domingo, 3 de agosto de 2008

El ex nadador Mark Spitz, molesto por no ser invitado a Pekín


El estadounidense Mark Spitz expresó su malestar con los organizadores de los Juegos Olímpicos de Pekín por no invitarle a presenciar el intento de su compatriota Michael Phelps de romper su récord de medallas de oro de natación.

El ex nadador supone Phelps batirá su récord de siete medallas obtenidas en una sola edición de los Juegos, que ostenta desde hace 36 años, y le gustaría presenciar ese momento histórico.

Pero no le quita el sueño una invitación de los organizadores de los Juegos.

"A menos que tenga esa invitación, lo veré por televisión", dijo el ex nadador de 58 años a Reuters en una entrevista reciente.

"No creo que vaya a suceder, pero sería bonito si pasara. Me parece que sería lo correcto", añadió.

Phelps irá a Pekín con la esperanza de conseguir ocho medallas de oro, que se sumarían a las seis que ganó en Atenas en 2004.

Spitz, que estará en Hong Kong por negocios cuando comiencen los Juegos el 8 de agosto, dice que no "guarda rencor" por no haber sido invitado a Pekín.

"Pero pienso que pasar el relevo hubiera sido una idea fenomenal", indicó.

Un portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI) en Lausana, Suiza, señaló que el antiguo campeón no había sido invitado formalmente, pero dijo sospechar "que estará allí, como suele hacer".

El interesado dijo que los organizadores de los Juegos tienen poco sentido de la historia.

TRABAJO Y POLÍTICA

Sentado junto a la piscina de un hotel Los Ángeles cerca de su casa, Spitz explicó sus puntos de vista sobre varios temas, incluyendo los programas deportivos universitarios masculinos y su intención de votar al candidato demócrata Barack Obama, aunque él es republicano.

Spitz todavía nada. Entrena antes del amanecer tres veces por semana, y completa unos 3.500 metros por sesión, además de trabajar en varios proyectos empresariales con el ex jugador de la NBA Rick Barry.

Casado y padre de dos hijos, Spitz comentó que viaja por el mundo y que recientemente escribió sus memorias: "La extraordinaria vida de un campeón olímpico".

Pero sin importar donde vaya, la gente sólo quiere hablar de Phelps, algo que no le molesta.

"Parece que estamos unidos por la cadera. Porque ante cualquier movimiento que él hace, la gente viene y me pregunta, ¿lo está haciendo bien?".

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