lunes, 11 de agosto de 2008

Los Juegos Olímpicos de Pekín, un asunto de familia


En los Juegos Olímpicos de Pekín los padres de los campeones también forman parte del espectáculo cuando desde las gradas siguen con el corazón en un puño las peripecias de sus retoños, como la madre del astro estadounidense de la natación Michael Phelps.

Entre el público, sufren, se entusiasman y lloran, como la madre de otro nadador, el surcoreano Park Taehwan, que el domingo se proclamó campeón olímpico de 400 metros libres. Y a veces incluso reciben flores de sus vástagos, llamando la atención de todas las cámaras de televisión y fotógrafos.

Este lunes, Phelps volvió a ganar, en relevos 4x100 m libres, ante la mirada de su madre, Deborah. Con cerca de sesenta años, la mujer de cabello corto rizado, maquillada y extrovertida, no escatima elogios para su hijo y los periodistas ya la conocen familiarmente como 'Debbie'.

"!Oh Dios mío, oh Dios mío, ha sido una carrera fenomenal, ha estado increíble!", exclamaba en un encuentro con la prensa. A sus 57 años, esta directora de un colegio de Baltimore no se cansa de responder a las mismas preguntas de las decenas de periodistas deseosos de hablar con ella.

"¿Qué le ha dicho después de la carrera?", le preguntan. "Te quiero mamá", responde Deborah, pertrechada con una chaqueta blanca del patrocinador de su hijo.

"Seguramente soy quien se pone más nerviosa (de los dos) porque soy su madre y una madre siempre se pone nerviosa. Antes de los Juegos no conseguía tranquilizarme", dice a los periodistas, encantados con ella.

"Cada vez le quiero más", cuenta esta fan número uno del astro norteamericano, que aspira a batir el récord absoluto de número de medallas de oro en unos mismos Juegos Olímpicos, siete, que desde 1972 luce Mark Spitz.

En los primeros Juegos organizados en China, los padres más solicitados son sin duda los de las esperanzas de medalla china. Los medios de comunicación locales envían hordas de periodistas a las provincias natales de los deportistas para seguir, en su compañía, las pruebas.

La televisión emite sin cesar sus entrevistas.

El domingo se vio llorar a la madre de Guo Wenjun, medallista de oro de tiro femenino con pistola a 10 metros.

"No sé qué decir, la verdad es que estoy demasiado emocionada, muy contenta", decía a duras penas. "Lo que más me emociona es el honor que está dando a nuestro país y a nuestro prueblo", añadía la patriota mamá.

A algunos atletas les gusta rodearse de sus familias porque es algo reconfortante. El campeón del mundo de 100 metros lisos, Tyson Gay, llegó a la capital china con todo su clan: su madre, su padrastro, su hija, su sobrina y sus hermanos y hermanas.

"Me gusta estar rodeado por mis familiares, me ayuda a relajarme", explicaba este lunes.

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