martes, 9 de agosto de 2011

"NECESITABA UN MOMENTO DE GLORIA PARA SALIR DEL POZO"



José Carlos León / Córdoba


Belén Recio cumplirá el jueves 31 años, una cifra redonda que podrá celebrar después de un mágico fin de semana en el Campeonato de España celebrado en Málaga. Su medalla de oro en los 200 metros -cuarta en su carrera, tras las logradas en 2005, 2006 y 2007-, unida a la plata en el hectómetro han devuelto a la velocista cordobesa al primer plano del atletismo nacional, superando dos años durísimos en los que muchos quisieron darla por enterrada. "Esta medalla me la dedico a mí y a mi esfuerzo", dijo en un ataque de rabia tras su éxito, una reivindicación a su trabajo en un momento "de gloria".

-¿Por qué esa dedicatoria tan personal?

-No fue ni por egoísmo ni porque no quiera repartir favores, pero sinceramente, me lo merezco. He estado entrenando sola, planificando el trabajo y he tenido que ir a entrenarme lloviendo, con frío o con calor, y al lado mía no había nadie. He tenido una voluntad de hierro durante todo el año estando yo sola, y por eso me lo merezco. Lo he pasado muy mal desde que me rompí el gemelo, justo cuando menos apoyo tuve. Mentalmente ha sido muy duro.

-También dijo que los que querían enterrarla iban a tener que esperar un tiempo.

-Ya no escucho comentarios. Voy a cumplir 31 años, pero empecé muy tarde en el atletismo. Quien dice eso de mí es porque es un inculto del atletismo y hablan por hablar. Tuvo una rotura muscular de cinco centímetros en el gemelo y problemas con mi entrenador en un momento tan delicado. Por eso estoy tan orgullosa, porque en esas circunstancias decidí entrenarme en solitario sabiendo que era un momento muy complicado para tener otro entrenador. Afortunadamente, me ha salido bien.

-Y todas esas sensaciones se han fundido en un fin de semana que supongo que habrá sido muy emotivo.

-Sí, ha sido un cúmulo de sensaciones, porque hacía dos años que no llegaba a un Campeonato de España en tan buen estado de forma. A los dos últimos había ido sin presión, porque sabía que había podido entrenar bien y que apenas tenía opciones. Pero ahora me veía fuerte y con posibilidades, sobre todo en 200, a pesar de que durante el año había preparado más los 400. Tenía muchas sensaciones contradictorias en la mente y muchos nervios, porque me preguntaba: ¿Lo haré bien? ¿Me estaré jugando todo el año?

-¿Quizás esos nervios le han recordado a 2003, cuando logró su primer título nacional en Valencia?

-Sí, ha sido como una nueva primera vez, con las mismas sensaciones que en Valencia. Para mí, este fin de semana ha significado mucho, ha sido como salir del pozo en el que estaba metida hace dos años.

-¿Y qué le llevó a meterse en ese pozo?

-Tuve una lesión muy grave y no tuve el apoyo necesario de mi entrenador. Además, estaba fuera de casa, sin mi familia al lado, y fue muy duro. Pero sabía que cuando me recuperara podía hacer cosas interesantes.

-En ese periodo de tiempo también llegó el posible caso de positivo de Marta Domínguez, una gran amiga suya. ¿Pudo afectar también en el aspecto afectivo?

-Es que siempre se relaciona el atletismo con el doping. Más que por mi amistad con Marta, me afectó porque todo lo que sea hacer trampa me parece mal. Todos tenemos que partir desde la misma línea de salida. Pero al final se ha demostrado que Marta es inocente y eso es lo más positivo.

-Después de un año preparando los 400 metros, ¿por qué en Málaga vuelve a la velocidad?

-Porque estaba muy bien en el 400, pero Hummel no tiene equipo de competición para participar en la liga. Sólo corro en mítines y sólo había hecho un 400 en serio en una competición de nivel. No podía ir a un Nacional como una inexperta en la distancia, era algo que no me podía permitir.

-Fue plata en 100 metros ¿Le queda la espina clavada de no haber conseguido el cuarto doblete de su carrera?

-La verdad es que me hubiera gustado, pero en la final de los 100 perdí contra Digna Luz Murillo, que es una gran rival y una excelente competidora. Ganarle hubiera sido fenomenal, y de hecho me sacó muy poco. Tuve una mala salida, porque soy muy mala saliendo y porque he estado preparando todo el año los 400. Pero sin embargo lo del 100 fue una plata con sabor a oro.

-Volviendo a la final de los 200, puede que la ovación que le dio el estadio tras lograr el oro fuera la más grande que se ha oído este fin de semana en Málaga.

-Siempre me quedará el recuerdo de esa ovación. El público malagueño se portó muy bien conmigo, era como correr en casa, porque en la grada había mucha gente que me conoce desde hace muchos años. Me encantó la ovación y me hizo sentirme muy bien. Necesitaba un momento de gloria.

-Pese a pasar ya de los 30 años, ganó la medalla de oro con una gran facilidad sobre el resto de jóvenes. ¿Por qué no surgen nuevos valores?

-Tienes que pensar que yo empecé en serio en el atletismo tarde, con 23 años, quizás la edad que tenían mis rivales. Puede que mi edad biológica sea mayor, pero mi edad atlética es muy parecida a la suya, y por eso quizás no estoy tan exprimida.

-Y ahora, ¿el Mundial?

-Bueno, todavía tiene que salir la lista para que sea oficial. No se sabe nada aún, pero las posibilidades están ahí. La gente de la Federación no dice nada a la espera de la convocatoria. El relevo 4x100 está metido en el Mundial y hay que esperar, aunque es blanco y en botella.

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