AS.com
Joe
Kovacs, campeón del mundo en 2015 y plata olímpica en Río 2016, era quinto
antes de su último intento en la final de peso. Sin nada que perder, se colocó
en el círculo de lanzamientos y envió la bola a 22,91 metros. Con el tiro de su
vida (tercero mejor de la historia igualado con el del italiano Alessandro
Andrei en 1987, tras el estadounidense Randy Barnes (23,12) y el alemán Ulf
Timmermann (23,06)) le robó el oro in extremis a Tomas Walsh, que había sido
primero desde su primer mazazo de 22,90 y vio como después, otro
estadounidense, Ryan Crouser, igualaba su marca y le quitaba también la plata
en la mejor final mundial de siempre.
Los
tres del podio más el brasileño Darlan Romani (22,53) batieron el récord de los
campeonatos, que tenía en su poder desde Roma 1987 el suizo Werner Gunthor
(22,23). Por detrás de ellos, otros cuatro atletas superaron los 21 metros.
Impresionante. Sólo el serbio Sinancevic se quedó sin registro, con tres nulos.
El undécimo, el croata Mihaljevic tiró el peso a 20,48.
El
público del Khalifa vibró con esa última ronda magnífica de los estadounidenses
y con el intento postrero de Walsh, que llegó a más de 22 metros pero no pudo
controlar su caída e hizo nulo. En realidad sólo hizo un lanzamiento válido, el
primero con esos 22,90 en una final para el recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario