miércoles, 31 de agosto de 2011
LA FINAL DE LOS 1.500 FEMENINOS
MANUEL ESCALONA El País.com
Mañana se corre la final de los 1.500 femeninos (13.55, Eurosport). Pueden hablarse de favoritas desde varios puntos de vista. A tenor de lo que se ha visto hasta ahora, he visto muy bien a Jamal, Gezahegne, Lokhuad, Karakaya y a Natalia. Como entrenador, como es lógico, echas mano de anteriores actuaciones en otros campeonatos: la que más aparece en el podio - con mucha diferencia-, es Jamal, después Gezahegne. Ésta, aún siendo joven, tiene un potencial enorme siendo muy rápida en los últimos metros de la carrera. Lo pude comprobar en directo durante el campeonato del mundo de pista cubierta de la temporada pasada en Doha en el que ganó. También aparece Tobias que es medallista olímpica y luego Natalia.
La experiencia en campeonatos me hace valorar otros datos. De la que más conozco la forma es, lógicamente, de Natalia. Aquí es obligado lo de las comparaciones: se me viene a la cabeza el Campeonato de Berlín aunque aquello es casi imposible de repetir. Fue una oportunidad no aprovechada que difícilmente se repetirá alguna vez más. Pero puedo decir que viene en su mejor momento de la temporada.
Pero hay algo más - que es muy difícil de valorar rápidamente como estoy haciendo en este momento-, y es lo que al final hace definir los puestos en las clasificaciones apretadas. Es eso que algunos atletas son capaces de sacar en los momentos decisivos, a esto le llamo plus. Por si alguien no entiende lo que es, les hablaría de algo que tiene mucho que ver con lo que llamamos hambre. Seguro que ahora sí que me entienden.
Nunca hago pronósticos pero de lo que estoy muy seguro es que acabará ganando la que haya hecho mucho más por ello.
SABOR AMARGO ENTRE VALLAS (EN CUBA PIENSAN QUE FUE JUSTA LA DESCALIFICACIÓN)
Harold Iglesias Manresa
www.cubasi.cu
Difícil para un amante de los deportes experimentar dos sensaciones tan contrarias en menos de una hora como parte del XIII Campeonato Mundial de Atletismo en Daegu: la gloria por ver al campeón olímpico y recordista universal Dayron Robles (12.87) imponerse en la final de los110 metros con vallas, y luego la noticia de su descalificación. Un trago amargo en el que se diluyeron sus 13.14 segundos y se le antojó esquiva una vez más la corona en este tipo de lides.
La IAAF lo descalificó basándose en la regla 163.2 (por obstrucción), criterio refrendado además por el juez de pista, luego de que el equipo chino presentara una reclamación al considerar que Robles había tocado con su mano derecha dos veces el brazo izquierdo de Liu Xiang, desequilibrado en la penúltima valla para acabar en el tercer lugar cuando luchaba por la primera posición con Robles.
«Es algo que puede pasar en las vallas porque vamos todos muy juntos», había dicho Robles antes de ser descalificado cuando fue preguntado por el forcejeo con el chino.
Me cuesta todavía creerlo, pero fue justa la descalificación. En la que pintaba como la final más competitiva del Mundial, con los tres hombres más rápidos de la historia situados en los carriles centrales —siempre reservados para los corredores de mayor casta y tiempos más veloces—. De ahí que Jason Richardson (13.11 en semifinales), David Oliver (13.40), Robles (13.32) y Xiang (13.31) ocuparan las líneas de la tres a la seis. A partir del séptimo obstáculo, cuando Robles y Xiang pugnaban por la punta y ambos estaban bien pegados al límite de sus respectivas líneas, se desató el incidente.
Lo cierto es que a la altura de la novena valla Dayron agarró a Xiang, en un gesto de braceo fuera de lo normal, apartando la presión que genera una «guerra» crucial como esa, y máxime tratándose de un vallista tan técnico como el guantanamero. Este encontronazo de brazos se repitió saliendo de la décima, del cual Robles salió mejor parado, pues le sacó un cuerpo a Xiang al cruzar la meta. Lo cierto es q ambos se vieron perjudicados, y como consecuencia, perdieron la concentración y el ritmo.
Tras la descalificación, el estadounidense Jason Richardson (13.16), se hizo con el título, mientras Xiang (13.27), se llevó la plata, y el bronce fue al cuello del británico Andrew Turner (13.44).
El equipo cubano apeló la decisión, que fue desestimada por la IAAF.
LOS IMPLICADOS DAN VOCES
El entrenador de Robles, Santiago Antúnez, afirmaba que el incidente no podía conllevar una descalificación.
«Llevo mucho tiempo en el atletismo y en las vallas y es muy difícil que no haya contacto. Dayron ha tenido contacto, Liu también, todos los vallistas alguna vez han tenido contacto de alguna forma», dijo Antúnez.
Sin embargo, Xiang no quiso polemizar, y lamentó el incidente. «Es la primera vez que me pasa. Sentí contacto y perdí el equilibrio a esa altura decisiva, eso es lo que pasó. Siento mucho esta situación con Dayron porque somos amigos, realmente no sé qué decir», explicó muy deportivo.
Así se desvanecieron los sueños de muchos, entre los que me incluyo, de ver la final más competitiva del Mundial con los tres hombres más rápidos de la historia: Robles, Xiang, campeón olímpico en Atenas-2004 y mundial en Osaka-2007, y el estadounidense Oliver, que había hecho la mejor marca de la temporada (12.94). Paradójicamente, emergió rey el texano de 25 años Richardson, quien se presentó en Daegu con dos títulos de110 metros con vallas y 400 metros en el Mundial junior de 2003.
«Esta victoria tiene un sabor agridulce, ya que nunca quieres ver a alguien tan talentoso como Robles ser descalificado, pero hay reglas que hay que respetar», afirmó el sorprendente campeón.
«Realmente esperaba hoy una mejor carrera porque tenía a los mejores atletas de 110 m con vallas a mi lado, pero choqué al igual que Liu Xiang en la novena y décima valla y no lo esperaba (...)», manifestó el cubano.
«No me gustó mi técnica de hoy... Yo estaba enredado con Liu Xiang en el último obstáculo, pero me siento muy bien ahora», agregó el actual monarca olímpico.
Hoy, sigue siendo inverosímil la noticia, Cuba y gran parte del mundo está conmocionada, pero la IAAF aplicó el reglamento con objetividad.
A todos los que tenemos fe en Dayron y confiamos en su sobrada calidad como atleta nos queda el sinsabor, pero la certeza de que muchas otras carreras exitosas nos aguardan. Por el momento, nos queda avistar en el horizonte el estadio olímpico de Moscú, escenario que acogerá la XIV edición en el 2013, escenario al que Dayron llegará con 27 años y… la pista se encargará de decir la última palabra.
MARÍA VASCO: "SE VAN A CAGAR EL AÑO QUE VIENE"
EFE
María Vasco, decimotercera en la prueba de 20 kilómetros marcha de los Mundiales, anunció, tras ser atendida durante casi una hora en el hospital de meta, que tiene el presentimiento de que en los Juegos de Londres volverá a "hacer historia". "Se van a cagar el año que viene, ya os lo digo. Que se preparen, que los quintos Juegos los voy a preparar a conciencia porque sigo teniendo la misma motivación que hasta hace hora y media, aunque haya quedado la doce (en realidad terminó decimotercera)", declaró a la salida del centro médico.
La barcelonesa, primera atleta española que ganó una medalla olímpica (bronce en Sydney 2000), apuntó que este ha sido un año diferente, de transición. "Así lo decidimos con mi entrenador, Fali, porque necesitábamos desconectar un poquito, ponerme a estudiar (master de gestión de empresa deportiva) para tener la mente en otro sitio)". Para María Vasco el atletismo sigue: "¡Pues no queda María, la leche!, exclamó, "aunque tengo que decir que no queda mucho porque ya pesan los 35 pero los quintos juegos van a marcar otra historia para mí, lo tengo claro. Mi presentimiento es ese. Continúo hasta Londres porque quiero volver a hacer historia de nuevo.
Con respecto a la prueba, aseguró que no sabía ni que había llegado a la meta. "He perdido la orientación, he llegado por inercia. He empezado a sentirme jodida en el km. 14. Intentaba seguir por delante pero no tenía ni idea. Sólo quería llegar". Ha pasado, simplemente, que soy humana", afirmó. "Hoy no ha salido y punto. No hay excusa que valga. Me gusta competir con clima duro pero hay días malos y ya está, pero para mí era importante llegar, aunque fuera la veinte. No siempre se puede estar delante".
Tercer título mundial consecutivo
Olga Kaniskina, campeona olímpica, dos veces campeona del mundo y una de Europa, ha conquistado con una marca de 1h 29:42 su tercer título mundial consecutivo de 20 kilómetros marcha en una prueba controlada desde la salida por el equipo ruso.
La china Hong Liu, discípula del italiano Sandro Damilano, evitó el doblete ruso al rebasar a Anisya Kirdyapkina en el penúltimo kilómetro y se llevó la medalla de plata con 1:30.00. Beatriz Pascual fue la mejor española, décima con 1:31.46, y María Vasco, de 35 años, la primera atleta española medallista olímpica (bronce en Sydney 2000), que competía por sexta vez en unos Mundiales, llegó decimoquinta con 1h 32:42.
Rusia, que había ganado ocho de los títulos femeninos de marcha y todos los cinco disputados desde que, en Sevilla'99, la distancia pasó de 10 a 20 kilómetros, controló la carrera a su antojo con Olga Kaniskina, Vera Sokolova y Anisya Kirdyapkina. Kaniskina dio la cara desde el principio, formando frente del grupo junto Sokolova, plusmarquista mundial (1h25:08), la guatemalteca Jamy Franco y la keniana Grace Njue.
Beatriz Pascual marcó la pauta cuando se había cumplido el primer cuarto de hora, pero las rusas no abandonaron sus posiciones delanteras. Kaniskina pasó primera los 5 km en 23:29 y rompió las hostilidades con un cambio que aligeró el grupo, pero un aviso de los jueves le aconsejó prudencia.
Una pauta
El segundo tirón de Kaniskina, en el octavo kilómetro, desmenuzó la formación delantera, reducida ya a trece, entre ellas las tres rusas, las españolas Vasco y Pascual (María José Poves se había quedado) y la italiana Elisa Rigaudo cuando pasaron el ecuador de la prueba en 46:16.
La máquina rusa continuaba su implacable labor de desgaste, alternando ataques con momentos de reposo que algunas desperdigadas aprovechaban para volver a engancharse al carro delantero. La rotura definitiva llegó en el undécimo mil. Sólo la china Hong Liu, bronce en Berlín 2009 y cuarta en los Juegos de Pekín 2008, aguantaba con las tres rusas.
Cuando se cumplía la hora de marcha, un cambio de Kirdyapkina, esposa del doble campeón mundial de 50 km Sergey Kirdyapkin, dejó cortada a Sokolova. En el km 14 las dos rusas se quedaron arriba solas pero la doble campeona ya no paró. Dejó atrás también a su compatriota y se fue en busca de su tercer título. Pasó los 15 km en 1h08:03, ya con cinco segundos de margen sobre Kirdyapkina y nueve sobre Liu.
Beatriz Pascual, con dos avisos, pasaba sexta en ese punto, a 41 segundos, y María Vasco décima a 47. Kaniskina alargó su marcha triunfal hasta la meta, y por detrás, Liu atrapó a Kirdyapkina para colgarse la medalla de plata.
DAYRON ROBLES NO ES UN TRAMPOSO
Joel García
Lejos de la descalificación oficializada al campeón olímpico, Dayron Robles, tras una reclamación de la delegación china por obstrucción a su representante Liu Xiang, lo cierto es que lo sucedido en Daegu ha llevado a muchos medios de comunicación del planeta y a no pocos cibernautas a calificar al antillano como un tramposo.
Vayamos por parte e intentemos la mayor claridad sobre lo sucedido, sin apasionamientos o justificaciones. Existió un roce en las vallas nueve y diez entre el brazo derecho del cubano y el zurdo del asiático, no equivalentes a ningún “agarrón descarado” como escribiera un periodista español en el súper influyente diario El Pais.com.
Las técnicas de cada atleta para brincar en perfecta sincronización las vallas conllevan posturas de brazos y piernas muchas veces equivalentes a “estar nadando sobre el aire”, debido a la amplitud de los movimientos que se realizan, sobre todo de los brazos, lo cual ha provocado decenas, cientos de codazos, golpes y roces accidentales entre vallistas, en toda la historia de este evento.
Lo anterior lo conocen de sobra Dayron, Liu, David Oliver y los ocho finalistas en Daegu, como también lo conocieron y vivieron muchas veces Allen Johnson, Anier García, Terrence Trammell, Colin Jackson, Roger Kingdom y Greg Foster, por solo citar algunos de los más grandes vallistas de todos los tiempos, a quienes nunca se les vio reclamar en finales mundiales ni olímpicas, en las cuales no faltaron esos contactos personales, incluso más fuertes que lo vivido este 29 de agosto.
¿Qué diferencias puede haber entre esas historias pasadas y recientes y la de la final mundial del 2011? ¿Por qué los entrenadores chinos reclamaron si su atleta estaba consciente del resultado al afirmar a la prensa minutos después de llegada a la meta: "Estoy de acuerdo con lo que ha sucedido hoy y este es un buen resultado para mí. Robles venía muy bien preparado y yo he hecho todo lo que podía. No tengo que lamentarme de nada”? ¿Existe o no una ley interna, un código no escrito, que apela a lo moral, a lo ético y a esa valentía del vallista cuando suceden esos incidentes sin intencionalidad?
A la comitiva china le asistían todos, todos los derechos para reclamar y pedir que fuera aplicada por el Juez de la pista la regla 163.2 por obstrucción a su corredor a partir del contacto real del cubano en los últimos obstáculos. Lo cuestionable es que hicieran uso de ese recurso cuando no existe todavía ningún vallista del orbe, ninguno, ni el de la más depurada y pulcra técnica, que no haya tenido alguna vez fricción con su rival de la otra carrilera y por supuesto, eso haya influido en una medalla. Es más, muchos han ganado coronas y subido a los podios de premiaciones luego de empujones, codazos y los llamados manotazos.
A Liu pareció olvidársele que en mítines atléticos por Europa, donde no hay videos en cámara lenta y desde todos los ángulos, ni tampoco hay premios metálicos tan cotizados como en un campeonato mundial, muchos entrenadores han reclamado iguales roces —incluso provocados por él—, pero el Jurado de Apelaciones nunca ha revertido el final de una carrera. Es decir, al legítimo reclamo chino debió ir asociado el pensamiento que prima entre los atletas, incluso más allá de las vallas, en todas las carreras de velocidad y fondo: “aquí todos tenemos techo de vidrio”.
Quizás los mayores argumentos a lo anterior están en las declaraciones de conocedores y víctimas de estos roces:
“El resultado inicial no debió ser modificado. Eso pasa en cada carrera con vallas, me pasó en la semifinal ... qué mala suerte", dijo Oliver en su cuenta de twitter.
“He corrido muchas carreras de vallas y no existe¬ nada antirreglamentario en esa carrera, si¬ hubiera sido Roger Kingdon el que venía desde atrás le¬ hubiera roto el brazo al cubano, pero Liu Xiang es un¬ vallista de ritmo y no supo recomponerse o¬ sencillamente aguantar el roce. Si¬ quieren que entre los corredores no exista¬ competitividad y espectáculo que cada uno corra solo¬ como si fuera un test y que gane el que mejor marca¬ haga”, acotó un ex atleta en el portal de yahoo.
“Es algo agridulce ganar el oro de esta manera. Por nada del mundo quieres que alguien tan talentoso como Robles sea descalificado", indicó el beneficiado Jason Richardson, que pasó de subtitular a campeón en dos horas y media.
El ánimo de estas líneas tampoco es apostar por los golpes y roces en carreras de vallas, de velocidad, medio fondo, etc —como sucede todos, todos los días—, sino defender la pertinencia de proceder a reclamaciones de este tipo cuando no hubo intencionalidad, pues nadie, nadie hasta ahora ha podido cuestionar el talento y las condiciones excepcionales de Dayron, por demás recordista del mundo (12.87), oro olímpico y universal bajo techo, lides en que ha derrotado a sus rivales con la misma técnica que algunos critican ahora, solo por el hecho de que un brazo haya encontrado casualmente el de su adversario en la carrilera seis en par de ocasiones.
Si Jamaica lloró a Usain Bolt por una descalificación justa hace unos días, Cuba también lo hizo por una similar con su estrella, pero en la que la interpretación humana no puede indicar nunca una trampa.
Dayron Robles está muy lejos de ser un tramposo como comienzan a insistir varios medios de prensa con intencionalidad maliciosa, pues entonces una buena parte de los atletas que se solidarizaron con él en estas 48 horas lo estarían siendo por “un roce de palabras ofensivas”.
Prefiero entonces resumir este comentario. Dayron le ganó en Daegu el duelo a los hombres que más rápido han corrido los 110 metros con vallas en cualquier época, aunque el oro no descanse hoy en su vitrina y Liu Xiang sepa que esa reclamación no era propia ni correspondía a un vallista de su estirpe.
"VOY A ESFORZARME POR DAR UNA ALEGRÍA AL PUEBLO PANAMEÑO"
TERRA
El velocista panameño Alonso Edward, plata hace dos años en los 200 metros del Mundial de Berlín, afronta el inicio el viernes de las series de esa distancia con ganas de estar en la final, luchar por las medallas y "dar una alegría" a sus compatriotas.
Edward figura en el grupo de favoritos a las medallas, en una prueba en la que el jamaicano Usain Bolt, con ánimo de revancha tras su descalificación por salida falsa en los 100 metros, intentará desquitarse de su primera decepción en el Mundial surcoreano.
"Voy a esforzarme al máximo para dar una alegría al pueblo panameño que siga la carrera. Estoy tratando de ir con calma y hacer el trabajo que tengo que hacer", comentó Edwards durante uno de sus entrenamientos previos, en la pista de práctica de la Villa de Atletas donde se aloja en Daegu.
"Estoy contento de estar aquí en el Mundial. He estado entrenando muy fuerte estas tres últimas semanas y ante todo quiero estar en la final. Estas tres últimas semanas han sido de mucho trabajo", insistió.
Edward rechazó sentirse presionado por la plata de Berlín-2009 y subrayó que quiere afrontar con calma el desafío y centrarse ante todo en el primer objetivo, que es alcanzar la final.
"No estaré con presión por Berlín. Voy a tomar la carrera con calma, no voy a presionarme y sí a hacer el trabajo que siempre he solido hacer. Si hago todo como sé hacerlo, creo que estaré en la final", aseveró.
El atleta panameño, con muchas problemas de lesiones en el último año y medio, tiene como su mejor marca personal los 19.81 en que corrió para su segundo puesto en Berlín y este año su mejor registro en la media vuelta de pista ha sido de 20.60.
Edward llegó el sábado 27 de agosto a Daegu, con una semana de plazo antes de su debut, por lo que en ese tiempo ha tratado de acostumbrarse a la diferencia horaria y la climatología de la ciudad surcoreana, con fuerte calor y una gran humedad.
"Me siento muy bien, esperando el día de la competencia. No me ha afectado mucho el viaje porque había estado tratando antes de acoplarme al nuevo horario", explicó.
Sobre Usain Bolt y el terremoto que supuso su descalificación en la prueba reina de los 100 metros, Edwards admitió su sorpresa, pero destacó que en una carrera no hay nada escrito y que cualquier cosa puede pasar.
"Son cosas que pasan. Sinceramente no sé qué decir, no tengo nada que decir", dijo, cauto, cuando se le preguntó por este asunto. "En las finales todo puede pasar", sentenció.
Más allá de su participación en Daegu-2011, Edward tiene como gran desafío disputar los Juegos Olímpicos de Londres y conseguir allí un gran éxito para su país, como ya hiciera su compatriota Irving Saladino con un oro histórico en el salto en largo de Pekín-2008.
"Londres-2012 sería mi primera Olimpíada. Voy a tomar primero esto, estoy en el Mundial, y luego ya me mentalizaré", señaló sobre el sueño olímpico.
CULSON APUNTA AL ORO, PESE A NERVIOS Y DOLOR
ERIC NÚÑEZ
The Associated Press
Volver a ganar una medalla en un Mundial de atletismo le quita el sueño a Javier Culson.
Después de clasificarse a la final de los 400 metros con vallas con el mejor tiempo, el puertorriqueño deslizó el martes dos cosas: que los nervios no le dejan dormir y que está compitiendo con una molestia en la ingle.
"No pude dormir ... He experimentado una sensación bien fuerte de nervios, me traicionaron", dijo Culson tras cronometrar 48.52 segundos.
Pero en lo que se apreció en la pista azulada del Estadio de Daegu, Culson se mostró cómodo. Desaceleró el ritmo al acercarse a la meta, mirando a los lados.
"Me sentí algo cansado con la carrera, pero fueron los nervios. Lo más difícil para un atleta es pasar a la final, pero ya logré eso".
Culson irá el jueves por su segundo podio consecutivo en un campeonato del mundo, luego de una medalla de plata en Berlín 2009. Esa presea fue la primera de Puerto Rico en un Mundial.
"Todo puede pasar, todos los rivales son extraordinarios, hay un nivel muy fuerte de competencia", dijo Culson apuntando a un lote de rivales que incluye al británico David Greene, el estadounidense Bershawn Jackson y hasta el ex campeón dominicano Félix Sánchez.
Más allá de subir un escalón en el podio, Culson quiere el oro para alegrar a sus compatriotas que fueron afectados por el paso del huracán Irene.
"Sinceramente, quiere ganar esa medalla de oro. Ya tengo una medalla de plata y quiero traerle mucha felicidad a mi gente boricua que la necesita en estos momentos. Dar alegría a los puertorriqueños es algo que siempre me mueve".
También indicó que arrastra una molestia en la ingle, de la cual se resintió durante la justa de Crystal Palace en Londres a comienzos de mes. Pero indicó que ha sabido sobrellevarla.
"Mucha gente puertorriqueña no sabe lo que un atleta pasa", dijo Culson.
Refiriéndose a una mala actuación reciente a una competencia regional, Culson explicó que durante la misma sufrió un calambre que le impidió emplearse al máximo.
"El atleta debe cuidarse para este momento que es bien importante. Lo que hice fue prevenir y eso está certificado por la doctora... y luego en Londres la pierna me la resentí", relató.
LA MANIOBRA DE ROBLES CONTRA XIANG LIU INDIGNA A LOS CHINOS
TERRA
Profundamente decepcionados y muy enfadados, los internautas chinos lamentaban este martes la maniobra del cubano Dayron Robles en la final de 110 metros vallas, que pudo privar al ídolo nacional Liu Xiang de una medalla de oro en la final del Mundial de Daegu.
La imagen de Robles estirando el brazo para bloquear a Liu, que forzó la descalificación del caribeño a pesar de que había ganado inicialmente el oro, se comparó ya con otras grandes fotos de conductos antideportivas, como el cabezazo de Zinedine Zidane en la final del Mundial-2006 o el mordisco del boxeador Tyson Gay a Evander Holyfield, que le seccionó un trozo de oreja.
Las redes sociales contribuyeron a la difusión y canalización de esa indignación nacional, con una foto repetida y que circuló a gran velocidad por la red: la mano derecha de Dayron Robles contra la muñeca izquierda de Liu, cuando ambos luchaban por el triunfo en la última valla.
Liu Xiang, que se vio desequilibrado, quedó ahí distanciado cuando parecía que podía ganar y sólo pudo ser tercero. El bronce se convirtió luego en plata, cuando la reclamación china tuvo éxito y Robles fue desposeído del título y descalificado.
En la grada de Daegu, los aficionados chinos que se habían desplazado al país vecino para ver al vallista más célebre de Asia permanecían incrédulos y visiblemente molestos a lo que consideraban un robo, mientras sus compatriotas empiezan a reaccionar, visiblemente molestos contra el cubano.
"Vergüenza para Robles", se leía insistentemente este martes en Weibo, el equivalente chino de la red de mensajería de Internet Twitter, con textos que coincidían en estimar que si el campeón olímpico no hubiera desequilibrado a su ídolo, el oro hubiera sido para China.
"Odio a Robles a morir", escribió el internauta ljyBB. "No sabe lo que es la deportividad", añadió.
Liu Xiang y Dayron Robles -originario de dos países comunistas teóricamente próximos-son amigos y parece que seguirán siéndolo a pesar del incidente de Corea del Sur.
"La competición sólo es para mí un juego", escribió en su cuenta de una popular red social el atleta chino. "Simplemente estoy un poco triste", afirmó.
Esta deportividad no ha hecho sino aumentar el prestigio de Liu Xiang, campeón olímpico en Atenas-2004 y que había sido declarado baja en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, ante el estupor del público chino, que tuvo que ver cómo su ídolo era destronado... por Dayron Robles.
"El que te hace daño en un momento crítico no puede ser un amigo", escribe en uno de los interminables debates el 'microbloguer' WuDingShangdeXiong, en su cuenta de Weibo, antes de comparar a Robles con Zidane y Tyson, por sus célebres actos antideportivos en el pasado.
La descalificación de Robles en la final de 110 metros vallas de Daegu fue, por contra, considerada "injusta" por el equipo cubano, en palabras del líder de su delegación, el ex saltador de altura Javier Sotomayor.
DAEGU CORONA A DOS NUEVOS TALENTOS Y CONDENA A ISINBAYEVA
CARLOS ARRIBAS El País.com
Cuando en otoño pasado regresó a Kenia después de batir el récord mundial de los 800 metros (1m 41,01s), a David Rudisha, hijo de Daniel (subcampeón olímpico con el relevo 4x400) y entrenado en Iten, en el corazón del valle del Rift, por Colm O'Connell, un jesuita irlandés, los jefes masai, su tribu, le dijeron que había sido tan valiente como si hubiera matado a un león. Después mataron 50 vacas en su honor. Fue la primera coronación por sus hazañas. La segunda, menos sentimental pero más universal, la recibió anoche, cuando se proclamó campeón mundial después de una carrera en la que no dejó en ningún momento que nadie le adelantara. Cuerpo de corredor de 400 metros -alto, 1,90 metros, esbelto, armoniosamente zanquilargo-, corazón de 800 metros, capacidad para mantener casi dos minutos una velocidad elevadísima sin que el ácido láctico le paralice, Rudisha, de 22 años, es quizás el talento atlético más inmenso surgido los últimos años.
Hace dos años, en su debut en un Mundial, se vio enzarzado en las peleas tácticas, en los codazos, en las sutilezas de una pelea callejera cuyas claves desconocía y fue eliminado antes de la final. Desde entonces no corre ni una carrera. Desde entonces, se pone siempre delante de los demás y marca las reglas del juego. Si tiene una liebre, como en los mítines o en los intentos de récord, se deja guiar por ella; si no, en los campeonatos, anoche mismo, hace que el resto de los rivales, a su espalda, haga de liebre a la inversa los primeros 600 metros. Entonces, Rudisha modula el ritmo de su carrera según los bufidos, los ruidos, las sensaciones, que le lleguen de detrás, de algunos de los mejores de la historia en la distancia. Después, en los últimos 200, comienza su verdadero recital de cambios y acelerones que convierten en imposible la tarea de adelantarle. Ganó en 1m 43,91s (el tiempo más rápido desde hace 10 años) y para ser segundos pelearon hasta la línea el ugandés Abubaker Kaki -otro tremendo corredor de 800 metros- y el renacido Yuri Borzakovsky, el más genial de los blancos en la distancia. En la última zancada remontó Kaki y dejó de bronce al ruso.
Si Rudisha consiguió primero la marca y al año siguiente el título, Kirani James, el joven granadino, ha iniciado su carrera estelar a la inversa. A los 18 años y 363 días se proclamó campeón del mundo de los 400 metros -el oro más joven en la distancia, el tercero más joven en absoluto en la historia de los Mundiales tras dos kenianos de 5.000 metros, Kirui y Kipchoge- cuando aún no ha bajado de 44,60 segundos. Su entrenador, Harvey Glance, de la Universidad de Alabama, dice que sin duda está llamado a marcas magnífica, y evidentemente, nadie está dispuesto a llevarle la contraria. El 'nuevo Usain Bolt' le llaman, y como el fenómenos jamaicano en sus años juveniles, la clase desborda aún su técnica. En la final de anoche, en la que se ofreció la piel nada menos que de LaShawn Merrit, el campeón olímpico de Pekín y mundial de Berlín, donde acabó desquiciando a Jeremy Wariner, y al que negó el derecho a redimirse enteramente tras 21 meses de sanción por dopaje, James corrió los 200 primeros metros con el cuerpo exageradamente doblado hacia delante, casi como si fuera Groucho Marx, como si no aguantara el peso del pecho, como si no quisiera llamar la atención por su gran altura. En ese inicio, Merrit cobró fácilmente una ventaja de unos cinco metros que mantuvo en la curva y con la que afrontó, viento de cara, la última recta. Allí, en esos 80 metros, James se enderezó y le comió el terreno con cada zancada hasta superarle finalmente por tres centésimas, lanzándose aún fresco y flexible, elegante y suave, sobre la línea de llegada (44,60s por 44,63s, una de la finales más lentas).
Como si a Daegu los asuntos de los sentimientos se la soplaran, tampoco tuvo derecho a una 'rentrée' de cine Yelena Isinbayeva, la mejor pertiguista de la historia que se recupera de una crisis de fe atlética y desmotivación. En abril del año pasado, después de fracasar en los Mundiales de Berlín al aire libre y de Doha en pista cubierta, Isinbayeva, la que había batido decenas de veces récord mundiales, la única que ha superado cinco metros, anunció que se tomaba un año sabático. Descreída del atletismo, descreída de sí misma, Isinbayeva se buscó a sí misma abandonado su refugio de Mónaco y regresando a la vida más dura y menos glamourosa del Volgogrado en el que nació y creció. Abandonó a su entrenador de los últimos cinco años, Vitaly Petrov, y volvió con su primer técnico, Evgeni Trofimov, con el que había saltado cinco metros por primera vez. Y anoche encontró la confirmación de lo que sospechaba, que es muy difícil encontrarse a uno mismo después de haberse perdido. Los técnicos dicen que Isinbayeva ya no sabe si corre o salta o no hace ninguna de las dos cosas. Saltó 4,65 metros a la primera, su único salto válido, porque tiene calidad para ello, pero de allí no pasó. Sí que pasó, y llegó más alta que nadie, hasta 4,85 metros, igualando su mejor marca (la cuarta de la historia), la brasileña Fabiana Murer, una vieja y paciente luchadora entrenada por su marido que a los 30 años vio un hueco -aparte de la crisis de Isinbayeva, la campeona de Berlín, Rogowska, y la subcampeona de Pekín, Suhr, saltaron tocadas- no lo dejó pasar. Es la primera medalla, y de oro, de la atleta que no pudo saltar con sus pértigas la final olímpica de Pekín porque se habían traspapelado y que preparará los Juegos de Londres asesorada por Petrov, el ex de Isinbayeva.
NURIA NO VUELA SIN PASCUA
IGNACIO ROMO PÚBLICO.ES
La operación Galgo flotó de nuevo sobre el tartán azul de Daegu. Nuria Fernández, citada por la juez Pérez Barrios como "sujeto pasivo de dopaje". se disponía a tomar la salida en la primera de las dos semifinales de 1.500 metros. La exdiscípula de Manuel Pascua, el entrenador que organizó el dopaje sanguíneo de Bezabeh e imputado en dicha operación, necesitaba clasificarse entre las cinco primeras para pasar a la final. No lo logró.
La eliminación de Nuria Fernández cerró el ciclo del dopaje en la selección española. Luz Murillo, la campeona de España de los 100 metros, no fue seleccionada por la Federación. La vallista Josephine Onyia, que regresaba de una sanción de dos años, no ha conseguido reproducir este año sus marcas previas a su dopaje. El domingo, Paquillo Fernández, también de regreso tras su sanción, abandonó en el kilómetro 7 de la prueba de 20 kilómetros marcha. Es un mal año para los atletas con el currículum salpicado de dopaje.
Nuria Fernández luchó hasta la línea de meta. La suya fue una semifinal muy trabada, una carrera dura, en la que era difícil maniobrar. La actual campeona de Europa no encontró fuerzas y perdió ante atletas sin pedigrí, como Obiri, cuyo mejor crono es un oscuro 4:07, o la turca Karakaya.
Nuria va a menos. Tras el estallido de la operación puesta en marcha por la Guardia Civil, le vino muy bien el cambio de técnico y con Antonio Postigo cuajó una gran temporada de cross y subió al podio de los Europeos en pista cubierta en marzo. Sin embargo, en Daegu no ha dado la talla. Ha corrido en 4:09, lejos de los 4:00 del año pasado. Esta temporada su mejor crono ha sido 4:04. Ayer reconoció que le "anestesiaron" una rodilla en el calentamiento.
Pasaporte biológico
La entrada en vigor del pasaporte biológico está marcando esta temporada. Los atletas están siendo sometidos a extracciones sanguíneas (el ciclismo fue pionero con este sistema) que van trazando su perfil de hematíes (glóbulos rojos) y delatan prácticas dopantes aun sin la necesidad de que aparezcan positivos.
En la segunda semifinal corrió Natalia Rodríguez. La tarraconense estuvo muy atenta en todo momento. La suya fue una carrera de gran concentración, impecable desde el punto de vista táctico. Al principio se resguardó en la cola del grupo para evitar codazos y despertó a falta de 500 metros. Se clasificó con solvencia y es ahora la más sólida opción de medalla de la selección española. Mañana se enfrentará a Jamal (Bahrein), Gezahegne (Etiopía) y Lakhouad (Marruecos). Un reto difícil.
A MI JUICIO, INJUSTA ELIMINACIÓN
José Luis López As.com
He grabado en alta velocidad la final de 110 metros vallas, a 300 imágenes por segundo. La analizo al milímetro, y creo honestamente que el contacto de Dayron Robles con Liu Xiang en la novena valla es involuntario, y perjudica a ambos. Por tanto, no me parece justa la descalificación del atleta cubano. Observo la excelente salida de Robles, llegando en siete pasos a la primera valla en cabeza. Liu Xiang, desde este año, también llega en siete pasos. Ambos atacan con la pierna izquierda. Robles domina la carrera en las siete primeras vallas, con autoridad, con esos brevísimos y excelentes tiempos de contacto que le caracterizan, un amplísimo paso de valla y el talón muy alto en la recepción después de cada valla. En la octava observo algo: Liu Xiang se va excesivamente hacia la izquierda, poniendo su pie de batida, el derecho, casi en la línea izquierda. Es decir, acercándose tanto al lado de Robles, el chino corre un grave peligro de contacto.
Eso no es culpa de Dayron Robles. Y en la novena valla, efectivamente el brazo derecho de Robles toca al izquierdo de Liu Xiang. Es un lance propio de carreras de vallas, de dos atletas con técnicas de brazo en el paso de la valla muy distintas. Pero el contacto perjudica a los dos: Liu Xiang se frena algo y Dayron Robles se hunde, perdiendo también velocidad. E incluso vuelve a haber otro contacto en la última valla. Pero en ningún caso es culpa de nadie. Para mí, Dayron Robles es el campeón mundial.
Nota del blogger: con todos mis respetos para el excelente comentarista deportivo y especialista en atletismo José Luis López, yo no sé cómo en esa pantalla del siglo XXII ha podido ver cosas que unas fotos simplemente buenas las dejan con el culo al aire. Juzguen ustedes mismos. Y, por cierto eso de para mi "Robles es el campeón del mundo" me parece de una soberbia impropia. Yo podría decir "para mi el Madrid es el campeón moral de la última Champions...". En fin, son opiniones.
AGARRADOS A OLMEDO Y NATALIA
CARLOS ARRIBAS
Como dirá el mono una vez que la última bomba atómica haya acabado con la humanidad, otra vez vuelta a empezar. El atletismo es, para el aficionado español, el 1.500 y solo el 1.500, y solo cuando comienzan sus series siente el hormigueo propio de las grandes ocasiones. Así y más que nunca en los Mundiales grises de Daegu, el de los españoles invisibles.
El discóbolo canario Mario Pestano, el primero que llegaba a una final de Daegu, terminó 11º, penúltimo, y preguntándose por quinto Mundial consecutivo más un par de Juegos qué es lo que le ocurre que es incapaz de llegado el momento clave alargar el brazo. Ganó el alemán Robert Harting cojeando con un lanzamiento de 68,97 metros. Si Pestano hubiera llegado a los 67,5 metros con los que hace dos semanas ganó el campeonato de España, habría sido medalla de plata. Se quedó en 63 metros y sepultado de nuevo por las dudas.
El 1.500 despierta esperanzas y temor a partes iguales, lo que le hace único, aunque en su vertiente masculina, lo único que ha despertado en los últimos años ha sido un sentimiento de frustración y nostalgia por fastos pasados. A lo largo de la primera década del siglo, el 1.500 español ha ido caminando en los Mundiales desde el fulgor del bronce de Reyes Estévez en Sevilla 99, anuncio entonces de más brillo futuro, hacia la desaparición en Berlín 2009, Mundiales en los que ningún español logró disputar la final. En aquel Mundial, el 1.500 español se expresó en femenino, con la victoria efímera de Natalia Rodríguez, luego descalificada. Se cruzaron ambas ramas en la capital alemana, una descendente, otra ascendente, y ambas vuelven a encontrarse en la ciudad de provincias coreana llamada Daegu.
En Daegu, donde el cielo es siempre gris, toca volver a soñar con un grupo nuevo, liderado por un atleta de calidad indiscutible que hasta hace un par de años chocaba contra un imposible en el 800 y al que ahora nadie en España, salvo Arturo Casado, que está lesionado, tose en el 1.500. Con ustedes, Manuel Olmedo, en quien todas las esperanzas están depositadas.
Antes de llegar a Daegu, después de un campeonato de España imperial, de un 800 increíble en Barcelona (1m 44,56s, una de las mejores marcas mundiales del año), el 'cuidado con Olmedo, que está como nunca, cuidado con Olmedo', que comenzó como un susurro de finos 'connoisseurs' se convirtió en un ruido estruendoso que obligó al propio atleta (Sevilla, 1983) a taparse los oídos para no perder el rumbo. "Entiendo que la afición quiera una medalla", dice Olmedo, pocos minutos después de clasificarse con tranquilidad para semifinales de la prueba (mañana a las 12.55; la final, el sábado a las 13.15). "Pero yo no puedo rendirme a la euforia de la gente".
Sin embargo, dentro de su cabeza, Olmedo se ve el sábado subido en el podio del estadio. Se lo dice él a sí mismo, se lo dice su entrenador, Enrique Pascual, el mismo que llevó a Fermín Cacho al punto más alto alcanzado jamás por el atletismo español, el oro en los 1.500 de Barcelona 92, se lo dicen sus entrenamientos, sus sensaciones, sus marcas. "Los favoritos [Kiplagat, Laalou, Kiprop, Komen, Gebremedhin], son más bien corredores de mitin, les falta quizás habilidad táctica. Esto lo suplen convirtiendo las series en carreras lanzadas, tipo mitin, pero así no se pueden correr tres carreras seguidas".
En los bosques sorianos de Valonsadero, dice Olmedo que este invierno ha trabajado tanto "por arriba" (volumen) que soportará perfectamente tres 1.500 metros en cinco días. Seguramente esos parajes helados en invierno, los mismos que sudó Cacho en su momento, le inspiren y le den la sabiduría necesaria para poder salir victorioso de la pelea. "Tengo que ser como Cacho, hábil, astuto en el cuerpo a cuerpo", dice. "Así ganó él el oro en Barcelona. La habilidad es la mejor arma de los europeos, la única". También pasaron a semifinales Diego Ruiz, debutante, y Juan Carlos Higuero, cuyas aspiraciones y posibilidades son menores.
Dos años después de Berlín, Natalia Rodríguez volverá a disputar una final de un Mundial en una pista azul [jueves 2, 13.55]. De las semifinales -ganó la suya tras cambiar elegante y aparentemente sin esfuerzo en medio de un grupo de sudorosas y afanosas atletas al toque de campana, su marca?salió tan contenta como de las series y tan convencida de sus posibilidades victoriosas o más. "Tengo en la cabeza conseguir el oro", dice. "En Berlín me demostré a mi misma que fui campeona del mundo y eso me dio ánimos para seguir, y me da ánimos para el jueves". La otra española, Nuria Fernández, corrió infiltrada y quedó eliminada.
martes, 30 de agosto de 2011
LASHAWN MERRITT: DEL PENE A LA CABEZA
JOSÉ MANUEL MORENO. "OCHO CALLES".
El campeón olímpico y mundial de la vuelta la pista, el estadounidense LaShawn Merritt, estuvo, según versión oficial, 21 meses sin correr por intentar alargarse el pene. Qué cosas. Reapareció hace menos de un mes y nos quedamos asombrados con sus para mi inesperados 44.74. Empezamos a considerar que tenía opciones de medalla en Daegu. Llegó el campeonato del mundo y nos quedamos atónitos cuando, en la primera eliminatoria, venció con la mejor marca mundial del año: 44.35. Nos preguntamos que esa demostración para qué. ¿Para volver a tener "sensaciones". La cuestión es que automáticamente retomó el papel de favorito para todos los aficionados y comentaristas. Llegó a la semifinal y sin forzar, realizó el mejor tiempo con 44.71. Mientras tanto, James ganaba su semifinal por encima de los 45 segundos. ¿Quién dudaba hace una hora que Merritt ganaría la final? Pocos, solo los que le dábamos vueltas a la cabeza pensando en que tres demostraciones en tres días, hasta para un gran atleta como Merritt, con casi dos años sin competición, lo podría acusar. Y lo acusó. Llegó por delante a la recta final de la gran revelación, el "granadino" Kirami James, pero en el terreno en el que antaño se despegaba inmisericordemente de su gran rival Jeremy Wariner, se quedó clavado. Ahí tuvimos claro que James le iba a pasar. Y aunque la casta que tiene le permitió luchar hasta el último metro, la derrota fue inapelable. La moraleja de todo esto es que si llegas con una preparación cogida con alfileres, mejor es ser prudente y las demostraciones de 44.3 y similares dejarlas para la final, que es cuando se pierden y ganan las medallas. En definitiva, que méritos aparte de este nuevo fenómeno de 18 años llamado Kirami James, al hombre que sancionaron por alargarse el pene, qué cosas, le falló la cabeza en su participación en Daegu. Y, para colmo, y gracias a la "Regla Osaka" no podrá participar en Londres. Aunque eso sea harina de otro costal, y ya se verá lo que ocurre.
lunes, 29 de agosto de 2011
BEKELE RENUNCIA AL 5.000
EFE
Bekele llevaba desde enero del 2010 sin competir debido a una lesión muscular y ayer tuvo que retirarse mediada la final, que terminó ganando su compatriota Ibrahim Jeilan.
Eetíope Kenenisa Bekele, que perdió este domingo, al retirarse en la final, la primera carrera de su vida en 10.000 metros, ha decidido renunciar también a la prueba de 5.000 en los Mundiales para empezar a preparar ya los Juegos Olímpicos de Londres, ha anunciado su agente, Jos Hermens.
Bekele llevaba desde enero del 2010 sin competir debido a una lesión muscular y ayer tuvo que retirarse mediada la final, que terminó ganando su compatriota Ibrahim Jeilan. Sus doce carreras anteriores en 10.000 las había ganado todas, a partir del 2003.
El plusmarquista mundial quería repetir en Daegu el doblete que obtuvo dos años antes en Berlín, pero la falta de entrenamiento arruinó su propósito.
En los Juegos de Londres, según Hermens, Bekele volverá a intentar, con 30 años, el doblete del fondo.
SALIDAS EN FALSO MEMORABLES
Ricardo De la Huerta | MEDIOTIEMPO
La descalificación del plusmarquista mundial Usain Bolt en la Final de los 100m planos en el Mundial de Atletismo se convirtió en el momento más memorable del Campeonato. A pesar de ser considerado el favorito absoluto para conquistar el hectómetro, el error de Bolt ni siquiera le permitió revalidar en la pista su título mundial.
Sin embargo, el jamaiquino no es la primera figura mundial que se queda fuera de competencia por una salida en falso. ¿Qué otras figuras mundiales han sido tan rápidos que han 'vencido' al disparo de salida?
Linford Christie (Juegos Olímpicos Atlanta 1996-Final 100m)
El británico llegó a Atlanta con la intención de defender el oro obtenido en Barcelona 1992. Aunque sus mejores temporadas habían quedado en el pasado, Christie era la figura que no podía faltar entre los 8 más rápidos de los Juegos.
En aquel entonces la primera salida en falso sólo causaba una amonestación, por lo que cuando el británico se adelantó al disparo nadie se preocupó. Cuando Christie repitió la pifia, el estadio enmudeció y se confirmó que habría un nuevo Campeón Olímpico en la prueba reina del atletismo.
El canadiense Donovan Bailey se quedaría con el oro con un tiempo de 9.84s, un nuevo récord mundial en aquel entonces.
Raelene Boyle (Juegos Olímpicos Montreal 1976-Semifinales 200m)
La velocista australiana era la favorita para ganar los 200m en los Olímpicos de Montreal. Boyle había sido plata en Munich 1972 y era la única competidora que podía desafiar a las velocistas alemanas. Por si fuera poco, un par de días antes la oceánica finalizó en el cuarto lugar en la Final de los 100m a pesar de no ser una especialista del hectómetro.
Boyle cometió una evidente salida en falso que le costó una amonestación sin consecuencias, pero la segunda que le valió la descalificación no fue tan contundente. La repetición en el video demostró que Boyle había salido después del disparo, un consuelo inservible para la australiana, quien nunca pudo obtener un oro olímpico.
Jon Drummond (Campeonato Mundial Paris 2003- Cuartos de Final 100m)
La regla original le permitía una salida en falso a cada velocista. Aunque así se defendía la igualdad entre los corredores, las Finales se volvían interminables. La carrera oficial arrancaba después de que 4 o 5 velocistas acumulaban amonestaciones.
Para los Campeonatos de 2003, la Asociación Internacional de Federaciones Atléticas (IAAF) impuso una nueva regla en la que la primera salida en falso amonestaba a todos los corredores. Una segunda infracción causaba la descalificación sin importar que el infractor no fuera el mismo que la primera vez.
Aunque varios competidores fueron expulsados, ninguno fue tan memorable como el norteamericano Jon Drummond. Después de ser descalificado, el estadounidense argumentó que él no se había movido y en protesta se acostó en el tartán y se negó a abandonar la pista. Drummond retrasó la competencia por casi una hora hasta que finalmente decidió retirarse en un mar de lágrimas.
Sally Pearson (Juegos del Commonwealth Nueva Deli 2010- Final 100m)
Pearson cruzó la línea de meta en el primer lugar de la Final del hectómetro en los Juegos de la Mancomunidad Británica 2010. La velocista se convertía en la primera australiana en conseguir el oro desde Raelene Boyle en 1974, o al menos eso creía.
Media hora después del final de la carrera, los oficiales le anunciaron a Pearson que había sido descalificada. En la Final de la carrera la australiana y la inglesa Laura Turner salieron en falso, pero sólo la británica fue descalificada. Turner argumentó que el ruido ensordecedor en el estadio la confundió y en una decisión controversial se le permitió correr la Final. Pearson se quedó con el oro, Turner finalizó en octavo.
La delegación británica interpuso una queja argumentando que el video demostraba que Pearson había sido la primera en salir en falso. Después de analizarlo, los jueces estuvieron de acuerdo y anunciaron que la australiana sería despojada del metal áureo. La inglesa Katherine Endacott que había finalizado cuarta, milagrosamente subió el podio.
Usain Bolt (Campeonato Mundial Daegu 2011- Final 100m)
"Lightning Bolt" avanzó sin dificultades a la Final de los 100m planos en la que buscaba refrendar el título obtenido en Berlín 2009. Aunque el jamaiquino había pronosticado que no rompería su récord mundial de 9.58, las ausencias de Tyson Gay, Asafa Powell y Steve Mullings, colocaban a Bolt como el favorito indiscutible.
Bolt fue la víctima del cambio a la regla que impuso la IAAF en 2010. Después de años de polémica, el organismo adoptó una política de cero tolerancia a las salidas en falso.
Con la ausencia de Bolt, el también jamaiquino Yohan Blake se quedó con el oro con un tiempo de 9.92. Una marca que sólo le hubiera alcanzado para el cuarto lugar en Berlín 2009.
EL NERVIO SEGÚN PESTANO
CARLOS ARRIBAS - Daegu
Salió el sol en Daegu, pero, como dice Wyoming, solo lo hizo para hacer daño. "Menos mal que me fui pronto de la pista, si no lo hago me derrito", dijo Mario Pestano, que es canario y logró clasificarse para la final de lanzamiento de disco (hoy, 12.55) con 65,13 metros a la primera (la tercera marca de los participantes: el otro español con posibilidades, Frank Casañas, lesionado en el aductor, no pudo ni hacer un lanzamiento).
A Pestano, que a los 33 años ha empezado a estudiar fisioterapia en Sevilla, le temblaba hasta el boli el día del primer examen. "Enseguida comprendí que lo de los estudios es como el atletismo", dice el plusmarquista español (69,50 metros, una marca de elite a nivel mundial). "Hay que trabajar mucho, estudiar todos los días, y luego, llegado el día señalado hay que saber darlo todo". Los estudios le han enseñado también que en la vida hay más cosas que el atletismo y que no es malo relativizar, que es mejor no obsesionarse. "He pasado el curso en Sevilla, estudiando y entrenándome solo, con mi entrenador, Luis Lizaso, en Barcelona, y luego en junio he ido a Sant Cugat a afinar la preparación para el Mundial".
Quizás por todo ello, Pestano, porque un disco no es un boli, Pestano se acercó más tranquilo que nunca al círculo de lanzamiento, no dudó ni un instante en hacer lo que tenía que hacer y el disco salió suave de su manaza, voló hermoso, y le clasificó para su quinta final consecutiva. "Eso es, soy un Mario más maduro, un Mario cambiado, un Mario que sabe lo que hace", dice. "He lanzado tranquilo pero con nervio, esa es la clave, el nervio, y quizás antes no he sabido sacarlo". A Pestano se le habla de medallas y él, inmediatamente, con cara de mi reino no es de este mundo, cambia de discurso. "No se trata de medallas", dice Pestano, quien no quiere ni saber lo que han hecho los rivales, que Zovago, el que más ha lanzado esta temporada, no se ha clasificado, que el campeón mundial Harting está tocado en una rodilla, que Malachowski parece más fuerte que Kanter, que ninguno llegó a 65,50 metros, la marca fijada para el corte... "En la final solo quiero salir satisfecho de mi actuación, saber que lo he dado todo, llegue donde llegue. Confío en mí, en mis posibilidades, pero mi secreto es saber que todo se trata de hacerlo bien donde haya que hacerlo".
"Y encima nos ha salido el sol, qué asfixia, y un sol que pica de verdad, y la humedad...", se quejaron a coro los tres españoles del 3.000 obstáculos, a los que tocó competir en series, con escaso éxito, a las 11 de la mañana coreanas. Ninguno de los tres, Víctor García, Tomás Tajadura y Ángel Mullera, tres nombres nuevos que reflejan la renovación drástica, acelerada, de una prueba que en España cuenta con buen pedigrí. Dos de ellos, García, de Madrid, y Tajadura, de Burgos, debutaban en un Mundial, y Mullera, de Lloret de Mar, repetía tras Berlín. "Dennos tiempo", pedía Mullera, "que los de la generación anterior [la de Berlanas, Eliseo, Penti, Blanco] empezaron a entrar en las finales ya mayores". Quizás el atleta que mejor simboliza el cambio global en la prueba sea Tajadura, que tiene 26 años, es ingeniero agrónomo (acaba de entregar el proyecto y ahora va a cursar, órdenes de Bolonia, un grado) y hasta este año no había empezado a entrenarse en serio. Y pese a haber ganado el campeonato de España aún se siente en cierta tierra de nadie. Por eso no rindió como esperaba, dice. "No me creía que estaba donde estaba", dice.
"BOLT TEMÍA A BLAKE"
CARLOS ARRIBAS - Daegu - 29/08/2011
Entre bocado y bocado de un entrecot poco hecho, entre sorbo y sorbo de un tinto australiano, un shiraz, gentileza todo de Li Ning, su patrocinador, Asafa Powell sonríe con cierta malicia. "Sí, ahora que Blake es campeón del mundo, será curioso ver cómo va su amistad con Bolt", dice el jamaicano, el velocista más rápido del año, que, lesionado en la ingle, no pudo correr los 100 metros en los que un nulo del mejor de la historia permitió que ganara el más joven de nunca, uno, Yohan Blake, de 21 años, que ni siquiera es campeón de Jamaica, la isla en la que se da una patada a una piedra y salen 20 sprinters de debajo, pues quedó segundo detrás de Powell. "Pero no, no me crea frustración añadida ver a Blake campeón y pensar que yo podría estar en su lugar", dice. "No estuve en la final y nunca sabremos qué habría pasado si hubiera estado yo. Incluso no sabemos si Bolt hubiera hecha salida nula...".
Si Bolt sigue sin abrir el pico para explicar su inexplicable nulo -se limitó a emitir un comunicado, seguramente redactado por su agente, en el que felicita a Blake, expresa su deseo de pasar página y de centrarse al cien por cien en la prueba de 200 metros, en la que también defiende título, a partir del viernes-, a Powell no le costó dar su opinión. "Lo estaba viendo por la tele y me quedé mudo, fue un shock", dice Powell, quien, en 2003, en París, sus primeros Mundiales, fue descalificado por salida nula en cuartos de final. "Creo que, pese a todas sus demostraciones de lo contrario, Bolt, que lleva un año por debajo de sus posibilidades, no estaba tan seguro como parecía. Tenía miedo de Blake, de su salida, muy explosiva. Estaba obsesionado por salir antes que él. Lo tenía a su derecha y solo estaba pendiente de él. Viendo la repetición a cámara lenta se ve cómo antes de la salida de Bolt, Blake mueve un poquito la pierna. Quizás eso desencadenó el nulo...".
Aunque varios atletas, un buen número, han organizado polémica y pedido que se revise la norma de descalificación al primer nulo, Bolt aún no se ha pronunciado. Un periódico de su país, el Jamaica Gleaner, ha desempolvado, sin embargo, rápidamente la opinión favorable de Bolt, recién campeón mundial en Berlín, a la imposición de un nulo-fuera que entró en vigor unos meses después, en enero de 2010. "Será mejor para el deporte", dijo entonces Bolt. "Será, en todo caso, un problema para otros, pero no para mí. Nunca he hecho una salida nula en mi vida".
Blake, de 1,81 metros y 80 kilos, un atleta cuadrado, compacto, está más cercano al canon tradicional del velocista bola de músculos que a las tendencias modernas, que buscan más al velocista longuilíneo, de larga zancada, capaz de mover las piernas a gran velocidad. Bolt, que mide casi dos metros es el ejemplo extremo -y Lemaitre, el francés, también-, pero Powell, que mide 1,88 metros, es, en cierta manera, el modelo que inició la transformación. "Aunque siempre es bueno que en el mismo grupo de entrenamiento haya varios de un gran nivel, como por ejemplo en mi caso, que me entreno con Nesta Carter y Michael Frater, que me obligan mucho, me presionan, no sé cómo podrá gestionar Glen Mills el entrenar a dos campeones del mundo a la vez, y siendo uno de ellos Bolt", dice Powell, quien decidirá el jueves si participa en el relevo 4x100. "De todas maneras, aunque Blake pueda mirar de tú a tú a Bolt y decirle 'yo también soy campeón del mundo', hay que tener en cuenta que Blake sabe que nunca le ha batido. Y eso Bolt, claro, lo sabe también".
UNA NOCHE DE INSTANTES ÚNICOS
C. A. - Daegu
El atletismo, una vez, es la perfección en la ejecución de un gesto después de miles de repeticiones, de miles de entrenamientos. Unos cuantos gestos llenaron la noche de Daegu, y no solo los de la final de los 110 metros vallas.
Fue el gesto técnico, perfecto, de estudioso de la parábola, casi físico nuclear, Koji Murofushi con el martillo, conjugando la violencia con el tacto, la adrenalina con el swing. Así consiguió el japonés, un místico de su aparato, desde su nube de inspiración, su primer oro mundial, siete años después de su victoria olímpica. En el gesto generoso de la lanzadora de peso neozelandesa Valerie Adams, quien en su sexto intento, y ya asegurada su tercera medalla de oro consecutiva (más una olímpica), regaló al público como despedida un lanzamiento de 21,24 metros, lo más largo que ha lanzado una mujer desde hace más de 10 años, una distancia que igualaba el récord de los campeonatos establecido por Natalya Lisovskaya en 1987, en los tiempos en los que los anabolizantes se consumían como el agua.
Fue la sonrisa forzada de Allyson Felix, hija de pastor educada para mostrarse feliz en los malos momentos, generosa en la derrota, a quien la atleta de Botsuana Amantle Montsho acababa de romperle el sueño de un doblete nunca alcanzado en un Mundial por una mujer de 200 y 400 metros. Todos los intentos de doblar título doblando distancia han quedado abortados de salida en la ingrata Daegu. El de Bolt (100-200), el de Mo Farah (5.000-10.000), el de Felix, cuya ambición quedó rota prácticamente a los 150 metros de la carrera de 400, cuando tras una carrera impresionante, ágil, alada, por la calle tres que le llevó a comerle la compensación a la africana (cuatro), pura potencia y determinación, vio como esta se recuperaba y entraba por delante de ella en la última recta, 100 metros de agonía con viento de cara para dos que se negaban a perder y en los que Felix recortó centímetro a centímetro la ventaja de Montsho hasta quedarse a nada, tres centésimas, pero segunda. La lucha llevó a ambas a mejorar sus respectivas marcas personales: 49,56s para Montsho, 49,59s para la californiana.
Fue la rebeldía y la determinación de dos pertiguistas jóvenes con los que nadie contaba, un polaco de 22 años llamado Pawel Wojciechowski, y un cubado de 25, Lázaro Borges, capaces de pelear contra lo establecido, de acogotar al gran favorito, el francés Lavillenie, quien tras un concurso inmaculado -ni un nulo hasta franquear 5,85m- se desesperó ante la resistencia feroz de ambos y fue incapaz de superar los 5,90m. Mientras el polaco, finalmente ganador por menor número de nulos, fue capaz de salvar con éxito la jugada arriesgada de pasar de intentar 5,85m tras un primer nulo, el cubano, que llegaba con una mejor marca de 5,75m, fue capaz en la final de batir dos veces el récord de su país y elevarse hasta los 5,90m que le dieron la plata. Hasta hace nada, Borges, que solo mide 1,78 metros y se entrena en Navarra, era un marginado en su país, que no lo admitía en su selección. Tenía una sola pértiga, con la que practicaba día y noche en el exterior del estadio nacional de La Habana.
Fue, también, la aclamación con la que recibió el público, tan emotivo, tan receptivo a los gestos fáciles, la presentación de Oscar Pistorius erguido sobre sus cuchillas de carbono en la salida de las semifinales de los 400 metros. Fue, quizás, la que pensaban haber dedicado la víspera a Usain Bolt y que tenían guardada sin querer desperdiciarla. Fue una ovación de recibimiento, de designación como rey del Mundial y también de despedida, ya que, como era lógico, el amputado sudafricano no sobrevivió a la prueba y quedó eliminado.
A DAYRON SE LE VA LA MANO
CARLOS ARRIBAS - Daegu El País.com
Todo está en el gesto. Lo hermoso, lo terrible, lo desolador, lo vergonzoso. En el gesto que ilumina súbito el estadio por su belleza atlética, en el gesto cuya fealdad oscurece. Es la competición, el atletismo. Es un Mundial extraño, el de Daegu, cuyas dos finales más esperadas se han resuelto mediante la aplicación de sendos artículos del reglamento de la IAAF. El domingo fue Bolt el descalificado por salida nula. Ayer fue el cubano Dayron Robles, plusmarquista mundial de los 110 metros vallas, que deseaba como el comer una corona de campeón mundial que nunca ha alcanzado.
Todo fue un gesto. El gesto de disculpa forzada de Robles, quien tras cruzar primero la línea de llegada en la madre de todas las finales de 110 metros vallas, en lugar de celebrarlo jubiloso se lanzó a abrazar como un niño avergonzado a Liu Xiang. Este, rígido, frío, se negó a abrazarle a su vez, a devolverle el gesto. Tenían los dos sus razones para comportarse así, y así lo entendieron el juez de la carrera y el jurado de apelación, quienes descalificaron al cubano. La victoria no fue, sin embargo, para el chino, a quien, cuando le iba a remontar irremisiblemente, nada más pasar la novena de las 10 vallas, Robles agarró descaradamente por el brazo, desequilibrándole. Xiang se rehízo como pudo, pero derribó la última valla, después de lo cual, recibió, por si acaso, un nuevo golpe en el brazo por parte del cubano, que corría pegado a él, por la calle cinco, a su izquierda.
En cinco pasos, Xiang, que no llegó a caer, perdió 13 centésimas, un mundo para uno como él, felino, letal, en los últimos metros. Y en ese tiempo, en esos 10 metros, le adelantaron dos, Robles, que salió lanzado hacia adelante impulsado sobre el brazo de Xiang, y el sorprendente norteamericano Jason Richardson, que terminó segundo de entrada y campeón mundial tras la descalificación de Robles. El que en teoría debería haber sido el tercero en discordia de una final en la que por primera vez se enfrentaban los tres más rápidos de la historia, el armario norteamericano David Oliver -qué pectorales, qué deltoides, montañas triangulares, cómo corre, arrasando todo lo que encuentra a su paso, sin importarle derribar todas las vallas-, el vallista más rápido de los últimos años, quedó de entrada, tras derribar la segunda valla, fuera de carrera.
Si tenía razones para estar avergonzado de su acción Robles, también las tenía Xiang para estar enfadado, y también los aficionados, amantes de las historias de regresos milagrosos con final feliz a lo Hollywood. Con esas dos "obstrucciones" -según la terminología del artículo 163.2 de la IAAF, el aplicado a Robles-, el cubano frenaba en seco la resurrección atlética de Xiang, el atleta al que unos años antes, en 2008, ya le había desposeído del récord mundial. Campeón del mundo en Osaka 2007, Xiang, el que debería haber sido el héroe de Pekín 2008, se rompió el tendón de Aquiles unas semanas antes de los Juegos. Pese a ello, doblado por el dolor, intentó competir, pero, en lo que se consideró una tragedia nacional, debió renunciar en los tacos de salida de la primera serie. Después de operarse en Estados Unidos a finales de 2008, tres años después, 36 meses de duro trabajo más tarde, Xiang volvió a recuperar su nivel. La victoria en Daegu, tan cerca de su Shanghái -centenares de aficionados chinos en las gradas lo aclamaron como a un dios-, debería ser el primer paso de un regreso espectacular, grande, que ahora solo podrá darse por completado en los Juegos de Londres. "Estaba seguro de que si no me desequilibra Robles ganaría", dijo Xiang, quien, pese a todo, se negó a acusar al cubano de juego sucio. "Somos amigos, me llevo bien con Robles. Seguro que los dos golpes que me dio no fueron intencionados". Sus palabras reflejan también la ley de las vallas altas, cuyos especialistas, cada vez más grandes, acabarán por no caber en las calles: todos consideran inevitables los golpes con los brazos, los roces.
La victoria de Richardson ni fue tan sorprendente después de ver la seguridad y la relajación con la que se movió en semifinales, ni tan inmerecida como podría parecer. Richardson, de 25 años, es un fenómeno desde cadete: ha sido el único en la historia de los Mundiales juveniles que ha ganado el mismo año en 110 y en 400 metros vallas. Su morfología, largo como un cuatrocentista, de músculos flexibles, felinos, como los que se necesitan en las vallas cortas, se lo permitía. Después se decantó por las vallas altas. Con su victoria dio la primera alegría de la noche a su entrenador en Los Ángeles, el histórico John Smith. La primera se la había dado su otra pupila Carmelita Jeter, la segunda mujer más rápida de la historia (10,64s en 2009), a solo tres centésimas de la inalcanzable Florence Griffith), quien, tras dos bronces mundiales consiguió por fin el título que su marca merecía. Rompió el bloqueo jamaicano encabezado por Veronica Campbell-Brown, quien salió fatal, pero en, fulgurante progresión, un cohete, fue capaz en los últimos 30 metros de remontar de la séptima a la segunda plaza.
RECHAZADA LA APELACIÓN CUBANA POR LA DESCALIFICACIÓN DE ROBLES
EFE
El Jurado de Apelación de los Mundiales de atletismo de Daegu ha desestimado el recurso presentado por la delegación de Cuba tras la descalificación del vallista Dayron Robles.
Robles, que había ganado la final mundialista de 110 metros vallas con un tiempo de 13.14, fue descalificado de acuerdo con la regla 163.2 por obstruir al chino Liu Xiang.
La delegación china presentó una reclamación y el Jurado de Apelación resolvió a su favor. La medalla de oro es para el estadounidense Jason Richardson (13.16), la de plata para Xiang (13.27) y la de bronce para el británico Andrew Turner (13.44).
JETER GANA CON 32 AÑOS SU PRIMERO ORO MUNDIALISTA
RESULTADOS 3ª JORNADA:
HOMBRES
110 metros vallas -1.1
1 Jason Richardson USA 13.16
2 Xiang Liu CHN 13.27
3 Andrew Turner GBR 13.44
4 David Oliver USA 13.44
5 William Sharman GBR 13.67
5 Aries Merritt USA 13.67
Dayron Robles CUB DQ
Dwight Thomas JAM DNF
Pértiga
1 Pawel Wojciechowski POL 5.90
2 Lázaro Borges CUB 5.90
3 Renaud Lavillenie FRA 5.85
4 Lukasz Michalski POL 5.85
5 Malte Mohr GER 5.85
6 Konstadínos Filippídis GRE 5.75
7 Mateusz Didenkow POL 5.75
8 Fábio Gomes da Silva BRA 5.65
9 Jan Kudlicka CZE 5.65
9 Steven Lewis GBR 5.65
9 Jeremy Scott USA 5.65
12 Dmitry Starodubtsev RUS 5.65
13 Derek Miles USA 5.65
14 Daichi Sawano JPN 5.65
Igor Bychkov ESP NM
Martillo
1 Koji Murofushi JPN 81.24
2 Krisztián Pars HUN 81.18
3 Primož Kozmus SLO 79.39
4 Markus Esser GER 79.12
5 Pavel Kryvitski BLR 78.53
6 Kirill Ikonnikov RUS 78.37
7 Szymon Ziólkowski POL 77.64
8 Nicola Vizzoni ITA 77.04
9 Olli-Pekka Karjalainen FIN 76.60 (SB)
10 Dilshod Nazarov TJK 76.58
11 Pawel Fajdek POL 75.20
MUJERES
100 metros -1.4
1 Carmelita Jeter USA 10.90
2 Veronica Campbell-Brown JAM 10.97
3 Kelly-Ann Baptiste TRI 10.98
4 Shelly-Ann Fraser - Pryce JAM 10.99
5 Blessing Okagbare NGR 11.12
6 Kerron Stewart JAM 11.15
7 Ivet Lalova BUL 11.27
8 Marshevet Myers USA 11.33
400 metros
1 Amantle Montsho BOT 49.56
2 Allyson Felix USA 49.59
3 Anastasiya Kapachinskaya RUS 50.24
4 Francena McCorory USA 50.45
5 Antonina Krivoshapka RUS 50.66
6 Shericka Williams JAM 50.79
7 Sanya Richards-Ross USA 51.32
8 Novlene Williams-Mills JAM 52.89
Peso
1 Valerie Adams NZL 21.24
2 Nadzeya Ostapchuk BLR 20.05
3 Jillian Camarena-Williams USA 20.02
4 Lijiao Gong CHN 19.97
5 Yevgeniya Kolodko RUS 19.78
6 Ling Li CHN 19.71
7 Anna Avdeeva RUS 19.54
8 Nadine Kleinert GER 19.26
9 Michelle Carter USA 18.76
10 Anna Omarova RUS 18.67
11 Natallia Mikhnevich BLR 18.47
12 Christina Schwanitz GER 17.96
13 Cleopatra Borel-Brown TRI 17.62
RICHARDSON GANA EL ORO MÁS POLÉMICO TRAS LA DESCALIFICACIÓN DE ROBLES
JOSÉ MANUEL MORENO. "OCHO CALLES".
Ya tenemos polémica para el resto del campeonato. Lo ocurrido entre Liu y Robles en las dos últimas vallas se presta a todo tipo de interpretaciones, pero si nos atenemos asépticamente a los hechos, y olvidamos filias y fobias, parece evidente, en mi modesta opinión, que Robles, seguro que involuntariamente, invade la calle de Liu, y le toca por dos veces, primero en el antebrazo y después en la muñeca provocando el desequilibrio y el parón en la carrera del chino, que parecía embalado hacia el oro. Pero, en fin, vosotros entendéis igual o más que yo, y que cada uno exprese lo que quiera en la sección de comentarios. Ahora bien, una recomendación: hablemos de atletas y deporte y no de países y política, por favor.
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