lunes, 11 de agosto de 2008

"Tengo unos pies muy grandes que me ayudan a nadar"


Entre el verano de 2004 y el verano de 2007, Laure Manaudou (Villeurbanne, 21 años) se convirtió en una de las mejores nadadoras del planeta. Fue campeona olímpica y mundial de los 400 metros libre, y exhibió un poderío y una versatilidad que hicieron pensar en un futuro dominador. Sin embargo, hace un año se empezó a meter en problemas. Su litigio con el nadador italiano Luca Marin, su ex novio, se transformó en un culebrón sórdido retransmitido en vivo y en directo. Esto afectó a su residencia, pues se había mudado a Italia y se quedó en tierra de nadie. También afectó a sus entrenamientos, pues se quedó sin entrenador. Para agravar la situación, padeció una tendinitis en un hombro. Estuvo a punto de retirarse, pero volvió a la piscina a las órdenes de su hermano, Nicolás. Ayer se clasificó para la final de 400m estilos de Pekín.

Pregunta. ¿Qué parte de su cuerpo le ayudó más a nadar?

Respuesta. Tengo unos pies muy grandes. Calzo un 47. Cuando era pequeña, creo que me ayudaba a estabilizarme. Me hacían la vida más fácil en la piscina. Gracias a ellos tenía buenas sensaciones en el agua.

P. Los técnicos dicen que posee una fuerza rara en una mujer.

R. Siempre hice musculación. Tres veces por semana. Todos los grupos musculares. Son trabajos destinados a empujar el agua con más fuerza, pero siempre evitando hacer músculos muy grandes.

P. ¿Por qué ha dejado de concentrarse en el crol, donde batió varios récords?

R. Porque me da más placer. Llevaba cuatro años haciendo mucho libre y mi hermano se ha especializado en espalda. Así que decidí intentar convertirme en una espaldista de primer nivel. Me da igual que mis entrenamientos de espalda afecten al estilo libre.

P. ¿Qué le pasó en 2007? Llegó a las pruebas de clasificación olímpicas sumida en una crisis.

R. La prensa me presionó mucho. Yo he sido la mejor del mundo en 400m libre, pero ahora Coralie Balmy me ha derrotado. La presión que he tenido para clasificarme para los Juegos ha sido terrible. Sentía que tenía el país encima. Que todos me miraban. Que las cámaras se preocupaban de examinar todo a mi alrededor, sin importar el deporte. Parecía que no había más nadadores que yo. Ahora eso ha cambiado y me tranquiliza. Aquí la presión será para Federica Pellegrini.

P. Tuvo problemas con Phillipe Lukas, su entrenador de toda la vida, y lo dejó. ¿Por qué?

R. Con Lukas los ejercicios eran muy similares. Me hacía entrenar todos los días 8.000 metros a un ritmo muy alto. Siempre entrenábamos rápido. Ahora los entrenamientos son más variados. Cuando tienes 17 años puedes sobrellevar una rutina. Luego necesitas otros estímulos.

P. A veces da la impresión de no competir realmente. Sólo nada bien cuando es muy superior. Cuando está ante un rival que le planta batalla, le deja vía libre.

R. Es que desde los cuatro años nadé sola. No he estado acostumbrada a nadar con otras nadadoras de mi nivel hasta hace poco. Mentalmente se me hace muy difícil nadar a remolque, cuando me sacan uno o dos metros y tengo que mirar a otras desde atrás.

P. ¿Qué conclusión saca de esta debilidad?

R. Que yo pierdo igual que todos los deportistas. Lo que pasa es que no he estado acostumbrada a perder hasta 2007. Empecé a ver a otras nadadoras a mi lado, aguantando mi ritmo, y eso me desestabilizó.

P. ¿Y qué hará?

R. Ser fuerte mentalmente. Mi entrenador me ha puesto a nadar con hombres para acostumbrarme a correr con gente más fuerte.

P. ¿Se le pasó por la cabeza dejar la natación?

R. Pensé en abandonar en septiembre, porque tuve demasiados problemas con mi patrocinador. Habría sido lo más fácil. Pero volví gracias a mi hermano. Sigo amando este deporte.

P. ¿A qué se dedicaría fuera del agua?

R. A la moda. Me gustaría ser modelo y diseñadora.

P. Ahora nada con Arena, el bañador lento.

R. Speedo hizo el mejor bañador. Te ayuda a flotar y deslizarte mejor. Con el Speedo se nada más fácil. Mi patrocinador hizo uno parecido, de poliuretano, y estoy obligada a llevarlo por contrato.

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