sábado, 16 de agosto de 2008

Y al octavo, descansó


Fue la suya, la posta de mariposa, su gran especialidad, la abrió una distancia insalvable con los australianos. Michael Phelps concluyó su obra y se la dedicó al mundo. Ocho oros, siete récords del mundo, el último en el relevo 4x100 estilos (3:29.34), para convertir a Mark Spitz en agua pasada.

Sólo el mal estado de forma de Brendan Hansen, el bracista, hasta Pekín plusmarquista mundial de los 100 m, puso en peligro el objetivo más extenuante en la historia de un deportista en los JJOO. No fallaron Aaron Peirsol (espalda), primero en su estilo, ni Jason Lezak (libre), el salvador en el relevo 4x100 libre y que en esta ocasión mantuvo a raya al plusmarquista mundial, Eamon Sullivan, ante el que sólo cedió 11 centésimas.

Phelps firma así el epílogo a nueve días de competición en los que se ha lanzado a la piscina en 17 ocasiones por las 13 de Mark Spitz, para nadar tres kilómetros y 300 metros y firmar la mayor proeza de la historia. Suma ya 14 medallas de oro y dos de bronce repartidas en dos Juegos Olímpicos. Desde hoy piensa ya en Londres 2012, cita a la que llegará con 27 años.

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