiang; el vencedor del maratón de Londres Zhou Chunxiu y la lanzadora de martillo Zhang Wenxiu, o el especialista de los 200 mariposa Wu Peng, las esperanzas de presea en estos ámbitos son limitadas.
Razones suficientes para consolar a los estadounidenses que todavía están muy lejos de haber perdido la batalla por las medallas. "Los chinos son más fuertes que en 2004. Nosotros, hemos intentado ser más inteligentes para seguir siendo competitivos frente a ellos", advirtió el jefe deportivo del Usoc, Steve Roush.

En gimnasia femenina también se anticipa un duelo de superpoderes. Listas las barras asimétricas, listo el caballete, el enfrentamiento ha llegado y lo más probable es que uno de los dos equipos se lleve la mayor cosecha de oro, definiendo, finalmente, cuál es el mejor.

"No podemos controlar a las chinas", dijo Nastia Lukin. "Venimos plenamente preparadas y nuestra meta es ir a la competencia el primer día y demostrar al mundo que aún estamos en la cima".

Después de un traspié hace cuatro años en Atenas, E.U. ha ganado la gimnasia. China ha dominado la masculina durante años, y las mujeres finalmente están acercándoseles. Durante mucho tiempo han esperado estos juegos en casa para mostrar su progreso.

No hay comentarios: