sábado, 16 de agosto de 2008

EEUU también humilla a España


No hubo lugar para los sueños. Ni siquiera un ápice. Estados Unidos bajó de las nubes a España y recordó al mundo que el 'Dream Team' vuelve a hacer honor a su nombre. Felipe Reyes fue el mejor de los de Aíto, con 19 puntos. [82-119 Narración]

Y España sólo perdía por 16 puntos al descanso (45-61), después de finiquitar una primera parte en la que reincidió hasta 17 veces en el principal pecado que se puede cometer ante Estados Unidos. Cada pérdida ante ellos se convierte en dos puntos en un suspiro, lo que les lleva dar ocho-nueve zancadas, que no necesitan más para recorrer 20 metros de una zona a otra, impulsarse y provocar el aplauso de la platea bostezante, dormida si no fuese por esos vuelos.

A mitad de partido, el equipo americano había machacado en una decena de ocasiones el aro rival, en contraataques seducidos por la falta de precisión española en el pase y, claro, por la excelencia física de hombres que son atletas antes que jugadores de baloncesto. Su despliegue resulta abrumador, aunque puede minimizarse, y España, al contrario, lo favoreció con un desmán de pérdidas en 20 minutos. La cifra de 17 ya supondría un exceso en toda una noche. En la mitad...

Y España sólo perdía de 16 puntos al descanso después de padecer un acierto en los triples del 64% (7/11). Revive en la memoria el recuerdo de los Juegos de Atenas, cuando un equipo incapaz desde la distancia se dio en cuartos el atracón que apartó a España de semifinales. En la reedición de aquel duelo se produjo algo similar. Estados Unidos se presentó en el partido con el peor registro en triples de todos los olímpicos. Apenas un 29%, que en la primera parte ante España se transformó. El intento de recurrir a una zona defensiva recibió la contestación de más mates y más triples. Inactivada, y Aíto sin respuesta táctica que oponer o reservándosela para mejor día, quizá para un final que parece cercana para Estados Unidos y representa un reto ahora empinado para el campeón mundial, intermitente, de pretemporada permanente y, peor, como desganado. Ni siquiera el duelo frente al V Dream Team en versión olímpica activo el espíritu de los 'golden boys'.

Y España sólo perdía de 16 puntos, pero acudiría la lógica a penalizar como realmente corresponde, camino de distancias de tres decenas. El conjunto de Aíto 'celebró' la salida del vestuario con su pérdida de balón 18 y Estados Unidos con su enésimo mate proclamando que nada sustancial iba a cambiar en un encuentro de escasa trascendencia, aunque importante para acentuar o revertir dinámicas. Los vencedores salen fortalecidos, impoluta su hoja de servicio después de cuatro partidos. Para el perdedor, contagiado del ambiente mortecino en el que se desarrollo el choque, supone una decepción añadida la distancia que le separa de Estados Unidos, infranqueable si no incrementa su coordinación, acierto, intensidad, aportaciones individuales... Todo. Recibe otro cargamento de peros en un campeonato que transita por un camino sospechoso.

El entrenamiento más seguido de la historia del baloncesto acabó 82-119. Nunca debió existir.

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